2ª Parte
Esta visión equivocada de la Biblia la tiene en cuenta San Pablo cuando habla de la Resurrección y es clave (1 Cor 15, 19) "Si para esta vida tenemos la mirada puesta en Cristo, somos los más dignos de compasión de todos los hombres" Porque San Pablo, que entiende la verdadera dimensión de la Encarnación de Cirsto se da cuenta de la grandeza que supone (porque lo ha vivido) el encuentro con el Resucitado.
Es una visión bastante equivocada y que últimamente está muy de moda el decir "como yo no puedo conocer toda la voluntad de Dios hago lo que me parece justo y atiendo a lo que verdaderamente conocezco que es la realidad en la que vivo, el mundo actual" Esto se contrapone totalmente al Espíritu de la Biblia que dice que "el justo vive de la fe". Al atender a la fe se atiende a la provisionalidad de lo presente (como hace San Pablo 1 Cor 13); ya se deja de atender al resultado para atender directamente a la acción de manera que el resultado no es el la medida de la acción. Por ejemplo, robar está mal porque es intrínsecamente malo al atentar contra la justicia de Dios y deja unas consecuencias morales, el envilecimiento de quien roba y consecuencias materiales, la pobreza del robado. Pero robar no está mal porque se haga más pobre, robar está mal porque atenta directamente a la justicia de Dios y queda visible delante de toda la comunidad en las consecuencias que tiene para la misma.
Creo que usted comete un gran error, y no lo digo con animadversión ni resentimiento. Sólo lo observo porque es un cambio bastante radical.
Usted interpreta la actualidad basándose en la "luz de la Biblia" de tal manera que extrapola textos bíblicos para acondicionarlos a la situación actual. De tal manera que el fin último de lo que lee es el presente, es decir el hoy y eso hace que su visión sea finalista en la vida presente del hombre. Esto es peligroso hacerlo porque toda la Biblia está encaminada hacia la eternidad, de hecho, la gran promesa de Cristo es la vida eterna pero es una vida eterna que se descubre ya aquí. En este sentido podemos entender la parábola de Jesús en la que nos dice que el reino de los cielos es semejante a un comerciante de perlas, que al encontrar una de gran valor vende cuanto tiene por comprarla.
En este sentido toda la predicación, toda la vida y Jesús y sobretodo su muerte y Resurrección están encaminadas a hacer partícipe al hombre de la vida eterna y esta vida eterna empieza, no con la muerte, sino desde el momento de la concepción de cada uno.
Esta diferencia es importante porque lo importante de la Biblia no es cómo debe vivir el hombre, sino el encuentro de Dios, y como consecuencia todo se ordena a Dios eterno y a la propia eternidad por la promesa de Cristo. Por eso San Pablo afirma "ya no hay griego ni romano, ni gentil ni libre ni esclavo" porque todos somos llamados desde hoy a ser hijos de Dios. De tal manera que la justicia ya no la imparte el hombre, sino que es directamente la justicia de Dios "No juzguéis y no seréis juzgados" que es una justicia eterna.
Esto es importante porque al variar esta visión de eternidad por una visión terrenal la biblia cambia todo el sentido, es decir, que el objeto de la Biblia deja de ser Dios para ser el hombre y todo lo humano adquiere valor absoluto con lo que supone de evidente herejía. Ya que atribuye valores absolutos al hombre por encima de Dios, y Dios queda relegado a un ente que se limita a administrar cosas que existen de por sí.
Es triste pensar que estas opiniones que hacen justicia hasta la emoción a las gestas españolas, dejan indiferentes cuando no levantan animadversión entre tantos acomplejados por leyendas extranjeras. Sé que César Vidal no participa de semejantes simplificaciones pero la verdad es que lo testimoniado en su entrada da para pensar.
