Diez años de Libertad Digital (2000-2010) Libertad Digital
José María Marco

José María Marco

El gusto por la libertad

Libertad Digital nació de la conjunción de dos circunstancias. Había un grupo de personas que se habían ido reuniendo periódicamente hasta aquel momento y habían acabado compartiendo una forma de pensar y de enfrentarse al hecho político. Y estaba la oportunidad que ofrecía la renovación tecnológica que acababa de tener lugar, con la aparición de internet y lo que aquello significa en cuanto al acceso y la puesta en circulación de la información.

En cuanto a lo segundo, era obvio que internet ofrecía una posibilidad, hasta ahí in�dita, de canalizar e influir en la opinión pública: relación directa, inmediata, y respuesta también inmediata y directa. Libertad Digital llamaba así, irremediablemente –y lo ha seguido haciendo desde entonces– a voces nuevas, a cualquiera que quisiera expresar una opinión dentro de un muy amplio espectro liberal y conservador, sin excluir posibles contradicciones que pueda haber.

Eso ha sido, a mi entender, de lo más valioso de Libertad Digital: la tecnolog�a puesta naturalmente al servicio de un proyecto que valoraba lo que en esa revoluci�n tecnol�gica había de emancipador. Era un poco ut�pico, pero no tanto como se podía pensar. La prueba es la supervivencia de Libertad Digital, la aparici�n de nombres nuevos, el equipo que lo hace y todos los j�venes que desde entonces se han ido incorporando al proyecto: toda una generación de libertarios-conservadores (las paradojas abundan en este campo) que ha elaborado una posición y unas ideas ajenas al discurso político actual, pero inmediatamente relacionado con �l y que lo somete a cuestionamientos radicales y lo renueva.

En estos años, este grupo ha renovado en profundidad a aquel que estuvo en el origen de Libertad Digital. All� se habían mezclado, a lo largo de los años 90, periodistas, intelectuales, profesores, economistas, empresarios, profesionales y políticos de muy variada procedencia y condici�n. Los había que ven�an de la izquierda –con todas las variantes imaginables– y los había que nunca se habían interesado por la ideolog�a socialista sino era para criticarla. Conflu�an en dos cuestiones. Una era el liberalismo, en particular el liberalismo político y económico, reivindicado después del desplome del Muro de Berl�n y el colapso de la Uni�n Sovi�tica: había quien sent�a una desconfianza instintiva e irremediable ante el poder, y había quien ve�a en la libertad la única forma de salir de una crisis econ�mica de veinte años de duraci�n.

Adem�s del liberalismo, aquellas personas pensaban que la política no se reduce a una actividad profesional y reservada a los profesionales de la política. Quiz� fuera una herencia de los años juveniles, de la Transici�n, o de conceptos más antiguos de la acci�n política, el caso es que se viv�a la política como una actividad que sigue afectando a todos, en la que todos tienen algo que decir y en la que quienes se dedican a ella est�n en la obligaci�n de rendir cuentas, además hacer inteligible su acci�n a la opinión p�blica. Esta actitud iba en contra de la tendencia, al parecer natural, de la democracia española tal como se ha ido configurando. Muchas de las personas de aquel grupo, por otra parte, ya no est�n representadas en Libertad Digital. Aun as�, aquella concepci�n de la política ha conectado con sectores muy amplios de la sociedad española y ha sido renovada por quienes hoy hacen Libertad Digital. S�lo por eso, por haber contribuido a que prendiera otra vez el gusto por la libertad, la aventura habr�a valido la pena.

José María Aznar

Un éxito de la libertad de elección

Dieter Brandau

Recuerdo

Regina Otaola

¡...y que cumpláis muchos más!

Juan Manuel Rodríguez

Una segunda piel

César Vidal

Diez años

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