Anuario 2005 Libertad Digital
El fallido asalto al BBVA


Los movimientos "estrictamente empresariales" promovidos desde el Gobierno no han comenzado con la OPA hostil de Gas Natural sobre Endesa. A finales de 2004 se inició otro que tuvo como protagonista nada menos que al segundo banco de España. Sacyr-Vallehermoso inició un movimiento para comprar una participación importante en el BBVA que, con el apoyo de financieros como Juan Abelló, podría llegar al 8 por ciento. El objetivo era desbancar a Francisco González de la presidencia del banco para sustituirlo por alguien con más talante hacia el Gobierno. El nombre que sonaba con más fuerza es el de Miguel Sebastián. Era el asalto al BBVA.
 
El 14 de diciembre de 2004 el Banco Santander se declaró "mero espectador" de la operación, pero como Sacyr-Vallehermoso insistía en llevarla a cabo, inicialmente por un 3,1 por ciento del capital de BBVA, el financiero y consejero de ambas empresas Juan Abelló renunció a su puesto en el banco de Botín. Ya en 2005, el ministro de Economía Pedro Solbes apostó por la "españolidad" del accionariado del BBVA, lo que se interpretó como un apoyo del ministro a la operación. Pero el intento parecía llegar a una vía muerta. En estas condiciones, el Gobierno pensó en un Plan B, que se inició con la filtración a la Cadena SER de que "La CNMV estudia presuntas irregularidades en la venta de la sociedad de Bolsa del presidente del BBVA". La emisora de Polanco explicaba que el órgano regulador de la bolsa estaba estudiando una documentación del banco estadounidense Merrill Lynch que desvelaría una operación de "ingeniería financiera". Esta operación, dijo entonces la cadena SER, encubriría "un descubierto contable de al menos 800 millones de pesetas".
 
Cuando comenzó el asalto, el 24 de noviembre de 2004, los responsables del BBVA recibieron desde Sacyr dos dossieres contra los gestores del banco, el segundo de los cuales estaba elaborado por José Pérez, un hombre de Emilio Ybarra. El Grupo PRISA fue protagonista en toda la historia. Primero porque la Cadena SER fue puesta en evidencia por Manuel Conthe, al informar de que el periodista Javier Ruiz, redactor jefe de Economía de la cadena de emisoras, entregó la documentación de Merryl Lynch a la CNMV, con un contenido que había ocultado a sus oyentes. La emisora, tras ser descubierta, cargó contra Manuel Conté, pero éste responde exigiendo a la SER una "disculpa" por "sus dos invenciones".
 
Cuando nada parece funcionar según los planes, la Cadena SER decide colaborar en el Plan C. Cuando el BBVA anuncia los mejores resultados de su historia, la SER informaba de que la Fiscalía Anticorrupción, a instancias del fiscal general del Estado, Cándido Conde Pumpido, había decidido estudiar de oficio las presuntas irregularidades contables existentes en la venta de la sociedad FG (propiedad de Francisco González). Una campaña de acoso a González que, como desveló Libertad Digital, causó malestar entre varios dirigentes socialistas. Hasta el momento no ha funcionado el intento de controlar el banco.

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