En una palabra que la mentira, motor de todas las imposturas, no reconoce fronteras y disfruta de buena salud en toda época y lugar allá donde haya intereses e imaginación. O es que acaso, como bien recuerda Pío Moa, la mentira sobre el hundimiento del Maine fue más una piadosa mentirijilla para alentar el patriotismo que una miserable manera de justificar una guerra. O, para citar a otro inglés, claro que finalmente católico como Chesterton, la libertad de prensa es una libertad que reclamaron los editores de periódicos con el fin de defender el derecho sagrado a la información para finalmente ocultar esa misma información en función de sus intereses. Pero quizá se trate de que a los protestantes les eduquen para no decir mentiras sino sólo para escribirlas.
El cómico ejemplo del amigo de César sorprendido porque un dependiente comercial en una “tienda protestante” le fía la palabra, demuestra el fino sentido comercial del que hace gala el comerciante atendiendo al principio del que el cliente siempre lleva razón. En cambio el paisano que un día me devolvió la cartera (con dinero y documentación incluidos) después de haberla perdido en un establecimiento comercial no ganaba nada con su “extraño” proceder. Pero bueno, quizás era protestante.
” Porque creo que todo joven norteamericano ama la justicia y admira el heroísmo tanto como yo, me he decidido a escribir este libro. La razón de que no hayamos hecho justicia a los exploradores españoles es sencillamente porque hemos sido mal informados. Su historia no tiene paralelo y sin embargo nuestros libros de texto no han reconocido la verdad, si bien ahora ya no se atreven a discutirla. [...] En este país de hombres libres y valientes, el prejuicio de raza, la más supina de todas las ignorancias humanas, debe desaparecer. [...] Los hechos que levanta a la humanidad no provienen de una sola raza. [...] Amamos la valentía, y la exploración de las Américas por los españoles fue la más grande, la más larga y la más maravillosa serie de valientes proezas que registra la historia. En mi juventud no le era posible a un muchacho anglosajón aprender esa verdad y aún hoy es sumamente difícil, dado que sea posible. Convencido de que es inútil la tarea de buscar, en uno o en todos los libros de texto ingleses, un relato exacto de los héroes españoles del Nuevo Mundo, me propuse que ningún otro joven americano amante del heroísmo y la justicia tuviese necesidad de andar a tientas en la oscuridad como a mi me ha sucedido [...]”
Respecto a lo de la herencia española en América confieso que me han dolido más sus ligeras opiniones, siquiera porque he vivido en esas tierras y me he solazado con la literatura de los cronistas. Decir que todo lo que dejaron los españoles en Hispanoamérica se resume prácticamente en una herencia de caciques y menesterosos es ofensivo para toda la labor civilizadora de las órdenes religiosas. Aquí parece usted beber directamente de la leyenda negra iniciada por holandeses e ingleses, seguida por alemanes e italianos y llevada hasta el rencor por los franceses. O sea que si un indio como Juárez llegó a presidir la república mejicana es porque lo prepararon en los colegios y universidades tarahumaras. Por cierto que fue igual de desagradecido con los jesuitas que lo educaron como usted de injusto con la cultura católica en la que convive. Sólo añadir que un libro como Árbol de odio del hispanista Philip Powell (catedrático de la Universidad de California que prestó servicios en el Departamento de Estado de Estados Unidos) rastrea concienzudamente esta leyenda desde sus orígenes hasta la actual intoxicación educativa en la enseñanza de su país en contra de la herencia hispana. Tanto este autor como otro compatriota suyo más antiguo y aventurero como fuera Charles F. Lummis han hecho una vindicación de la conquista como no la han hecho los propios españoles. Y como muestra vayan estas pocas líneas de la introducción del libro de Lummis Los exploradores españoles del siglo XVI:
Me decepciona usted don César por la profunda manipulación que hace de los hechos. Y tiene mayor gravedad en su caso por tener usted un inmenso conocimiento.
