Señor Jiménez Losantos:Me dirijo a usted con la única intención de mostrarle mi apoyo, así
que no necesito que este mensaje se publique.
El acoso que ustedes, los periodistas libres y sinceros, están
sufriendo no es un invento. Se puede comprobar en la calle. El
artículo de Fanlo, gravísimo, no es más que la plasmación de esa
barbarie colectiva que subyace bajo apariencias normales.
Me consta que usted cree en lo que defiende. Una amiga mía lo ha
saludado en un par de ocasiones y me ha dicho que es usted alguien
admirable.
Puedo ponerme en su lugar, aunque con distinta magnitud. Hace poco
sufrí unas amenazas en mi blog, donde intento expresarme libremente.
La persona que me amenazaba usaba su anonimato a la manera en que los
españoles del motín de Esquilache usaban la capa y el sombrero de ala
ancha. Yo también uso el anonimato, es cierto, pero para proteger mi
integridad. Por eso lo admiro a usted, que habla sin ocultarse, con
valentía, con decisión y afrontando las consecuencias.
Soy joven y todavía tengo mucho que aprender. Pero usted y las
personas con las que colabora me aportan mucho cada día (aunque no lo
comparta todo).
Reciba, por último, una breve defensa que le he dedicado en mi blog.
Usted representa, en cierto modo, esa libertad de expresión que tanto
se manosea últimamente, pero que nadie entiende ni respeta.
Un cordial saludo desde Sevilla.