Cuando se habla de libertad, habría que saber a qué tipo de libertad nos referimos. Si a la teórica y formal o a la que se puede vivir y saborear día a día. Yo viví parte de mi infancia (el otro dictador murió cuando yo tenía 10 años) bajo la otra dictadura (la de ahora es más sutil y sibilina) y me sentía más libre que ahora.
"Qué hacía una niña sola en la calle" dijo un famoso juez, de cuyo nombre no quiero acordarme, cuando una niña llamada Mari Luz fue secuestrada y asesinada por un pederasta en Huelva. Una niña que había salido en pleno día a comprar chucherías al quiosco de la esquina. Recuerdo que, cuando yo tenía la edad de esa niña, iba solo a al quiosco de la esquina con total tranquilidad. Recuerdo, con algunos años más, haber ido sólo a la escuela. Recuerdo haber jugado tranquilamente (libremente) por calles y plazas sin miedo a ser secuestrado o asesinado. Guardo una foto hecha en tiempos de la otra dictadura (la del general condecorado, no la más sutil y alienante de ahora) ante la casa de mis abuelos, y hay un detalle que me llama la atención. ¡Las ventanas no tenían rejas! Deje usted hoy día, en esta flamante "democracia", una ventana sin rejas y verá cuánto tardan los cacos en desvalijarle la casa.
Recuerdo que a mis abuelos se les rompió la cerradura de la puerta de casa (una puerta que daba a la calle) y estuvieron meses sin poder echar la llave (de noche ponían una silla tras la puerta para que el viento no la abriera). A ver quien es capaz hoy de dormir con la puerta de la calle sin cerrar con llave. Y podría seguir ponendo ejemplos y mas ejemplos de libertad. No la libertad teórica y etérea que cantan los poetas, sino la libertad que se toca, se palpa y se disfruta. La libertad de un niño de salir tranquilamente a la calle. La libertad de ir solo a la escuela. La libertad de unos adultos de no poner rejas a las ventanas de su casa o de no cerrar con llave la puerta de casa por las noches... ¡Que bonita es la libertad!
Me ha causado gran decepción, aunque no inesperada, este intento de crítica de César Vidal a Pío Moa. La verdad, no he visto ninguna acotación -como Vidal la llama- por ninguna parte. Más que nada han sido una serie de opiniones personales, basadas en su propio criterio, hacia las opiniones de un historiador basadas, también en su propio criterio, pero apoyadas en un conocimiento profundo de la verdad comprobable, pues los documentos lo son, y, sobre todo, en un perfecto conocimiento de la manera de ser, pensar y actuar de la izquierda más radical, pues no en vano él militó en ella.
Vidal peca siempre de soberbio, algo connatural a quien tiene, o al menos dice, tener tantos conocimientos sobre tantas materias diversas. Moa jamás ha pecado de éso, pues él no está en este trabajo para lucimiento personal o, al menos, a mí no me lo parece. Creo que está para ayudar a conocer la verdad, esclusivamente, porque ha visto de cerca el mal y el peligro que supone no enfrentarse a la izquierda y desmontar sus falacias, patrañas y manipulaciones.
Los libros de Moa podrán gustar más o menos, como dice Vidal, pero es innegable que no son contestados por nadie con rigor y con documentos, como él mismo lleva años clamando. Por algo será.
Si Vidal cree que Moa carece de rigor histórico o de conocimiento de las fuentes, nadie le impide escribir contra o debatir con él sobre sus puntos de vista. Como él mismo ha reconocido, le alegró la ausencia de Moa en uno de sus programas. No parece la actitud responsable de alguien que presume de culto y ecuánime, es más, reconocer que se alegró de no tener la oportunidad de rebatirle sus postulados en directo le califica bastante mal personalmente, sobre todo después de este intento fallido de acotación -otro término usado con prepotencia y soberbia por Vidal- en diferido.
Desde aquí mi reconocimiento a la labor de don Pío y mi agradecimiento personal, pues su labor le granjea enemigos hasta en su propia casa.
“Los liberales de corazón –es sabido– defienden la libertad de todos porque saben que de lo contrario mañana también la suya puede estar en juego y lo hacen –lo hacemos– además sin esperar gratitud a cambio.”
