El año 2009 también nos ha dejado una importante crisis de Gobierno. Zapatero despedía en abril a cinco de sus ministros y daba la bienvenida a otros tantos. Uno de los relevos más señalados fue el de la ministra Salgado sustituyendo a Solbes, que ya había manifestado en numerosas ocasiones su deseo de abandonar el Gobierno.
Solbes había sido el número dos de Zapatero en los últimos comicios, fue su gran baza electoral, garantía de que España no sufriría la crisis económica que pronosticaban los "antipatriotas". En su lugar, Elena Salgado (Hasta ese momento ministra de Administraciones Públicas) pilotaría la economía española en plena crisis.
Durante su gestión al frente de la Vicepresidencia Segunda y del Ministerio de Economía y Hacienda, Solbes primero negó la crisis, luego dijo que le resultaba "molesto" que se hablara de recesión y en abril, tras abandonar el cargo dejaba tras de sí a España en la peor situación económica de la democracia.
Pero lo cierto es que Solbes llevaba tiempo expresando públicamente sus ganas de dejar de ser ministro, hasta se lo pidió a los reyes magos el año pasado. Incluso llegó a decir que envidiaba a Mariano Fernández Bermejo cuando dejó Justicia, tras el escándalo de la cacería con Garzón, porque "es un ex ministro".
En aquel momento, el déficit público reconocido por el Gobierno rozaba los 40.000 millones de euros, el 4% del PIB (las estimaciones oficiales hablan de un déficit del 8% unos 85.000 millones en el conjunto de 2009). La tasa de paro ya superaba el 17% y todos los sectores económicos estaban en caída libre.
Ya entonces, el pinchazo de la burbuja inmobiliaria hacía temer el derrumbe del sistema financiero, fundamentalmente de las cajas de ahorro. La falta de decisión del Gobierno para acometer reformas estructurales, mermaba la competitividad de las empresas. En cambio, en el momento del adiós, Zapatero elogió a Solbes como el responsable del mayor crecimiento económico de España en 30 años. Para justificar su salida del Gobierno, habló de la necesidad de un "cambio de ritmo" para acelerar y poner "toda la energía" para combatir la crisis económica.
La responsable de ese cambio de ritmo iba a ser Elena Salgado. Una ministra elegida por Zapatero para tomar él mismo las riendas de la economía. Aunque transigente y obediente, ya que siempre hizo lo que Moncloa quería, Pedro Solbes no escondió sus discrepancias con el equipo económico del presidente en lo que al gasto público se refería. Sin Solbes y con Salgado como vicepresidenta económica, Zapatero dirigiría la economía sin ningún problema. Una lectura que compartieron publicaciones internacionales, como The Economist.
De momento, desde que Salgado asumió la cartera de Economía y Hacienda, se ha concebido la nueva Ley de Economía Sostenible, una importante subida impositiva, un Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB), el paro continúa camino del 20%, se ha gestado un segundo Plan E y se ha dado el visto bueno al nuevo PER nacional de Zapatero. Mientras, España sigue en recesión, el paro va camino del 20% el sistema financiero sigue sufriendo y no llegan las reformas estructurales.
Tras este cambio otro se anunció, David Vegara dejaba la Secretaría de Estado de Economía. Su lugar lo ocuparía José Manuel Campa.