El 18 de julio, un voraz incendio acabó con la vida de once personas que luchaban contra él, en Guadalajara. Comenzó cerca de Ribas de Saelices, y llevó al desalojo de varias localidades de la zona. El origen la esta tragedia fue la imprudencia de un grupo de personas que encendió una barbacoa en el paraje conocido como Cueva de los Casares, un pinar de Riba de Saelices, es al norte de la provincia.

 

José Luis Rodríguez Zapatero tardó una semana en desplazarse a la zona, que había pasado por uno de los peores incendios de la historia reciente. Lo hizo casi en secreto, sin que los vecinos pudieran reaccionar y exigirle responsabilidades. La foto del momento fue la del presidente con el alcalde de Ablanque, que aparecía llorando. Luego se supo que dicho alcalde tardó cuatro días en volver de vacaciones tras el incendio. Por exigencias del Partido Popular, se abrió una comisión de investigación regional de la que el Partido Socialista tenía escritas las conclusiones antes de que comenzara. El PSOE había vetado la comparecencia del presidente de la Junta de Castilla y La Mancha, José María Barreda, y de la dimitida consejera de Medio Ambiente, Rosario Arévalo. El Partido Socialista también vetó un informe del 112 que daba cuenta del caos en la coordinación de las fuerzas de seguridad y de extinción. Más recientemente, el PP y los familiares de las víctimas ha solicitado una nueva comisión sobre el incendio, que fue vetada por el PSOE.

 

El asunto está sub iudice, pero varios familiares de las víctimas denunciaron varias llamadas telefónicas que ha recibido el Juzgado de Sigüenza que se anunciaban como hechas desde Moncloa. Para los familiares esto supone un "ataque a la independencia judicial" y un obstáculo para que se "averigüe toda la verdad de lo ocurrido".

 

El informe revela que los alcaldes actuaron por su cuenta, sin indicaciones de qué se debía hacer en cada momento, a pesar de las insistentes llamadas a los servicios de emergencia. También se produjeron problemas de comunicación. Los teléfonos de los servicios de bomberos de Molina de Aragón, Alcolea y Sigüenza respondían a las llamadas "... apagado o fuera de cobertura". El desastre en la coordinación de los servicios en el incendio de Guadalajara no le impidió al ministro del Interior, José Antonio Alonso, decir que España estaba más preparada que los Estados Unidos para un evento como el Katrina, un huracán de grado máximo, fenómeno meteorológico que no se produce en nuestra península.