Resumen 2009

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Los mejores estrenos del año 2009 (o casi...)

Juanma González

Cuando ya empiezan a sonar los estrenos del año que viene, un último vistazo a los lo que ha dado de sí 2009 nos revela las luces y sombras, promesas incumplidas y sorpresas inesperadas.

Enero comenzó con una de las más raras adaptaciones de cómic que se recuerdan, The Spirit, cinta que, por cierto, resulta todavía peor en un segundo visionado. Mejor suerte corrieron el drama de Sam Mendes Revolutionary Road, el regreso de Guy Ritchie al cine de gangsters con RocknRolla, o los intentos de Tom Cruise de matar a Hitler en Valkiria. En este mismo mes también cosechó cierto éxito Transporter 3 y dio miedo, pero poco, La semilla del mal, aunque la palma se la lleva, de largo, el romance entre Hugh Jackman y la Kidman en Australia, que gustó en España mucho más que en ningún otro sitio.

Febrero llegó marcando músculo de cara a los Oscar: El curioso caso de Benjamin Button hizo más taquilla en nuestro país de la que se esperaba, y Gran Torino de Clint Eastwood se mantuvo en cartel durante meses. El éxito de las anteriores eclipsó injustamente a El desafío: Frost contra Nixon, todo un recital actoral y la mejor película de su director Ron Howard. El remake de Viernes 13 ni pinchó ni cortó, pero pudimos llorar a manta con El lector y una Kate Winslet de Oscar. Aunque la mayor gloria se la llevaría Slumdog Millionaire, film bastante potente que, sin embargo, no fue lo mejor del año pese a la ración de premios. Una pequeña recomendación personal: busquen el DVD de Me ha caído el muerto, comedia que pasó desapercibida y que se merecía mejor suerte.

Marzo nos trajo el retorno y ascensión de Mickey Rourke como El luchador, aunque él mantiene que nunca se acabó de ir. Watchmen hizo las delicias de los fanáticos del legendario cómic de Alan Moore, y nos amargó la existencia a todos los demás. Mientras, Underworld: La rebelión de los licántropos nos hizo pasar una tarde de sábado sin más complicaciones, y Los abrazos rotos de Almodóvar se rompía también en la taquilla, como La Pantera Rosa 2 de Steve Martin.

En abril se empezaba a vislumbrar el inicio de los calores. Quien esto suscribe le da el trofeo del mes a La sombra del poder, un apañadísimo thriller periodístico con Russell Crowe, aunque también cuentan como triunfos la comedia bestia de Te quiero, tío o el correcto film de espionaje The International, lo más cercano al thriller setentero que veremos. Entre medias, Keira Knightley nos convenció de que era La duquesa, Monstruos contra Alienígenas divirtió a los chavales, y también tuvimos acción descerebrada con Fast & Furious. Un revoltijo de ciencia ficción de narices con Nicolas Cage y su peluquín, titulado Señales del Futuro, no sirvió para empezar la semana santa, porque de Dragonball Evolution un servidor ya ni se acuerda.

La temporada de los Blockbuster veraniegos comenzó en mayo, y la ganadora total se titula Star Trek, que nos devolvió la magia del cine espectáculo durante dos divertidas horas. Tom Hanks volvió a ser Robert Langdon en Ángeles y Demonios, verdadero hit en nuestro país, y Hugh Jackman hizo un recital de entrecejos fruncidos y camisetas ajustadas en la horrible X-Men Orígenes: Lobezno. Mientras, pasamos el rato con una comedia musical más o menos lograda, Radio encubierta, y nos reímos de los sustitos de Presencias extrañas.

Con junio llegaron algunos de los títulos más fuertes en cuanto a efectos especiales se refiere. Claro que la palma en taquilla se la lleva ese telefilm estrenado el cines de título Millenium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres. Terminator Salvation decepcionó a casi todos por igual y Megan Fox paseó su palmito por Transformers: La venganza de los caídos, que por cierto, no pegó tan fuerte en España como en el resto del mundo. Noche en el museo 2 compaginó la imaginería digital con cierto sentido del humor, aunque lo que realmente cautivó a este cronista fue el film de animación Los mundos de Coraline, toda una exhibición técnica que mejorará con el tiempo.

En verano escasearon los estrenos, dando vía libre a que Ice Age 3: El orígen de los dinosaurios hiciera una de las mayores recaudaciones del año. Otro film de terror que sabía tomarse lo suyo a broma pasó más o menos desapercibido: nos referimos a Arrástrame al infierno de Sam Raimi. La última casa a la izquierda iba de seria por la vida, y no llegaba al nivel de la anterior. G.I.Joe llegó para recordarnos que todavía era época de mucho ruido y pocas nueces, al contrario que Asalto al tren Pelham 123, igual de movida pero mejor interpretada. También hubo sitio para comedias un tanto flojas como Nueva York para principiantes, para el Anticristo de Lars Von Trier, y para la detestable Harry Potter y el Misterio del Príncipe. Claro que el trofeo estival se lo debe llevar la magistral, fenomenal y divertidísima Up, el último fenómeno de Disney/Pixar y, un poco menos, la correcta Enemigos públicos.

En septiembre vimos uno de los mejores flms del año, Malditos Bastardos, que unió a Quentin Tarantino con Brad Pitt. Megan Fox volvió a decepcionarnos con Jennifer’s body, porque para desnudos y gore tridimensional estaban los de San Valentín sangriento. New York, I love you demostró que no estaba septiembre para romances, y los espectadores prefirieron meterse a ver La cruda realidad.

Con octubre llegó la polémica en forma de Ágora, el último film de Amenábar que escaló durante casi un mes a lo más alto del top-ten, a pesar de no contar con distribuidor en EEUU. Mucho ruido y pocas nueces, y un servidor se lo pasó francamente mejor con otra producción patria mucho más alocada, Rec 2, o la comedia 500 días juntos. Pero Los sustitutos con Bruce Willis no podían sostener los embites de Amenábar. Por el camino pudimos disfrutar o sufrir, respectivamente, de La huérfana, Destino: Woodstock, y de la desconocida y reivindicable The Damned United. Octubre también fue el mes en el que Woody Allen regresó a Nueva York, con Si la cosa funciona…y funcionó.

Y llegamos al final, adornado por producciones catastrofistas que al final no están tan mal como parecía, como 2012, o sobre todo el regreso de los temibles, por aburridísimos, vampiritos asexuales de La saga Crepúsculo: Luna Nueva, verdadero fenómeno en nuestro país. Millenium 2 ya no sorprendió a nadie, como tampoco El destino Final en 3D, arrojando miembros a la audiencia. Con The Box un servidor casi se duerme, así que ya sólo queda saltar a diciembre y su Cuento de Navidad.

Porque esta Navidad tiene dueño, y se llama James Cameron. El Rey del mundo estrena por fin Avatar, que promete revolucionar el cine tridimensional. Eso si le deja la paródica Spanish Movie, dispuesta a mofarse, pero poco, del alicaído cine español. Entre tanto, Fama o Lluvia de albóndigas tratarán de repartirse el resto, que tampoco será poco.

En fin, que ya sólo toca esperar que 2010 nos traiga algunas sorpresas positivas más que este año. Feliz Navidad…en el cine.

Libertad Digital
Diseño: Christian Camacho