Influenza porcina, gripe mexicana, virus H1N1, y finalmente Gripe A. Desde Abril la información sanitaria ha estado monopolizada por la epidemia, con un torrente de noticias que han hecho a la población mundial navegar desde el pánico alarmista, hasta la desconfianza en la vacuna contra la infección.
El 25 de Abril saltaba la alarma. El Secretario de salud de México declaraba públicamente una epidemia de gripe en el país, que caracteriza como "un nuevo virus". Confirma 20 muertes por esta causa, y aunque el presidente mexicano, Felipe Calderón, se esfuerza por transmitir un mensaje de calma, el cierre de los colegios de todo el país y la recomendación de no acudir a sitios multitudinarios desata la alarma.
EEUU informa de siete casos de contagio, mientras los científicos bautizan la infección de "gripe porcina", afirmando que su origen está en los cerdos y que se trata de una variante de la cepa H1N1. La OMS convoca una reunión de urgencia, desbordados por la rapidez de contagio y la escasa información recabada: "Lo más preocupante es que el virus se transmite de persona a persona", concluían.
En apenas unos días los casos sospechosos de gripe A se extienden por todo el mundo, y los organismos internacionales emiten dictámenes contradictorios sobre la propagación, mientras el pánico se adueña por completo de México, que queda paralizado. Calles, colegios y restaurantes vacíos; y centros de salud abarrotados de gente con mascarillas que espera durante horas una diagnóstico. Las imágenes dan la vuelta al mundo, y en España solo dos casos de contagio confirmados bastan para dejar las farmacias sin una sola mascarilla disponible.
El 7 de mayo la OMS alerta de que comer carne de cerdo puede suponer un riesgo, aunque reconoce que "no hay datos". Cunde el pánico y países como Rusia vetan la carne española, forzando una rectificación de la Organización: "se puede comer jamón y carne de cerdo", corregían.
El primer escándalo en España por la gripe A se produjo el 22 de Mayo de 2009, con la llegada del virus a los cuarteles del Ejército. Un grupo de escolares hacen una visita al cuartel de Hoyo de Manzanares, donde Defensa ocultó que existía un brote de gripe, con militares en cuarentena y mascarillas.
La OMS declara la pandemia por la gripe A el 11 de Junio, alcanzando el nivel 6, el máximo de alerta: "la primera pandemia de influenza del siglo XXI" según su presidenta Margaret Chan. Es el pistoletazo de salida para conseguir la vacuna contra el virus H1N1, y la mayoría de países confirman que la tendrán en otoño.
Dalilah, una joven marroquí embarazada de 20 años es la primera víctima mortal en España por la gripe A, y el segundo escándalo español. Rayán, su bebé de 28 semanas nacido mediante cesárea, murió víctima de la negligencia de una enfermera, en el Hospital Gregorio Marañón de Madrid.
Durante el verano, se eleva a veinte las muertes por la gripe A en España, siempre en enfermos con patologías previas, lo que hace descender el nivel de alarma. Aumenta las fuentes que confirman la menor gravedad del virus, hasta al punto de corroborar que todos podían haber fallecido por la gripe común.
Los médicos denuncian que existen intereses políticos y económicos con la Gripe A, a tenor de las bajas tasas de mortalidad y la excesiva alarma generada. Días después, la ministra de Sanidad Trinidad Jiménez, no tiene más remedio que reconocer que "quizá estemos exagerando un poco con la gripe A".
El 16 de Noviembre arrancó la campaña de vacunación contra la Gripe A en España, dirigida a inmunizar a los sectores de riesgo: mujeres embarazadas, enfermos crónicos, trabajadores sociosanitarios y personal de los servicios públicos esenciales. No obstante, los profesionales sanitarios ya habían manifestado que no veían necesaria la vacuna, y la propia ministra de sanidad reconoce que se trata de una "enfermedad leve", lejos ya de la pandemia declarada por la OMS.
De la histeria a la desconfianza. Así ha transcurrido la evolución de esta infección, de la que las últimas semanas del año lo único reseñable son las caras conocidas que se han contagiado, y las consecuencias (sobre todo deportivas) de una enfermedad que en el 95% de los casos se cura en pocos días, sin más aspavientos.