Tocaré sólo dos o tres aspectos de los muchos que toca usted en su prolija entrada. No entraré en la discusión sobre cuál de las dos visiones protestante o católica hace una interpretación más evangélica de la verdad. Creo que esta defensa del protestantismo le está llevando a usted demasiado lejos y de una manera, diría yo, poco flemática. Poco menos está pretendiendo usted que los católicos tenemos una predisposición innata a transigir con la mentira (supongo que este prejuicio será extensible también a los católicos anglosajones, de lo contrario su cargo sería más grave pues lo vertería de forma racial, que no sé por qué es lo que en el fondo piensa). Esta opinión no casa bien con la integridad a toda prueba de tantos seglares y religiosos católicos que no transigen con la mentira al punto de dar su vida por no cohonestarse con ella (y le recuerdo que no sólo santo Tomás Moro, excelso ejemplo, no dio su brazo a torcer para agradar al “honestísimo” no sé si protestante, anglicano o simplemente pillo de Enrique VIII, sino todo un rosario de santos y no santos católicos de todas las latitudes y longitudes). Usted, que sin duda es muy honesto, no puede pensar en serio lo que escribe.
prueb
Escandalosos privilegios económicos de las iglesias evangélicas en España:
http://infocatolica.com/blog/coradcor.php/12032212...
Decir que el Sr. Vidal es un historiador, es mucho decir, simplemente es un señor con el titulo universitario. No solo por que en su curriculum no hay ningún trabajo ni estudio histórico relevante, ni en sus libros, (bastante flojos, tanto en estilo como en contenido), sino por que semana tras semana nos muestra con estos artículos su desconocimiento de la Historia y su bajo nivel intelectual e incluso que viaja sin bajarse del taxi y comenta lo que le cuentan.
Puede ser que la Iglesia Católica, haya influido negativamente en nuestra historia y carácter. Pero decir que con la Iglesia Protestante nos hubiera ido mejor, es simplemente decir que nos hubiera ido mejor sin religión. Y en eso se podría estar de acuerdo, puesto que la religión protestante en Europa, después de sus políticas y sangrientas guerras, ha sido prácticamente irrelevante en la vida de esos pueblos, donde solo aparecen en los bautizos, bodas y entierros exclusivamente y de forma testimonial desde “años a“. Y muchos de esos pueblos bien desarrollados y muy protestantes, han cometido las mismas o peores atrocidades, tanto a nivel individual como colectivo.
A muchos, creo que nos gustaría mas, una radio y un diario digital, sin religión y sin fundamentalistas religiosos y/o sectarios. Ya se fue Pío Moa y fue una bocanada de aire fresco …y eso que él sabia historia.
3ª Parte
Extrapolando, usted magnifica el protestantismo argumentando que las sociedades de la reforma viven mejor que las católicas olvidando que precisamente la crisis más importante es la derivada de la Ilustración en que se cambia la justicia apartando la visión de justicia divina y sustituyéndola por una cosmovisión totalmente antropocéntrica. Lo cual consuma la perversión y se obtienen todos los males. Pero tanto en el caso de las comunidades reformistas como en el caso de las católicas, lo cierto es que han dejado de actuar bajo el criterio de la fe; y esto es lo que las condena a todas. En los paisees reformistas porque tienen su visión puesta en lo actual y son muy cortos de miras y en los países católicos porque directamente han abandonado la fe cayendo en manos de los pensamientos revolucionarios que niegan directamente a Dios. Por tanto liberalismo, marxismo-comunismo, nacionalismos, no son más que partes limitadas y limitadoras de la verdadera dignidad del hombre.
Porque el hombre, como nos dice San Agustín y supongo que usted comparte ya que es muy anterior a la reforma, San Agustín lo tiene muy claro "Nos hiciste Señor para Ti y nuestro corazón está inquieto hasta que descanse en Ti"
De la misma manera que el pecado tiene consecuencias, también la vida de fe tiene consecuencias, la prudencia, la justicia, la fortaleza, la templanza, la esperanza y la caridad son las consecuencias visibles de quien vive de la fe