Gracias, don Pío.
Sr. Moa,
admiro su valor e integridad como profesional de la historia, pero aún hoy sigue vigente la condena histórica del régimen franquista, por los mismos que ensalzan a Allende o llevan la medalla de oro del Senado a los pies de Castro...
La famosa reconciliación de la Transición consistió, principalmente, en dejar que la izquierda reescribiera la historia a su placer.
Pero no nos reencontraremos a nosotros mismos como españoles hasta que no nos liberemos de esa pesada hipoteca que tenemos con esa izquierdona rancia y falaz.
Ojala existiera un superordenador que simulara los posibles acontecimientos históricos y sus consecuencias para poder discernir que hubiera pasado si no hubiera habido una rebelión militar en el 36...
Creo sinceramente que hubiera habido un terrible Gulag mediterráneo y que hoy, nuestras mujeres estarían acompañando a las eslavas en los clubs de carretera de todo el mundo...
Yo creo que, en el fondo, muchos izquierdistas piensan lo que aparece en este artículo, pero no se atreven a decirlo en voz alta. Cuando estaba en la Universidad tenía un compañero comunista, que un día me dejó sorprendido cuando me dijo, más o menos:
La verdad es que en España tuvimos buena suerte con Franco. Nos tocó un dictador responsable, bajo cuyo mandato se desarrolló el país. Menos mal que no nos tocó un dictador como los que han arruinado a algunos países hispanoamericanos.
Don Pío, creo que hay que insistir en esa idea de que el franquismo fue el régimen necesario (digamos dictadura, no tengo ningún empacho en calificarlo así) para hacer la transición de un país secularmente retrasado a un país incipiente moderno. Si hiciéramos un ejercicio de historia comparada, yo establecería muchas similitudes con el régimen de O. Cromwell en la Gran Bretaña del siglo XVII.
El lord Protector también se encaramó al poder tras una guerra civil en la que venció, en su caso, al totalitarismo real. También instauró un régimen (Commonwealth) que veló por incrementar el nivel de vida de la población, por encima de los dogmas y los sectarismos.
En lo personal, tanto Cromwell como Franco fueron personas de costumbres sencillas, alejadas de la pompa y el boato, muy influidos ambos por el carácter y la disciplina militar. Y en ambos casos (es curioso) denostados una vez muertos tanto por sus rivales como por sus aliados políticos. En fin, que hay material para hacer una tesis.
Pero D. Pío, ¿cómo no le van a llamar de todo en esas tertulias de Dios?
¿a quien se le ocurre decir la verdad?
¡Ay, alma de cántaro!
Y tambien:
_http://etrusk.blogspot.com/2011/04/una-vision-evolutiva-de-la-politica.html
_http://etrusk.blogspot.com/2011/03/las-causas-del-estado-politico-actual.html
_http://etrusk.blogspot.com/2009/07/los-herederos.html
Totalmente de acuerdo , D. Pio, es hora de que se empiece a hacer justicia historica a la figura de Franco, que con sus claros y oscuros como cualquier persona humana, de cualquier dirigente en la historia, ha sido sin duda uno de nuestros lideres mas importantes y su regimen uno de los mas beneficiosos para la nacion, mas notable aun contrastandolo con el deplorable periodo preivo de la II republica, que es posiblemente el periodo mas oscuro y degradante de nuestra historia moderna.
Totalmente de acuerdo , D. Pio, es hora de que se empiece a hacer justicia historica a la figura de Franco, que con sus claros y oscuros como cualquier persona humana, de cualquier dirigente en la historia, ha sido sin duda uno de nuestros lideres mas importantes y su regimen uno de los mas beneficiosos para la nacion, mas notable aun contrastandolo con el deplorable periodo preivo de la II republica, que es posiblemente el periodo mas oscuro y degradante de nuestra historia moderna.
Viví los estertores del franquismo siendo un adolescente y considero que la mayor represión del régimen en aquellos años no fue sobre lo político sino sobre lo sexual. Añoro de aquella época algunas cosas:
1. En mi barrio la gente hablaba y se reunía de forma periódica y natural. No sólo eran vecinos, eran amigos y se ayudaban entre sí. Ahora no conoces a casi ninguno de tus vecinos y algunos ni te saludan.
