ETA no afloja su chantaje. Nuevo atentado y nueva exhibición impune en las calles del País Vasco. Este sábado deja el Ayuntamiento de Pasajes destrozado por terroristas y los líderes de Batasuna-ETA manifestándose una vez más en San Sebastián por la excarcelación del sanguinario De Juana Chaos. Mientras el PSOE les tiende la alfombra para que la causa terrorista entre en el Parlamento Europeo el próximo 25 de octubre, José Luis Rodríguez Zapatero habla de "paciencia" y de "confianza" en sus tratos con la banda. Una iniciativa de los lectores de LIBERTAD DIGITAL para contrarrestar la propaganda del PSOE y de ETA sobre el llamado "proceso de paz" va a ser emulada por el PP. Los buzones de email de los eurodiputados se inundarán de mensajes de protesta por la moción de apoyo a la negociación promovida por el Grupo Socialista. Entretanto, la Iglesia no consigue que algunos obispos acaten la doctrina pastoral sobre el terrorismo. Para el de San Sebastián, las víctimas "no deben determinar el proceso de paz".

Una roca: así ve Rodríguez Zapatero a España. "Fuerte en el concierto internacional, y avanzando en empleo y en derechos sociales", describió este sábado. Tras conceder que Gibraltar sea una Roca política por autodeterminar, o que el "proceso de paz" encalle en la roca de Batasuna-ETA, el presidente proyecta una España de roca sin el PP, al que identifica con el "miedo" y el "encogimiento", ni las víctimas del terrorismo, cuyo clamor contra la negociación ha vuelto a ignorar. No es la primera vez que el Gobierno exalta la roca como divisa. El 11 de diciembre de 2005, José Antonio Alonso comparó a Zapatero con "una roca de ideas claras, fortaleza inquebrantable y que nunca pierde los nervios". Ahora es el presidente quien ve al país como una extensión de su propia naturaleza: petrificado ante la soberbia terrorista y la humillación de las víctimas. Menos da una piedra, debe pensar Josu Ternera.

Pilar Manjón cree, al igual que el Gobierno, que "se intenta enmarañar el sumario judicial" sobre el 11-M. Critica que se dé pábulo a una "teoría de la conspiración", de la que se declara "harta hasta la saciedad" y que reduce a la caricatura de políticos y periodistas intentando meter a toda costa a ETA en la trama, la misma deformación en la que insisten el Gobierno y su Prensa vocera para encubrir las evidencias de mentiras en la investigación policial. La presidenta de la Asociación 11-M admite que desconoce "la verdad oficial", aunque destaca que no se ha encontrado "ni un solo cabo" que implique a ETA, ignorando la falsificación de pruebas e informes. Desde la Asociación de Ayuda a las Víctimas del 11-M, la otra organización de afectados, se insiste en exigir una "verdad fiable y sin fisuras".