Apple ha vivido un año peculiar en su historia reciente. No ha podido contar con Steve Jobs durante el primer semestre, lo que ha supuesto un curioso experimento de lo que podría ser la compañía de la manzana sin el empresario con el que está tan identificada.
El 5 de enero Steve Jobs quiso tranquilizar a los fans de Apple y, por qué no decirlo, a los accionistas, asegurando que sí, que tenía problemas de salud, pero tampoco eran gran cosa –un "desequilibrio hormonal"– y no lo apartarían del trabajo.
Desgraciadamente, pocos días después la compañía anunció que los problemas de salud eran más serios y que Jobs se retiraba hasta junio del día a día, dejando la jefatura de la empresa en manos de Tim Cook, aunque continuaría participando de las "decisiones estratégicas".
Jobs fue uno de los dos fundadores de la empresa, pero fue despedido de la jefatura de la misma en los años 80. Apple fue de mal en peor desde ese momento hasta que volvieron a contar con Steve Jobs, quien salvó la compañía gracias, entre otras cosas, al lanzamiento del iPod, por el que siempre le maldecirán las compañías discográficas. Apple ha aumentado su cuota de mercado en los ordenadores personales y además ha hecho una entrada triunfal en la telefonía móvil gracias al iPhone. Pero los inversores siempre han tenido el temor de que si desaparecía Steve Jobs, su compañía volvería a las andadas.
Quizá haya sido el anuncio el 8 de junio del iPhone 3GS el mejor resumen del año de Apple. El aparato logró vender un millón de unidades en apenas tres días, pero no supuso ninguna revolución en comparación con sus antecesores. Doblaba su velocidad, incorporaba una brújula digital y una cámara de vídeo con 5 megapíxels; sin embargo, no parecía suficiente carnaza para que la mayoría de los propietarios de un iPhone se actualizaran.
El otro lanzamiento sonado de este año parece reflejar también esa incertidumbre. La nueva versión de su sistema operativo para ordenadores, Mac OS X Snow Leopard, se puso a la venta el 28 de agosto. Pese a suponer una clara mejora respecto a la anterior versión ha sido visto más como un refinamiento que como una edición verdaderamente novedosa. Disfrutó de muchas mejoras de velocidad y de ahorro de recursos, pero poco más.
Quizá la única aportación original de Tim Cook a los productos de la compañía haya sido que por primera vez un iPod de la compañía haya incluido un sintonizador de radio FM. La presentación del iPod Nano el 10 de septiembre supuso la reaparición de Jobs en escena, pero posiblemente la decisión de incluir radio fuera tomada por Cook, dada la resistencia del fundador de Apple a ponerla en sus reproductores, casi los únicos que carecían de esa funcionalidad.
Apple, sin duda, ha salido adelante, pero sigue sin estar tan claro si será capaz de mantener su capacidad de innovación sin Steve Jobs.