2. El robo era algo inhabitual. Tanto lo era que durante el día las puertas de las viviendas solían estar abiertas y tampoco era infrecuente encontrar las puertas de algún coche sin cerrojo. Ahora debes temer no sólo que te roben sino que te asesinen, violen o te machaquen a palos o navajazos.
3. El respeto a los mayores, conocidos o desconocidos, era casi sagrado. Si te regañaban por haber hecho alguna trastada, agachabas la cabeza y pedías perdón. Ahora, cuidado con el adulto que llame la atención a un joven. Lo menos que le puede pasar es el insulto y el menosprecio.
4. En el colegio los maestros y profesores eran autoridad y causaban respeto. No había cosa que te asustara más que un maestro pidiera entrevistarse con tus padres. Hoy ocurre el fenómenos contrario: el maestro se echa a temblar cuando ve aparecer a los padres de un alumno energúmeno.
5. Los chicos que no querían estudiar eran enviados por sus padres a aprender un oficio entre 14 a 16 años. Cientos de miles de chavales lo aprendieron y han sido o son excelentes carpinteros, albañiles, cerrajeros, ebanistas, pintores, mecánicos, fontaneros, electricistas, torneros, soldadores, etc. Ni en la calle, ni drogándose, ni haciendo botellones, ni ocupando el espacio público para llenarlo de necios prejuicios e inmundicia. Cotizando, pagando impuestos, comprando bienes y contribuyendo significativamente a la prosperidad del país.
6. He conocido médicos, abogados, ingenieros, arquitectos, jueces, etc., procedentes de familias muy humildes, quienes por su esfuerzo y por las becas lograron escalar socialmente de forma notoria. Hoy en día es prácticamente imposible ya que entre la clase política y esa nunca suficientemente denostada chusma de pedagogos giliprogres, se han cargado la enseñanza pública.
7. La persona amoral, sin ética, de conducta delictiva, tenía el rechazo de la inmensa mayoría de la sociedad. Hoy se produce el fenómeno contrario: se ensalzan, se muestra interés, se les vota, a auténticos canallas, ladrones o corruptos.
8. En mi ciudad había multitud de espacios públicos abiertos por los que podías deambular o realizar actividades como pescar en completa libertad. Hoy la mayor parte de ellos están prohibidos y cercados, manteniendo su titularidad pública.
9. La gente entraba a trabajar en un establecimiento o fábrica siendo un crío y se jubilaba en la misma. Sólo un eventual cierre o que te pillaran robando podía ser la causa de que te despidieran. Pese a esa seguridad laboral, prácticamente funcionarial, no por ello, por ejemplo, los dependientes te trataban peor. Al contrario, el trato solía ser exquisito.
10. A los chicos nos encantaban las chicas pero las respetábamos y ellas nos permitían muy poquitas cosas y tras llevarlas rondando meses. Hoy, muchos jóvenes de entre 14 años a 16 años tienen una dilatada experiencia sexual, la promiscuidad está a la orden del día y no es raro el lenguaje soez e insultante que se dedican entre sí cuando hay riñas de pareja, si no es que la violencia pasa de lo verbal a lo corporal.
Falta un detalle muy importante:
Franco era trabajador y humilde. No hacía ostentación de riqueza, no acaparaba para sí y mantenía un horario regular de trabajo.
O sea, predicaba con el ejemplo.
Que el jefe del Estado dedique su vida al Gobierno de la Nación no es asunto baladí. Significa que sus ministros y consejeros también lo harán. Creándose una cascada de dedicación al trabajo y honestidad que invade toda la Administración y más allá.
Cuando los validos y cortesanos de Felipe III o Felipe IV miraban el ejemplo de tales reyes, por fuerza debían llegar a la conclusión de que lo bueno de la vida estaba en las cacerías, las buenas mesas y las mozas rijosas. Y que el gobierno era sólo era la actividad que les permitía esa vida, no un objetivo en sí mismo.
Exactamente lo mismo que nos muestran personajes como Berlusconi, y en menor medida nuestro propio monarca.