¿Y usted cree, D. César que esta que usted está utilizando es la mejor manera de llevar a la gente a su campo?
Desde luego, es lamentable que alguien le escriba una carta como la que le han escrito. Esas no son manera y, como han dicho algunos de sus colaboradores, creo que debería de ponerlo en conocimiento de la policía, en lugar de decir que todos los católicos estamos por que la gente arda en la hoguera.
Pero no es de esto de lo que quiero hablarle. Somos muchos los andaluces que nos esforzamos cada día en cambiar las cosas y, sinceramente, su rapapolvo creo que hunde más que anima a seguir luchando.
En primer lugar, si hay compadreo entre el PSOE de Andalucía y los obispos, debe mostrarlo claramente. Yo, soy andaluz y vivo en Andalucía, no le veo, pero puede que sea porque soy tonto. Me gustaría muy mucho que me ilustrara en ese aspecto.
En cuanto a que el trabajo se contemple como un castigo divino y a la ciencia como un peligro. Debo de ser estúpido, porque tampoco lo he visto en la época en la que me ha tocado vivir. O los curas de las parroquias a las que he ido y suelo ir a misa han sido y son luteranos encubiertos, que también podría ser.
En lo que sí estoy de acuerdo es en que Andalucía es un ejemplo de cómo la libertad es, lamentablemente, un valor secundario para millones de españoles que prefieren contar con otras circunstancias como el subsidio fijo. En lo del buen clima no tenemos culpa, y lo de la diversión y el ocio, pues qué quiere que le diga, son diversiones y ocios de pobre, se conforman con poco, y con poco se les paga, unos euros, que sirven para no morir de hambre y tomarse alguna cerveza, sin querer ver lo que otros hacen ni como el pan de hoy va a ser hambre, y mucha, para mañana.
Y la corrupción, viene de lo anterior. Muchos dicen esto de tira pan..., creyéndose muy listos, y lo son, sólo que estúpidos integrales que no saben que el pan se acaba y que los que tiran pan, cada vez tienen más poder que piensan emplear en oprimir a quienes se les resisten
Pero creo que hay formas mejores de decir las cosas. Como digo, y eso creo que es cuestión de carácter, cuando todo se me pone tan negro, cuando no me dan ninguna esperanza, me entran unas ganas de mandar todo a hacer puñetas que no le digo. Pero, gracias a mi fe y a lo aprendido de los luteranos encubiertos que hacen de párrocos en iglesias católicas a las que asisto, que me animan a no desfallecer, sigo para adelante.
Felicidades, de nuevo, por su valentía.
Y esperamos su próximo libro que recopile esta sección, para comprarlo.
Un fuerte abrazo,
Gustavo
"Ya lo dijo Manuel Fernández Álvarez –y me permito repetirlo– que una institución así envileció el alma nacional de manera extraordinaria y llevó a esta pobre nación a una auto-censura auténticamente pavorosa".
(CÉSAR VIDAL)
¿Y eso lo dijo su admirado Fernández Álvarez durante los largos años en que militó como fervoroso falangista --lo que le permitió gozar de un puesto privilegiado en la Universidad de Salamanca desde la primera posguerra--, o fue ya en democracia mientras hacía lo imposible porque nadie recordara sus inquebrantables adhesiones imperial-católicas...?