Resumen 2009

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Windows 7: lo que debió ser Vista

Daniel Rodríguez Herrera

Después del desastre que supuso para Microsoft, especialmente en términos de imagen, el lanzamiento de Windows Vista, la empresa de Redmond se puso manos a la obra y el 22 de octubre puso a la venta al sucesor: Windows 7. Las buenas críticas y las elevadas ventas han acompañado al lanzamiento.

El 9 de enero se puso a disposición de todos los interesados que quisieran probarlo la versión beta de Windows 7, lo que supuso una gran novedad respecto a las maneras habituales de Microsoft, que suele limitar estos lanzamientos a su red de desarrolladores. Esta decisión permitió probar gratis el sistema a multitud de usuarios que pudieron comprobar en primera persona que incluso siendo una versión preliminar aquello ya no era Vista.

El secreto estuvo en corregir los mayores errores cometidos con su anterior sistema operativo, como la impertinencia con que aparecía el User Access Control (UAC), esa ventana que insistía en pedir permiso para todo. Se depuró y se redujeron las necesidades de hardware; en general daba la sensación de ir más rápido y ligero. Además, se innovó en el interfaz de usuario, añadiendo en las aplicaciones el interfaz de Cinta incorporado en Office y cambiando la barra de tareas para hacerla más parecida a la de Mac OS X.

El 26 de abril, Microsoft confirmó que las versiones profesionales de Windows 7 –las más caras– incluirían una característica denominada "modo XP" que consistirá en una máquina virtual con Windows XP instalado con el Service Pack 3. De este modo Microsoft pretendía quitarle el miedo a las empresas que no quisieron actualizarse a Vista, que fueron casi todas, asegurándoles que sus aplicaciones escritas para XP funcionarían, por las buenas o por las malas, en el nuevo sistema operativo.

El 30 de abril se presentó la versión RC (Release Candidate), la última antes de la versión definitiva, y con ella se explicó cuánto quedaba para tener la versión final. Días después, el 5 de mayo, se puso a disposición de todos los internautas. A partir de ahí, y si lo hacían todo a la mayor velocidad y sin imprevistos la fecha caería a mediados de octubre y el 3 de junio se confirmó que el día 22 de ese mes sería el elegido.

No obstante, catorce semanas antes de lanzar un nuevo sistema operativo, Microsoft debe tenerlo terminado, para poder empezar a grabar CDs y meterlo en cajas, y facilitárselo a los ensambladores para que el mismo día del lanzamiento haya equipos disponibles con la nueva versión de Windows. El 23 de julio fue el día en que Windows 7 quedó listo para ser instalado en los ordenadores de todo el mundo.

Pero si el desarrollo transcurrió sin sobresaltos, hasta el punto de que la compañía decidió ascender al responsable, los políticos decidieron poner algo de incertidumbre al asunto. A instancias de la compañía noruega Opera, las autoridades europeas decidieron que Microsoft no podía incluir Internet Explorer 8 en Windows 7 sin más, aunque permitiese la opción de desactivarlo. Hubo que esperar el 7 de octubre para que la siempre bondadosa UE aceptara la propuesta de Microsoft: una ventana durante la instalación que permite escoger navegador.

Y llegó el 22 de octubre y en España el nuevo sistema operativo se presentó en la aldea asturiana de Sietes. El resultado, dos años y medio después de que diera comienzo el fracaso llamado Vista, no pudo ser mejor. No sólo se puso a la venta la Whopper Windows 7 en Japón, sino que en la primera semana se triplicaron las ventas que obtuvo su antecesor. Todo un éxito para Microsoft, que puede volver a respirar después del desastre que supuso Windows Vista.

Libertad Digital
Diseño: Christian Camacho