El peor año de Zapatero

ZP, EL INGENIERO SOCIAL

Rodríguez Zapatero quiere convertirse en el ingeniero social de España y para ello ha iniciado una serie de políticas y de leyes con las que pretende reformar la sociedad según su criterio. La nueva ley del aborto, la llamada de muerte digna, su laicismo radical y la llamada memoria histórica unidos en su acoso al Valle de los Caídos, la abusiva ley del tabaco y la abolición de los toros en Cataluña son sólo algunos ejemplos de sus políticas.

La polémica y radical ley del aborto entró en vigor el pasado 5 julio tras haber sido aprobada en febrero en el Congreso con una división total entre los grupos parlamentarios. Pero Zapatero se empeñó en sacar adelante la ley pese a la rebelión cívica y la división total del espectro político, utilizando incluso el insulto para definir a los opositores a esta norma.

De hecho, el PP y varios gobiernos autonómicos presentaron un recurso de inconstitucionalidad ante una nueva ley que abre de par en par el aborto libre y que permite que las menores de 16 años puedan abortar sin el consentimiento paterno. A este aspecto hay que sumar la decisión del Gobierno de aprobar que se puedan dispensar sin ningún tipo de receta médica ni límite la píldora abortiva pese a los acreditados y graves efectos secundarios.

Otro caballo de batalla ha estado relacionado con el Valle de los Caídos. De todos es conocido que  dos de las principales apuestas del presidente Zapatero son la mal llamada memoria histórica y su laicismo radical. Y ambas han coincidido en la abadía benedictina.

El Valle de los Caídos se ha convertido en un objetivo prioritario para el Gobierno, y todo ello mediante maniobras ocultas y lentas. En un primer momento, el Ejecutivo se escudó en una obra de rehabilitación para cerrar las instalaciones al público. Más tarde llegaron las presiones a la comunidad benedictina, intentando ahogar sus fuentes de ingreso representadas en la hospedería y el turismo. El acoso fue tal que desde las instancias gubernamentales se ordenó a la Guardia Civil registrar todos los coches que acudían al templo buscando banderas de España de cualquier tipo, algo que, en su opinión, vulneraba la ley de memoria histórica.

Por último, y para más inri, el Gobierno socialista prohibió el culto en la basílica. Este hecho provocó una inusitada respuesta ciudadana. Tras impedir celebrar misa en la Basílica, los benedictinos celebraron la Eucaristía al aire libre fuera de las instalaciones ante 200 personas. La semana siguiente eran miles de personas y atascos kilométricos para llegar a Cuelgamuros, lo que provocó que permitiesen celebrar el oficio religioso en la explanada del Valle de los Caídos. Y esta afluencia se mantuvo hasta que el Gobierno se vio obligado a anunciar la reapertura del templo el pasado 19 de diciembre, que contó con la presencia de más de 3.000 personas.

Unido a este aspecto no se puede dejar pasar el anticristianismo, auspiciado en el laicismo radical, liderado por el jefe del Ejecutivo. El ejemplo más claro se produjo el pasado mes de noviembre con la visita del Papa Benedicto XVI a España, concretamente a Santiago de Compostela y Barcelona.

La política de Zapatero quedó de manifiesto cuando aceptó ser el invitado de Obama en el desayuno de oración en EEUU y en cuyo discurso el jefe del Ejecutivo español incluso citó el libro del Deuteronomio del Antiguo Testamento. Sin embargo, cuando llegó el jefe del Estado del Vaticano y líder espiritual de millones de españoles a los que gobierna, Zapatero huyó y se inventó un viaje para no recibir al Papa. Para ello, programó una visita sorpresa a Afganistán. Mientras la Familia Real se dividió entre las dos ciudades visitadas por el Santo Padre, tuvieron que ser los ministros los que aparecieran junto a Benedicto XVI en representación del Gobierno. Sólo para despedir al Papa apareció Zapatero en Barcelona, es decir, diez minutos en un viaje de dos días.

Y mientras tanto, el año Xacobeo, de importancia máxima en el aspecto turístico, cultural y también religioso, ha sido igualmente ninguneado por el presidente, que no se dignó a acudir a Santiago en todo 2010, algo que sí han hecho numerosas personalidades.

La ingeniería social de Zapatero continúa con nuevas leyes enmascaradas con nombres que disfrazan otros fines. Igual que la ley del aborto fue denominada de Salud Sexual y Reproductiva, ahora la puerta abierta a la eutanasia pretende ser llamada Ley de Muerte Digna. Andalucía fue la avanzadilla y la que abrió el camino. El Ejecutivo central realizó el anuncio tras un Consejo de Ministros y una vez ultimada su propuesta la presentará el próximo mes de marzo.

Por otro lado, el pasado 28 de julio Cataluña vivió un nuevo recorte de sus libertades después de que el Parlamento autonómico prohibiese las corridas de toros. Como es lógico, una gran mayoría de españoles vio razones políticas en esta decisión. Ante las críticas del PP, tanto el Gobierno como el PSOE se negaron a revocar esta medida en el Parlamento nacional. Incluso los socialistas se opusieron a que las corridas de toros se declarasen bien de interés cultural y turístico.

Los toreros se sintieron muy solos tras la prohibición y echaron en falta el apoyo de la Casa Real, donde algunos de sus miembros son grandes aficionados a los toros. De hecho, Paco Camino y Joselito, entre otros, tuvieron palabras muy duras contra el Rey Juan Carlos.

Y mientras tanto, también aparecían declaraciones miserables. Los antitaurinos del resto de España se vinieron arriba y empezaron a hacer campañas para ampliar abolición. En el País Vasco, una organización se preguntaba por qué se condena a ETA y no a los toreros. Y es que a pesar de las críticas se reafirmaron diciendo que terrorismo y toros eran “exactamente lo mismo”.

Otra de las iniciativas con las que el Congreso tiene previsto cerrar el año es la polémica ley antitabaco, que entrará vigor el 2 de enero. La prohibición de fumar en todos los espacios públicos cerrados -y el notorio aumento del impuesto del tabaco- han provocado múltiples quejas de hosteleros y tabacaleras ante la previsible pérdida de empleos y ventas, cuestionando un órdago que se aleja de la legislación de la mayoría de los países de la UE.

La nueva ley –que incluso prohíbe fumar en algunos lugares al aire libre- vino después de que incluso la ex ministra se Sanidad Trinidad Jiménez reconociera el escaso éxito de la primera iniciativa puesta en marcha hace tres años. El texto ha tenido críticas incluso dentro de las filas socialistas: Joaquín Leguina afirmó que esta ley supone “meter al Estado en nuestra alcoba".

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