En el actual marco político español, el anuncio de la
negociación del Gobierno dirigido por el Señor Rodríguez
Zapatero con los asesinos de ETA-Batasuna ha supuesto, para todos
aquellos que respetamos y defendemos la democracia, uno de los golpes
más duros sufridos a lo largo de nuestras vidas. Y ello, por
lo que implica de renuncia voluntaria por parte de los actuales líderes
del PSE/EE y del PSOE a la defensa del Estado de Derecho -tarea a
la que indisolublemente debería estar vinculada su labor en
las Instituciones Públicas- y de cesión al chantaje
de los terroristas.
Cuando se cumple el noveno aniversario del asesinato de Miguel
Ángel Blanco, cuyo legado sirvió para despertar a
una ciudadanía hasta entonces en muchos casos aletargada
y carente de respuesta contundente frente a la barbarie y al terrorismo
etarra y que dio lugar al denominado "espíritu de Ermua",
el Gobierno ha frustrado de un plumazo las expectativas de los que
pretendíamos la derrota de ETA y ha accedido a negociar con
los asesinos. De esta forma, ha traicionado no sólo a las
víctimas del terrorismo en su conjunto sino a la inmensa
mayoría de la ciudadanía española cuya máxima
aspiración era la claudicación de los asesinos ante
el Estado de Derecho.
Frente a lo anterior, sentarse a negociar con los Otegi, Permach
y compañía supone legitimar tácitamente la
actuación de los terroristas, avalando así la hoja
de ruta que ETA-Batasuna presentó hace dos años en
la denominada Declaración de Anoeta. Una democracia que se
precie de serlo no puede negociar de de "tu a tu" con
unos asesinos y, mucho menos, acceder a otorgar contraprestaciones
políticas a cambio del mal denominado "proceso hacía
la paz". Así lo han entendido los amenazados por la
banda asesina y los representantes de las víctimas del terrorismo
quienes han evidenciado la traición a la memoria de los asesinados
que supone la reunión celebrada en San Sebastián,
hace unos días, entre representantes del PSE (Patxi López
y Rodolfo Ares) y del brazo político de la banda terrorista
(Arnaldo Otegui, Rufi Etxebarria y Olatz Dañobeitia). En
este sentido la presencia de familiares de víctimas procedentes
de distintos lugares de España, entre las que se encontraba
Pilar Ruiz, madre de Joseba Pagazaurtundua, para denunciar lo vergonzoso
del encuentro entre miembros de la Ejecutiva socialista y aquellos
que fueron los verdugos de miles de inocentes, resultó conmovedor
por cuanto tiene de testimonio personal del sufrimiento que entre
las víctimas produjo dicho encuentro.
Desgraciadamente parece que, por el momento, los asesinos se han
salido con la suya y que merced a la debilidad del Señor
Rodríguez Zapatero y del conjunto de su Ejecutivo, la hoja
de ruta establecida por ETA-Batasuna se está cumpliendo.
No obstante, ahora es el momento para que la ciudadanía
española responda frente al sinsentido y la barbarie. Responda,
también, frente a la indignidad y la traición que
los lideres del PSE y el PSOE están cometiendo. Hoy más
que nunca debemos aferrarnos al "espíritu de Ermua"
y exigir de nuestro Gobierno y representantes políticos el
final de toda negociación y concesiones a los asesinos y
a sus cómplices, De lo contrario, el sometimiento de nuestra
democracia ante un grupo de despiadados criminales terroristas es
un hecho y sus consecuencias no deseadas inimaginables en estos
momentos. Por esta razón seguimos manteniendo la necesidad
de potenciar el "espíritu de Ermua" y manifestar
alto y fuerte en todos los lugares donde nos sea posible hacerlo:
NEGOCIACIÓN EN NUESTRO NOMBRE NO.
Gotzone Mora es concejal del PSE en Getxo y profesora de la Universidad
del País Vasco / EHU