Tributos en la hora del adiós
- George W. Bush, presidente de EEUU: “Esta es una triste hora para América. (...) Ronald Reagan se ganó el respeto de los americanos con su grandeza, y se ganó su amor con su bondad. Tenía la confianza que da la convicción, la fuerza que da el carácter, la gracia que da la humildad y el humor que da la sabiduría. Deja atrás una nación que él restauró y un mundo que contribuyó a salvar. Durante los años del presidente Reagan, América acabó con una era de división y de duda en sí misma. Y debido a su liderazgo el mundo acabó con una era de miedo y tiranía (...) Él siempre nos dijo que lo mejor para América aún no había llegado. Tenemos el consuelo de saber que eso es verdad también para él. Su trabajo está hecho. Y ahora una ciudad brillante le espera. Que Dios bendiga a Ronald Reagan”.
- George H.W. Bush, ex vicepresidente con Ronald Reagan y sucesor de éste al frente de EEUU: “Fuimos oponentes políticos y llegamos a ser amigos íntimos. Barbara y yo lloramos la pérdida de un gran presidente y de un gran amigo. Tenía la capacidad de adoptar una decisión sin suscitar rencor o enemistad en otra gente”.
- Mijaíl Gorbachov, ex mandatario soviético: “Creo que Ronald Reagan fue un gran presidente, con quien la dirigencia soviética pudo lanzar un muy dificultoso pero importante diálogo. Reagan fue un estadista que, a pesar de todos los desacuerdos que existían en aquel tiempo entre nuestros países, se dispuso con previsión y determinación a encontrar un camino intermedio para nuestras propuestas y a cambiar para mejor nuestras relaciones; detuvo la carrera nuclear, comenzó a abandonar las armas nucleares y dispuso que las relaciones entre nuestros países se normalizaran. No sé cómo hubieran actuado otros estadistas en ese momento, porque la situación era muy difícil. Reagan, a quien muchos consideraron un ultraderechista, se atrevió a dar esos pasos, y esa es su más importante hazaña”.
- Margaret Thatcher, ex primera ministra del Reino Unido: “Ronald Reagan pudo reclamar más que ningún otro líder haber ganado la Guerra Fría para la libertad, y lo hizo sin disparar un solo tiro. Es una pérdida no sólo para quienes lo conocimos, y no sólo para la nación a la que sirvió tan orgullosamente y a la que amó tan profundamente, sino para millones de hombres y mujeres que viven hoy en libertad debido a las políticas que él ejecutó”.
- Jacques Chirac, presidente de Francia: “Un gran estadista que, debido a la fortaleza de sus convicciones y a su compromiso con la democracia, dejará una profunda huella en la historia”.
- John Kerry, candidato demócrata a la Casa Blanca en las presidenciales de noviembre de 2004: “Incluso cuando rompía los corazones demócratas, lo hizo con una sonrisa y bajo el espíritu de un debate honesto y abierto. Las diferencias eran reales, pero (...) nos enseñó que hay una gran diferencia entre las fuertes creencias y el enconado partidismo. Hoy, a la vista de los nuevos retos, su ejemplo nos recuerda que debemos marchar hacia adelante con optimismo y actuar. Fue nuestro presidente más viejo, pero hizo joven a América otra vez”.
- Bill Clinton, ex presidente de EEUU: “Hillary y yo siempre recordaremos al presidente Ronald Reagan por la manera en que personificó el indomable optimismo del pueblo americano, y por mantener a América en la vanguardia de la lucha por la libertad. Es apropiado que una pieza del Muro de Berlín adorne el Edificio Ronald Reagan en Washington”.
- Lech Walesa, ex líder del sindicato anticomunista Solidaridad y ex presidente de Polonia: “Hubo un tiempo –y eso ocurre muy raramente- en que algunos políticos pensaron de la misma manera en diferentes lugares del mundo. No necesitaron reunirse para hablar. Se entendían los unos a los otros –el Papa, Reagan, Mitterrand, Lech Walesa-. Nosotros acordamos dar el golpe final al más asesino y estúpido de los sistemas políticos: el comunismo. Cuando (Reagan) vio la injusticia, quiso acabar con ella; vio el comunismo, y buscó golpearlo y acabar con él”. “Ronald Reagan fue un gran comunicador no porque dijera cosas de un modo inusual, sino porque decía grandes cosas, cosas que eran verdad y que era preciso decir”.
- Colin Powell, secretario de Estado norteamericano: “El presidente Reagan avivó el espíritu de América. Tuve el privilegio de servirle como consejero de Seguridad Nacional, y estoy orgulloso de haber sido un soldado durante su presidencia, durante la cual quedaron restauradas la moral y las proezas militares de nuestras Fuerzas Armadas”.
- Arnold Schwarzenneger, gobernador de California: “No sólo lo admiré, sino que tuve la inmensa fortuna de poderle conocer. Fue un héroe para mí”.
- Vaclav Havel, líder de la Revolución de Terciopelo, ex presidente de Checoslovaquia y de la República Checa: “Me han golpeado profundamente las noticias acerca de la muerte de Ronald Reagan. Fue un hombre de firmes principios cuya contribución a la caída del comunismo es indisputable”.
- Helmut Kohl, ex canciller de Alemania: “Un gran amigo de los alemanes. Ronald Reagan fue un hombre que consiguió grandes logros para su país. Fue un golpe de suerte para el mundo entero, especialmente para Europa. Su firme apoyo a la libertad contribuyó decisivamente a superar la división de Europa y Alemania. Los alemanes tenemos mucho que agradecer a Ronald Reagan”.
