Resumen 2009

Volver a Libertad Digital

La TDT de pago, culminación del annus horribilis de Prisa

Mercedes R. Martín

El año que ahora termina comenzó mal y terminó aún peor para el imperio mediático fundado por Jesús Polanco. Ahogada por una deuda de 5.000 millones de euros, con las acciones en caída libre y una complicada venta de su principal lastre, Digital +, Prisa intentó salvarse aliándose con su mayor competidor, Mediapro. El pacto con su rival en la llamada guerra del fútbol no llegó y el Gobierno le puso la puntilla al grupo con la aprobación de la TDT de pago.

2009 ya apuntaba con ser un año complicadísimo para el grupo Prisa: los primeros meses comenzaban con durísimos desplomes en Bolsa y huida de los inversores ante un grupo incapaz de refinanciar su gigantesca deuda y de vender Digital +, el punto débil del imperio mediático. La incertidumbre tras la muerte de Jesús Polanco, el desgaste por la guerra del fútbol con los nuevos amigos del Gobierno, Mediapro, y la crisis en la que estaba inmerso el país y que Prisa terminó reconociendo auguraban doce meses muy difíciles para el grupo.

Los problemas financieros se materializaron en decisiones empresariales como el cierre de la cadena de tiendas Crisol. Pero mientras el grupo seguía tratando de hacer frente a sus propios problemas, surgió otro relacionado con su principal rival y con el Ejecutivo socialista al que ayudó a auparse en el poder.

En primavera, Miguel Sebastián se desmarcó con el anuncio de la inminente aprobación de la TDT de pago, un nuevo sistema que Industria encuadraba en los cambios y avances que necesitaba el sector pero que, en la práctica, era dejar la puerta abierta a Roures para que rentabilizara, a través de un canal de deportes, su millonario desembolso en derechos de fútbol. Pero a las pocas horas de que Sebastián abriera el plazo para que las cadenas solicitaran la autorización para emitir por el nuevo sistema, De la Vega matizaba que la nueva TDT no se aprobaría hasta que así lo decidiera el Consejo de Ministros. Las presiones de Prisa, de momento, habían surtido efectos.

Unos meses después, las novedades en el aumentado sector audiovisual y una crisis galopante que se estaba cebando con los medios desembocó en una sorprendente noticia: Imagina, la empresa que aglutinaba a LaSexta y Mediapro, había iniciado conversaciones con Prisa para una hipotética fusión. El acuerdo supondría el fin de la larga guerra del fútbol librada entre las dos empresas y un alivio para las maltrechas cuentas de ambas. Pero no hubo final feliz y las atascadas conversaciones no llegaron a buen término en el plazo previsto. El siete de agosto, anunciaban la ruptura de la negociación. Era el comienzo de una nueva guerra en la que entraba de lleno un nuevo actor: el Gobierno.

En efecto, sólo unas semanas más tarde y tras días de rumores y, seguro, presiones desde todos los ámbitos, el Gobierno anunciaba en un Consejo de Ministros extraordinario celebrado el 13 de agosto la aprobación, por decreto ley, de la TDT de pago. Era el toque de gracia para el imperio de Polanco después de irse al traste una de sus pocas posibilidades de salvación. El Ejecutivo premiaba a su principal competidor haciéndolo inmensamente más fuerte y la reacción de Prisa no se hizo esperar: sus principales altavoces, con El País a la cabeza, atacaron sin piedad la medida y al Gobierno, anunciaron medidas legales y el propio Juan Luis Cebrián habló en nombre de su empresa para descalificar al Ejecutivo con una agresividad nunca vista antes desde su grupo con un Ejecutivo socialista.

La guerra del fútbol volvía a comenzar, con distintos nombres: el canal de pago de Prisa, Canal+ Liga, rebajaba su precio para ponerse a la altura de Gol TV, el canal de pago por TDT que Roures tenía listo para estrenar nada más aprobarse el decreto. Y en las portadas y los editoriales de El País ya no era raro leer titulares y frases críticas con el Ejecutivo y cargadas de intención. La única buena noticia para el grupo ha sido la reciente entrada de Telefónica en Digital+. Pero todo apunta a que el próximo año será para ellos, al menos, tan difícil como el que termina.

Libertad Digital
Diseño: Christian Camacho