Dígame donde están esos liberales que usted define en esa frase. A mí me huele a cuento chino, por más que busco no los encuentro.
Leeré con atención esas acotaciones que pretende hacerle al Sr. Moa. Desde luego esta primera, me parece más ruidosa que efectiva. Confío que explique cuáles son esas fuentes que debiera haber leído Don Pio.
Saludos
paserifo,
Eso de meter en el mismo saco a sacerdotes y teólogos con criminales, descubre una patología cultural bastante penosa, amén de una ignorancia supina.
Dices que te diriges a fanáticos... más bien parece que la cosa va de fanático a fanático. Porque mira, en el mundo del sacerdocio y teológico hay de todo, pero lo menos lo que pueda ser equiparado a criminales y liberticidas.
Una declaración como la tuya habría hecho las delicias de los revolucionarios de 1934 a 1939. Vamos, que te hubieras ganado a conciencia alguna dirección de cheka. Cálmate hijo, cálmate.
Queridos lectores de LD y estimados César Vidal y Pío Moa:
Como a lo mejor pueden ustedes deducir de mi nick (nombre de usuario) soy más joven que ustedes, he vivido la totalidad de mi vida en esta "democracia" y fuí "educado" bajo el sistema de la logse y por lo tanto mi conocimiento en cuanto al tema, no sólo no llega a los tobillos de los dos protagonistas de este debate sino que posiblemente tampoco a los de muchísimos de los lectores de este diario.
Creo que he podido, relativamente, escapar de esa ignorancia impuesta a mi generación a base de un, para muchos, esforzadísimo ejercicio; el de leer. El ejercicio de cultivarme e informarme por mi cuenta, de cuantas más fuentes y opiniones diferentes mejor y bajo la doctrina autoimpuesta de escuchar a todo el mundo y la de no creerme todo lo que me cuenten.
Es por ello por lo que disfruto leyendo este diario, pues informa y personalmente me cultiva como jamás consiguió ninguno de mis jippi-profes de historia, por su total independencia y su libertad a la hora de escribir e informar.
Precisamente por ello, más que llamarme la atención el debate entre un historiador y otro, me he sorprendido por las reacciones de muchos lectores que, como yo, posiblemente acuden a este medio para escapar de la media manipulada que nos rodea, increpando o alarmándose porque exista en este diario de gente ilustrada, un debate (a mi parecer sano) sobre un sistema o régimen en concreto.
Repito que no poseo unos grandes conocimientos sobre el tema (de hecho, los que poseo , se los debo a ser hijo de un "facha" que compra los libros tanto de Don César como de Don Pío, así que provienen de ellos dos) y que puede que a alguien el tono del señor Vidal le haya parecido un tanto altivo para referirse a un colega, pero yo personalmente no encuentro mal alguno en este cruce de argumentaciones que lo peor que pueden traer a mi persona y a muchos usuarios es....más conocimientos....y nunca me quejaré por eso.
Yo por lo tanto, asisto muy emocionado a este debate, pues se produce entre dos grandes y admirados por los que leemos LD (ver a Don Pío debatiendo con un progue es llegar hasta a sentir lástima por el pobre perroflauta) y animaría al resto de lectores, que por cierto también me instruís con vuestros comentarios a tomarse esto como un sanísimo ejercicio de cultura pues a unos y otros, como dije antes, lo peor que nos va a poder pasar ya....es que aprendamos más.
Un saludo a todos.
PD:es mi primera intervencion en este medio y lo he hecho animado precisamente por este artículo, deseo que no sea la única y espero leerles a ustedes también por aqui.
Lo liberal es el respeto a la libertad individual, que es la única libertad auténtica. En España no ha habido casi nunca respeto a la libertad: desde luego, no ahora. Desde luego, no entre 1976 y 1978. Desde luego, no entre 1923 y 1975. Hubo algo de respeto, pero muy poco, y adornado con cierta corrupción entre 1874 y 1923. Y, en general, desde 1808 hasta nuestros días, la libertad ha sido denostada y combatida en España, y no sólo por los muchos gobiernos, sino que ha contado con enemigos en todas las clases, profesiones y ramas: periodistas, universitarios, médicos, jueces, juristas, policías, militares, inventores, economistas, científicos, escritores, poetas, deportistas, borrachos, vendedores, banqueros, editores, industriales, empresarios, estanqueros, músicos, funcionarios, poceros, pintores, etcétera.
