Da igual lo que diga ETA, porque José Luis Rodríguez Zapatero está decidido a llegar a las próximas elecciones de 2007 con la expectativa de paz brillando en el escaparate. La última amenaza terrorista, conocida este sábado, no ha producido en el Gobierno una respuesta distinta a la de los anteriores. El diálogo o su promesa continuará, mientras la banda quiera, a pesar del rearme, la violencia y el chantaje. Su brazo político, Batasuna-ETA, ha traducido el nuevo comunicado etarra como un apremio al Gobierno para que inicie "un proceso de negociación que reconozca la autodeterminación y supere la partición territorial" de País Vasco y Navarra. Mariano Rajoy ha ofrecido a Zapatero su apoyo para romper con los asesinos y volver al Pacto Antiterrorista. LEA AQUÍ el análisis de Luis del Pino.

El ministro de Industria ha tomado partido en la formación del nuevo Gobierno de Cataluña. Si Rodríguez Zapatero ha evitado expresar públicamente su preferencia por un Gobierno de CiU con apoyo del PSC, Joan Clos apuesta abiertamente por renovar el Tripartito –PSC, ERC e ICV–. El ministro de Zapatero ha asegurado este sábado que las elecciones autonómicas han significado la superación de una reválida por parte del Tripartito y se ha mostrado confiado en que se pueda volver a renovar esta fórmula.  

El político del PP ha dicho que su partido ha conseguido que el nuevo Estatuto de Andalucía, basado en el Manifiesto separatista de Córdoba y aprobado por el Congreso este pasado jueves, sea "constitucional" y no "una copia de otro que es malo para ellos y para el conjunto de España", en referencia al texto catalán. Mariano Rajoy cree que el texto andaluz no ha creado a la gente "un problema donde no lo había". Por su parte, el ministro de Interior Rubalcaba ha dicho que le "preocupa mucho" a qué va a dedicar el PP su estrategia de oposición después de que le haya fallado el discurso de "España se rompe" y ha celebrado que el PP se "haya sumado a las reformas estatutarias".