El jefe nacional de la Falange, Fernando Cantalapiedra, rehusó condenar el
intento de agresión contra el que fuera secretario general del PCE y lo enmarcó en una “respuesta lógica” a provocaciones, como los homenajes “que abren viejas heridas”, en referencia al acto que le organizaron políticos y periodistas en el último cumpleaños de Carrillo. Para el falangista, "en el fondo es normal que la gente reaccione de esta manera", protestando ante quien consideran "abiertamente un genocida y un asesino".