No olvido las «profesiones» más propensas a combatir la libertad: sacerdotes, teólogos, criminales, psicópatas, milenaristas, revolucionarios, terroristas, pistoleros y ladrones, y muchos más de este jaez.
El franquismo fue una dictadura. Su legitimidad venía de ganar la guerra civil, y nada más. No trajo la democracia, sino que ésta fue votada por los españoles en 1978. Los mismos españoles que tanto desprecian su libertad que no la reclaman, ni la defienden, y están dispuestos a dejar que un partido como el PSOE la maltrate y la zahiera una y otra vez. Los mismos españoles que se conmovieron con el secuestro de José Antonio Ortega Lara y con el asesinato de Miguel Ángel Blanco Garrido, decidieron dar la espalda a las víctimas del terrorismo y dejar que el Gobierno y que el Tribunal Constitucional cometan actos inicuos, inmorales e ilegales, y no piensan en salir a la calle, ordenadamente, eso sí, y exigir la dimisión inmediata de todos los miembros del gobierno y del TC, y la convocatoria de elecciones a Cortes Constituyentes, para hacer una constitución que en la que se prohiba y se castigue como es debido los actos de traición, terrorismo, colaboración con bandas terroristas, y corrupción; y una constitución que establezca unos objetivos económicos claros sobre asuntos como la deuda, el déficit, los impuestos, la separación de poderes, las listas electorales abiertas, la financiación exclusiva de partidos políticos, sindicatos, organizaciones religiosas y universidades por parte de sus miembros.
Hay mucho fanatismo hacia Moa. El destino del fanático es claro e inevitable: decepción, confusión, desesperanza, vergüenza, miedo, rencor, dolor y una gran intranquilidad espiritual.
Me dirijo a los fanáticos: lean, razonen, dejen de ladrar y empiecen a escribir con propiedad, mientras les quede tiempo. Libertaddigital.com no es una secta, ni un partido político, y Pío Moa no es ni profeta ni líder carismático: No lo traten como tales. Ahórrense los insultos y los berrinches infantiles. Y no fundamenten sus opiniones en sus sentimientos. Los sentimientos están para tomar decisiones, no para razonar.
D. Pío le felicito por su libro "La Transición de Cristal". Ya iba siendo hora que un historiador autorizado como Vd., comenzara a poner en su sitio, con la verdad histórica, a la manida y manoseada "Transición Modélica".
También haría falta puntualizar que siempre que nos refiramos al franquismo, debiéramos siempre dualizar claramente, distinguiendo al hombre histórico que le dio nombre, de los tropecientos mil sinvergüenzas, chaqueteros y mamandurrios (tantísimos clanes como el de los Lamo de Espinosa, por ejemplo) que configuraron ese Régimen, y que desde el año 1968 hicieron progresivamente del "Jordán antifranquista" su infecta religión que les redimiera de su "vergonzante" pasado o el de sus ancestros más inmediatos.
Le invito D. Pío a que abunde en esta reflexión desde sus autorizados escritos.
En las tertulias de los únicos medios como Libertad Digital, Intereconomía, el Mundo y pocos más, en los que con todos sus inevitables defectos, excepcionalmente se cantan “Verdades del barquero”, demasiadas veces aún se recurre a una previa y rápida inmersión en un socorrido “Jordán antifranquista”, para luego argumentar muchas veces una precisa, y contundente crítica a la penosa situación política actual.
Es lamentable que aún se tenga que recurrir como punto de partida a este referido “Jordán”, para soltar todo lastre que imposibilite una temida imputación de supuestos de “extrema derecha” o “fascismos” al tertuliano o columnista muchas veces acertado, veraz, y brillante. Es lo más cómodo, lo sencillo y hasta “lo gratificantemente progre…”, aunque la mayoría de las veces, no responda a la verdad de unos hechos y en unas circunstancias, de una ya algo lejana historia.
De esas armas arrojadizas con socorridos fascismos, jaleados por una progresía prisaica y orwelliana en el poder, es muy difícil librarse ya que sus armas dialécticas son siempre la descalificación y el agitprop, nunca una argumentación honesta, verdaderamente democrática y libre.
