Alguna gente con la bandera del sexo, interviene en la política y ambiciona la conquista del mismo poder. Un lobby o una mafia tienen el mismo objetivo. Decir que es una desgracia pertenecer a un partido político que infiltra a todos los demás con una dirección única, es una crítica suave a un enemigo muy peligroso, con el que hoy en día, nadie se atreve.
Creo que el último párrafo es aplicable a tus anteriores opiniones acerca de la prohibición del burka o el choque cultural con los inmigrantes que mantienen su identidad en su país de acogida. Esos inmigrantes o la presencia del burka o inmigrantes radicales islamistas, también contribuyen al caldo de cultivo para la discriminación legal. La prueba es que comienzan a aparecer partidos políticos islamistas que pretenden utilizar la democracia para imponer su visión religiosa al resto de los ciudadanos del país. Como cuando en Francia intentaron legalizar la ablación. Cuando has hablado de inmigración y tolerancia con los inmigrantes te ciñes al plano estrictamente teórico liberal, sin embargo en este caso, incorporas un componente más realista, como sería ese caldo de cultivo, que habría que prevenir.
Hay muchas cosas en el lobby gay que me molestan (no un individuo homosexual) y que darían para mucha discusión. El lobby gay puede organizar un desfile que algunos pueden calificar de obsceno, sin embargo si yo voy por la calle desnudo, perfectamente la policía me puede detener. En cualquier caso sí que juzgo a los homosexuales, creo que es una parafilia y como todas, es algo que se desarrolla psicológicamente durante la vida por los motivos que sea. La atracción entre un hombre y una mujer tiene una base científica que no podemos controlar, se trata de un proceso evolutivo como cualquier ser vivo, con el fin de reproducirse. La homosexualidad es algo completamente psicológico, no fisiológico.
Aunque etimológicamente es cierta la explicación de Pío Moa, el término homofobia es técnicamente, según la psiquiatría, una fobia individual, antes que social. Se trata como en toda fobia, no de un odio, sino de un miedo a la homosexualidad, miedo a ser uno mismo homosexual. Se trata de un miedo irracional y subconsciente, que en mayor o menor medida anida en todo varón, sobre todo en la adolescencia, que es cuando el individuo madura en su proceso de identificación sexual. Se han descrito casos de suicidio en episodios extremos en que la fobia se convierte en neurosis obsesiva. El rechazo social a los homosexuales hunde precisamente sus raíces en esta homofobia descrita en psiquiatría. Y paradójicamente son más agresivos contra los homosexuales los individuos que, a menudo de forma inconsciente, tienen algún tipo de problema respecto a su propia identidad sexual. Lo que es un miedo irracional se proyecta como agresión objetivada contra aquellos que me producen inseguridad y me cuestionan. This is question.