Gran parte de los artistas españoles han manifestado en este 2009 que acaba su visión de lo que es el bien común apoyando al Gobierno en el poder. Muchos son los frentes abiertos: los derechos de autor, el nacionalista e incluso la política internacional. La ley del cine y las subvenciones les han enfrentado en un tema que dará que hablar en 2010.
El juego de adular al poderoso ha dado pingües beneficios a los que lo practican y por eso no dudaron en cargar en enero contra Israel y su "terrorismo de estado" en un comunicado que se hizo público el tres de enero en el que pedían interceder en el conflicto a favor de Palestina. Las mujeres "artistas" y los sindicatos presionaron organizando conciertos y actividades en el que se obviaba toda referencia a los terroristas de Hamás. No es esa la única intervención en política internacional: Bardem, Wyoming o Saramago, entre otros, manifestaron el 20 de noviembre, poco antes de las elecciones en Bolivia, su abierto apoyo a Evo Morales en su reciente visita a Madrid.
Una de las más activas en el apoyo al Gobierno ha sido Pilar Bardem, que ha puesto en sonora evidencia su constante "indignación" con el reparto de derechos de autor. La madre de Javier Bardem se posicionado a favor del cobro de los derechos de autor a través de nuevos impuestos para el contribuyente, incluso tratando de cobrar por el uso de televisiones para los enfermos en los hospitales (petición denegada por el juez). La sociedad de gestión que posee mueve, de todas formas, sumas millonarias.
Además de repartir tajada, los artistas también tienen otro frente abierto: el nacionalista. El director de la Academia catalana, Joel Joan, sigue intentando que el cine catalán compita en los Oscar que tanto rechazo les provocan en numerosas ocasiones.
Aznar criticó duramente el juego del colectivo y la pasividad del Gobierno, señalando que se estaba "enfrentando frívolamente a los españoles" y pidiendo "más talla" a unos y otros. No obstante, miembros del PSOE como Leire Pajín han seguido pidiendo reiteradamente el apoyo de los artistas, rogando como hizo a primeros de junio que siguieran "subiendo la ceja". Una petición de cariño mutuo que los artistas no dudan en recordar de tanto en tanto, y que se materializa sobre todo en momentos clave como en la anunciada manifestación contra empresarios, todo ello pese a la tibia protesta del PP. No obstante, a FAES precisamente se le debe un demoledor informe acerca de las "mentiras y gordas" del cine español.
La llegada de Ángeles González Sinde no hizo sino reforzar la política del canon y de las subvenciones al cine. Y es que uno de los frentes abiertos por los artistas, de gran proyección de cara al 2010, es el tema de las ayudas al cine. A pesar de contar con una ministra del ramo obligada constantemente a desmentir favoritismos, el tema ha traído cola.
Sin embargo, cuando se trata de las ayudas al cine no ha habido acuerdo hasta la fecha y Sinde ha sido acusada de favoritismos por los propios artistas. Esperanza Aguirre señaló lo poco que recauda y lo mucho que se subvenciona el cine español, y con razón. Guardans, director del ICAA, ha procurado mantener contentos a todos prometiendo continuidad "sin complejos" –y refuerzo- en las mismas, sin que haya fortuna a la hora de acallar a todas las partes. El caos ha venido rematado por el frenazo dado desde Bruselas el 24 de noviembre de las ayudas al cine. Todo ello no ha provocado ni un asomo de autocrítica en el colectivo a pesar de la evidente pérdida de espectadores, que presiona a la ministra para que cambie la ley o "dimita".
Otra sobra se cierne sobre la cercanía entre el colectivo de los abajofirmantes y el Gobierno socialista. La indecisa y esperpéntica actuación del Ejecutivo en el caso de Haidar ha abierto una nueva brecha que tendrá que ser solucionada, y hasta el actor Willy Toledo ya ha manifestado su "indiferencia" por los lemas socialistas, llamando, eso sí, a una mayor movilización al modelo de la que hubo con la Guerra de Irak.