- Yasuhiro Nakasone, ex primer ministro de Japón: “Un amigo indispensable del pueblo japonés. Fue un gran presidente, que lideró la victoria de la libertad frente al comunismo durante la Guerra Fría”.
- Brian Mulroney, ex primer ministro de Canadá: “Una gran pérdida para los EEUU y para el mundo. Fue una persona absolutamente maravillosa, y un gran e histórico líder que será recordado muy favorablemente”.
- Vaira Vike-Freiberga, presidente de Letonia: “Quedará en los corazones de los letones como un luchador por la libertad y la justicia en todo el mundo”.
- Gerhard Schroeder, canciller de Alemania: “Su compromiso para superar el conflicto Este-Oeste y su visión de una Europa unida y libre crearon las condiciones para el cambio que hizo posible la reunificación de Alemania. Por ello, los alemanes siempre honraremos su memoria”.
- Lee Edwards, autor de la primera biografía política de Ronald Reagan: “Reagan llevó a los americanos a creer de nuevo en sí mismos y en el futuro. Les llevó a aceptar que no necesitan del Estado del Bienestar para resolver sus problemas económicos y sociales. Y miró a los soviéticos a los ojos y vio que no medían 10 pies de alto. La confianza de Ronald Reagan en la gente y su amor por la libertad estaban enraizados en la sabiduría y filosofía de los Padres Fundadores (...) Habiendo dado inicio a una expansión económica que continúa hoy día, habiendo finalizado la Guerra Fría sin disparar un solo tiro y habiendo restaurado la confianza de los americanos en sí mismos, Ronald Reagan pudo irse tranquilamente a casa”.
- Paul Craig Roberts, columnista del Washington Times: “Pocos americanos reconocen que la política económica del presidente Reagan obtuvo la victoria en la Guerra Fría, por medio de un rejuvenecimiento del capitalismo. Varios miembros de la Academia de Ciencias Soviéticas, con los que hablé en Moscú durante los últimos meses de la URSS, estaban de acuerdo en que la confianza del presidente Reagan en el capitalismo, y no su aumento del gasto en Defensa, provocó que los líderes soviéticos perdieran la confianza [...] Él liberó nuestra economía y ahuyentó la “malaise” que paralizó a la Administración Carter y dio esperanza a los líderes soviéticos”.
- Thomas Sowell, uno de los más distinguidos comentaristas políticos norteamericanos: “Hay varias maneras de juzgar a un presidente o a cualquier otra persona. Una, pasada de moda, atiende a sus resultados. Otra, más popular en los años recientes, se fija en la manera en que se ajusta a las preconcepciones de la intelligentsia o de los medios de comunicación. De acuerdo con la primera manera, Ronald Reagan fue el más exitoso presidente de EEUU en el siglo XX. De acuerdo con la segunda, fue un completo fracasado. Una y otra vez el presidente Reagan fue contra lo que los engreídos listillos decían (...) Y una y otra vez obtuvo resultados [...] Reagan fue tenido por completamente fuera de onda cuando dijo que el comunismo era “otro triste, extravagante capítulo de la historia humana cuyas páginas finales se están escribiendo ahora”. ¿Cuánta gente “inteligente” sabía que estaba próximo el final de la URSS? Ronald Reagan dejó su país –y el mundo- mejor de como lo encontró. Y sonrió mientras lo hizo. Esa es su grandeza –si lo juzgas por sus resultados”.
- The Wall Street Journal (editorial): “Es común hablar ahora de la ‘caída’ del Muro de Berlín. Pero no cayó por sí mismo. Fue echado abajo: literalmente, por los alemanes de ambos lados; metafóricamente, por Mr. Reagan [...] Una de las paradojas de Reagan es que aunque fue nuestro presidente de más edad, vio mucho más allá que la mayoría de los demás. Fue el propio Reagan, y no la CIA, quien predijo el derrumbe de la URSS. Tan pronto como en 1981 –en su famoso discurso de Notre Dame- calificó al comunismo de “triste, extravagante capítulo de la historia humana cuyas últimas páginas están siendo escritas ahora”. Un año después dijo en la Cámara de los Comunes británica que “la marcha de la libertad” y la democracia “dejará al marxismo-leninismo en el basurero de la historia”. Y en 1988, antes de que Gorbachov reconociera la debilidad soviética dando inicio a la perestroika, Mr. Reagan describió a los estudiantes de la Universidad de Moscú el vínculo entre el microchip y la expansión de la libertad humana. [...] Su agenda de reducción de impuestos y desregulación prendieron la mecha que restauró la confianza de EEUU en sí mismo y forzó a los líderes soviéticos a confrontar la realidad con su propia debilidad. [...] La radiante fortaleza de Mr. Reagan produjo en ocasiones incomodidad tanto en sus amigos como en sus enemigos. Antes de Reagan, el conservadurismo americano del siglo XX tenía un toque de abatimiento: la civilización occidental estaba en decadencia y el camino de la servidumbre era inevitable. Mr. Reagan nunca suscribió esto. [...] Más que ningún otro presidente desde Lincoln, Mr. Reagan personificó que el excepcionalismo es una parte esencial del carácter americano y que continúa motivando nuestras políticas. Esta confianza en los propósitos americanos hizo imposible a los críticos izquierdistas de Mr. Reagan persuadir al pueblo americano de que era el cow-boy loco de extrema derecha de sus descripciones”.