La Puerta del Sol se ha convertido en apenas tres días en lo más parecido a un poblado chabolista. Un revoltijo de tiendas de campaña, colchones, mantas y lonas atadas a las farolas que hacen las veces de zonas comunes.
Un manifestante dormilón apura la mañana sobre una tumbona de piscina y la imprescindible manta. Tras la lluvia de anoche en Madrid ha vuelto a salir el sol a ratos. | LD/FDV