Las elecciones europeas en sí mismas no despiertan gran interés. Pero las celebradas el 7 de junio eran las primeras de ámbito nacional después de las generales de 2008, a las que llegaba un Gobierno superado por la crisis y una oposición sin rumbo con el liderazgo de Rajoy cuestionado desde dentro y fuera del PP. Además, el caso Gürtel estaba en pleno apogeo con los trajes de Camps copando las portadas de El País.
Tras su fracaso en Canarias, Zapatero castigó a Juan Fernando López Aguilar con la difícil papeleta de encabezar la lista europea del PSOE, y colocó de número dos a Ramón Jáuregui, hasta ese momento secretario general del Grupo Parlamentario Socialista en el Congreso de los Diputados. A ninguno de los dos les hizo mucha gracia y Jáuregui, tras conocer su nuevo destino, llegó a calificar el Parlamento Europeo como un "cementerio de elefantes".
Mientras en Génova, Rajoy, en su tónica habitual, retrasó hasta el último momento la elaboración de la lista del PP dando lugar a todo tipo de rumores y cuitas internas. Finalmente optó por la continuidad y Jaime Mayor Oreja repitió como número uno de los populares, para disgusto de los dirigentes próximos a Rajoy que le consideran "demasiado conservador". Uno de los eurodiputados del PP más activos de la pasada legislatura, Luis Herrero, fue excluido de la lista como represalia de la dirección del PP a su actitud independiente y crítica.
Mayor Oreja se impuso en las elecciones tras superar a López Aguilar en los debates con un discurso caracterizado por la firme defensa de los valores de la derecha, que distaba años luz del pragmatismo vacío de contenido que repetían, y repiten, Rajoy y su equipo. De hecho, Mayor y Rajoy apenas coincidieron durante la campaña electoral, en la que llevaron dos agendas paralelas.
Sin embargo, el líder del PP se apuntó la victoria como un éxito propio. Triunfo que, en todo caso, tampoco fue precisamente arrollador, teniendo en cuenta que las elecciones se celebraron con el paro desbocado y el Gobierno paralizado ante el deterioro de la economía española. El PP logró dos diputados más que el PSOE y una diferencia de 3,7 puntos. En número de votos incluso bajaba levemente respecto a 2004.
La novedad estas elecciones fue la irrupción de UPyD, aunque con menos fuerza lo que anticipaban algunos pronósticos. Francisco Sosa Wagner se convertía en el primer, y único, diputado de la formación liderada por Rosa Díez.