La jornada gir� en torno a los avisos que recibieron la Polic�a y la Guardia Civil sobre el tr�fico de explosivos de Toro y Trashorras antes del 11-M. Dos testigos protegidos coincidieron en que ETA les compr� dinamita. Lavandera repiti� lo dicho hasta ahora: que ya en 2001 los asturianos buscaban alguien que montara bombas en m�viles. Su controlador en la Guardia Civil, el agente Campillo, fue apartado de la investigaci�n tras reunirse con este confidente.
Fue una sesi�n de confidentes y controladores en la que los testimonios mezclaron esos papeles. Lo hizo el ex jefe de estupefacientes de la Comisar�a de Avil�s, Manuel Garc�a Rodr�guez. "Manol�n" controlaba al acusado Su�rez Trashorras pero lleg� a decir, para justificar las numerosas llamadas que recib�a de su confidente, que el ex minero usaba las llamadas para tenerle controlado. S�lo dio tiempo a las preguntas de la Fiscal�a, en este caso con Olga S�nchez en segundo t�rmino y con Javier Zaragoza, el fiscal jefe de la Audiencia, planteando unas preguntas muy dirigidas.
Antes compareci� el ex confidente de la Guardia Civil, Francisco Javier Lavandera, en calidad de testigo protegido, y asegur� que Trashorras y Toro le ofrecieron en 2001 participar en la venta de explosivos. De Toro dijo que ten�a contactos con ETA y que en una ocasi�n le coment� que la banda terrorista "estaba dispuesta a pagar mucho dinero" por encontrar a alguien que montara bombas a trav�s de tel�fonos m�viles.
Lo denunci� a la Polic�a pero all� no le tomaron en serio y "empezaron a re�rse". M�s tarde entr� en contacto con la Guardia Civil, donde le asignaron al agente Campillo, quien declar� a continuaci�n. El guardia civil afirm� que despu�s de entrevistarse con Lavandera realiz� un informe que entreg� a sus superiores junto con la cinta que conten�a la declaraci�n de Lavandera. A continuaci�n le apartaron de la investigaci�n.
La ex novia de Zouhier fue otra de las personas que compareci� como testigo protegido y se�al� que su ex pareja le cont� que trabajaba como confidente de la Guardia Civil pero a�adi� que pensaba que lo hac�a para esconder que "era un delincuente".
Por la ma�ana, la sesi�n se centr� en la finca de Morata y la casa de Legan�s. Tambi�n compareci� el jefe de seguridad de Amena, compa��a a la que pertenec�an las tarjetas de los m�viles usados el 11-M. El abogado de uno de los acusados desliz� en su interrogatorio que el compareciente, ex comisario, era amigo del funcionario de Polic�a que le pidi� rastrear esas tarjetas el 12-M. Adem�s, un testigo protegido declar� que "antes del 11-M" denunci� a la Guardia Civil que Antonio Toro hab�a
pactado con ETA una entrega de explosivos y que se frustr� porque la banda terrorista intent� rob�rselos. Lo supo a trav�s de Nayo, compinche de Trashorras y su ex cu�ado.
Tambi�n por la ma�ana el presidente del tribunal orden� identificar a una mujer que luci� durante la sesi�n una camiseta con una caricatura de Mahoma. Era una v�ctima de la asociaci�n que preside Pilar Manj�n. No fue apercibida y pudo seguir el juicio en la sala habilitada para las v�ctimas.
La patata caliente, por Luis del Pino