Insisto que es ya hoy, únicamente un “Jordán purificador” simplonamente recurrente y, en la mayor parte de las ocasiones, falso e improcedente.
Historiadores íntegros de la competencia, buen hacer, rompedor y valiente como Pío Moa, han demostrado por activa y pasiva que lo mejor de nuestra aún vigente democracia de partidos, proviene directamente del franquismo, en una prevista SUCESIÓN más que SERVIDA y, a través de una “Transición… no tan modélica”.
Antes del franquismo, sucedió lo que tristemente sucedió, por aquellas décadas decadentes de infectos borbones, por aquellos nefastos experimentos políticos jacobinos y marxistas de la II República, culminada en revolución de inspiración leninista y obediencia estalinista, cuyos resultados hoy están totalmente contrastados, en sus crueles miserias y atrocidades.
Con todos los defectos de aquellos años de franquismo, y ya en “onda” con las actuales “memorias históricas…”, si no hemos querido olvidarlos… para mejor escarnecerlos, a lo mejor…, algún día…, los volveremos a ponderar para rendirles un justo reconocimiento, acompañado de un claro repudio a tan larga etapa de una estéril y servil intelectualidad sectaria, tan ingratamente mendaz, jaleadora de la absoluta e injusta denigración a dichos años autoritarios.
¡Ya está bien de tanta mentira, eterno chaqueteo infame y rancios complejos… progres!
Olvídense ya del virtual y falso ”Jordán Antifranquista”, suelten de una vez tan barato amuleto y argumenten limpiamente en verdad y libertad.
D. César escucho todos sus programas al igual que a D. Federico, siento una gran admiración por ustedes y llevo con orgullo ser uno de esos pequeños accionistas de esa cadena, pero por favor reflexione sobre lo ocurrido con D. Pío. Yo tengo más años que usted y he vivido la “Dictadura” de Franco. No tengo ni de lejos la formación que tiene usted, que parece magnífica, pero sí tengo sentido común y capacidad de análisis, que son suficientes para comparar los periodos políticos en cuestión. He llevado palos de los grises por pedir más libertad, pero nunca sentí tan mermados mis derechos y mi libertad como ahora.
Le he escuchado en sucesivas ocasiones manifestar críticas muy aceradas hacia Franco. Sepa usted que ninguna persona medianamente sensata quiere una dictadura, pero sin embargo parece obligado analizar por qué se produjo, y qué resultados se produjeron en esos años de gobierno franquista. A continuación habrá que comparar con la situación actual en los asuntos que verdaderamente nos afectan a los ciudadanos: IGUALDAD DE OPORTUNIDADES, LIBERTAD, PROTECCIÓN Y JUSTICIA.
Sepa usted que pienso que dentro de 50 años aproximadamente, los historiadores harán justicia sobre ese periodo de la historia de España, y creo sinceramente que restaurarán las estatuas y monumentos que ahora le han quitado.
Lea de nuevo y muy detenidamente su artículo, le aseguro que hay párrafos muy desafortunados que no son propios de su categoría como persona, y que exigen como mínimo que pida disculpas a D. Pío.
Me hace gracia, que sea D. Cesar Vidal, el que vaya de erudito y máxima autoridad para seleccionar al que tiene calidad para aparecer en sus programas, y que se autoproclame censor de la no excelencia y rigurosidad, cuando sus libros son infumables.
Grande fue mi decepción cuando lei el primero de ellos y los siguientes me parecieron más de lo mismo. He decidido no malgastar ni mi tiempo, ni mi dinero en leer ni uno más. Siempre me dan la impresión de un copia y pega de pasajes documentados de la historia, mezclados con personajes de su invención que carecen de dinamismo, atractivo, madurez literaria,... Encuentro a Pio Moa, mejor escritor que él comparándolo con respecto a numerosos parámetros literarios. No me parece justa su crítica porque considero que el criticado es como escritor manifiestamente mejor que Cesar Vidal.
Oigo su programa de radio, me parece ameno e interesante, pero como escritor, le recomendaría que no saque tantos libros carentes de calidad, como churros, y se dedique alguna vez, si quiere ser vanagloriado como tal, a meditar y madurar un libro más original, ameno y algo más intimista y menos "aséptico" en cuanto a la distancia que mantiene entre el lector y sus más hondos sentimientos.