El presidente del Gobierno que llegó al poder prometiendo transparencia, ha realizado parte de sus políticas al margen de la opinión pública. Algunos asuntos, sin embargo, han sido conocidos más tarde por los medios de comunicación, como la visita secreta del ministro de Defensa,
José Bono, a Venezuela a comienzos de año, y que fue desvelada por
Libertad Digital. Todo ello en plena crisis Bogotá-Caracas y con el presidente del Gobierno español de gira oficial por Iberoamérica. La
postura oficial, ofrecida por Rodríguez Zapatero en rueda de prensa, es que "Una cosa es una gestión de un ministro discreta y otra es que sea secreta". El viaje de Bono sería un ejemplo de varios
secretos discretos del Gobierno. El mismo Bono protagonizó otro, cuando entró por sorpresa en la Jefatura del Estado Mayor, JEMAD, para
retiró la documentación original existente sobre el accidente del Yak-42, que al parecer devolvió al día siguiente. Libertad Digital también desveló este secreto discreto.
Las malas relaciones del Gobierno español con el estadounidense, evidentes desde que George W. Bush no felicitó al nuevo presidente José Luis Rodríguez Zapatero, se han estado poniendo de manifiesto con las constantes llamadas de Moratinos a Washington sin encontrar con quien comunicar. Lo único que ha mantenido el contacto oficial entre las dos administraciones era una
correspondencia secreta. El ministro Moratinos ha protagonizado varios episodios. Como el espionaje al ex presidente José María Aznar en Londres y en
Miami, desvelados por
La Razón y
Libertad Digital respectivamente. En otro caso, Moratinos no mostró su enérgica protesta por la presencia del ruinoso
submarino nuclear británico a Gibraltar hasta que la prensa supo de su presencia. Pero el gobierno lo sabía desde una semana antes. Y por último, dos encuentros secretos (o discretos) con líderes nacionalistas:
Josu Joh Imaz y
Josep Lluis Carod Rovira.
Pero el Gobierno no ha dejado su secreta discreción en todo el año. El penúltimo episodio es el viaje clandestino de la videpresidenta del Gobierno María Teresa Fernández de la Vega al Vaticano para puentear a la Conferencia Episcopal Española, en vísperas de la macromanifestación contra la LOE, organizada por más de 300 organizaciones españolas y extranjeras. De la Vega pretendía dejar ante la opinión pública a la Conferencia Episcopal por cerril, al haber sido incapaz de llegar a un acuerdo con el Gobierno del diálogo, dejando cualquier palabra amable del Vaticano como prueba. El encuentro fue "breve y frío", según el corresponsal en Roma de ABC y consistió en una "llamada a capítulo" de la Vicepresidenta, que se volvió sin acuerdo y Ángelo Sodano "
leyéndole la cartilla".
Todavía quedaba por protagonizar un último episodio el propio presidente del Gobierno. Entonces, parte de la atención pública se dirigía hacia Bruselas. Endesa trataba de zafarse de los intereses políticos (y económicos) que tenían las autoridades españolas en que prosperara la OPA hostil que había lanzado La Caixa, vía Gas Natural, sobre ella. La decisión recaía, entonces, en la Comisión. En esas circunstancias, y según se supo más tarde, José Luis Rodríguiez Zapatero se reunió en secreto con el presidente de la Comisión, José Manuel Durao Barroso, un día antes de que la Comisión remitiera el asunto a las autoridades españolas.
