Que desolación, que desamparo. Cuantos criminales, por acción unos, otros por omisión . Pensé que cuando llegara el Pp al poder, todo cambiaría. Bien veo que no. Pero hay una JUSTICIA de la que espero Justicia, aquí, en este mundo y Le pido verla, tocarla, palparla; que se cumpla Su palabra,"...Bienaventurados los que tienen hambre y sed de Justicia, porque ellos serán hartos".
Gracias por este artículo. La verdad es que necesitamos tener esperanza, pero también debemos ser realistas y pensar que lo que creemos no lo llegaremos a ver en esta tierra, porque puede darse, aunque ojalá veamos en este caso el triunfo del bien sobre el mal y se haga una justicia que hace tiempo que debió hacerse y que no deberíamos haber perdido. Hay que recordar que desde que murió Franco, que no era ningún dios y casi nadie creía que lo era cuando vivía, las víctimas de la guerra civil también han sido no sólo olvidadas sino injustamente vilipendiadas, identificándolas sin excepción con las peores dictaduras que hubo en Europa en aquella época, algunas de las cuales continuaron existiendo hasta hace no mucho, léase la Unión Soviética y los países satélites de ella. Esperemos que la desmemoria histórica y la injusticia algún día desaparezcan, o en su defecto que no sean mayoritarias, sino una ínfima minoria sin poder ni influencia en la sociedad.
Uno se da cuenta de hasta dónde llegan los intereses por ocultar los datos comprometedores del 11-M cuando se encuentra en Internet con un auténtico ejército de profesionales de la desinformación intentando convencer a la parroquia de que lo negro es blanco y viceversa.
A un servidor, uno de estos sinvergüenzas le intentó disuadir de que la Goma 2 ECO "sudaba" nitroglicerina. Esto ocurrió después de que un contertulio habitual del blog de LdP (belga197) sacara a la luz la ya famosa contradicción de Sánchez Manzano en la Comisión del 11-M. En ella, Manzano hablaba de la presencia de nitroglicerina en los restos de explosiones de los trenes, cuando la Goma 2 ECO que supuestamente usaron los terroristas no contiene nitroglicerina.
Poco después, el mismo sinvergüenza cambió sus argumentos al constatar que lo que había dicho era una burrada. Pero no se crean que se amilanó ni que reconoció su error, qué va... Lejos de eso, empleó otras argucias con las que ensalzar la VO y querer dejarme a mí por mentiroso, el muy caradura.
A partir de ese momento, comprenderán que no me crea una sola palabra de toda esta panda de traidores que solo pretende confundir y desorientar al personal. Tachar las investigaciones del 11-M y las legítimas sospechas sobre aspectos del atentando que no se quieren aclarar de "conspiranoia" y tratar de ridiculizar a los que no podemos olvidar lo inolvidable ni tragarnos mentiras sin que se nos revuelvan las tripas es, en efecto, querer extender una "espiral de silencio" sobre el 11-M. Solo hay que ver la que le cayó al fiscal Torres Dulce por parte de la prensa "oficialista" en cuanto dijo que se investigarían los restos de trenes encontrados por LD. El pobre no sabía que el 11-M no se investiga. Está prohibido.
el 11-M es un hito en la historia de España, a partir del cual toda nuestra trayectoria ha cambiado. Lo que vivimos no es una crisis, es un cambio sociológico e historórico, ciertamente provocado con el beneplácito internacional. España y su sociedad no serán nunca más como antes del 11-M. El atentado del 11-M , el mayor atentado contra la sociedad civil, que dicho sea de paso ni se ha rebelado, para provocar un cambio en la historia de España. A partir de entonces los
políticos ya no son políticos, son gestores de la corrupción y no trabajan para la ciudadanía, sino a favor de los lobbys de poder a
cargo o en contra de la ciudadanía.
Todo mi apoyo. Me identifico absolutamente con tus reflexiones y con todo tu mensaje.
Quieren que nos olvidemos de los terroristas pero sin olvidar el terrorismo.
¿Cómo puede pensar alguien que se tenga por mínimamente reflexivo que, con respecto al 11-M, se ha dado con los culpables y se ha hecho justicia? Todo lo pensó alguien que nos conocía bien y sabía que, a diferencia de cualquier otra nación, el golpe que nos iba a dar sacaría a relucir lo peor de todos nosotros, nos desuniría aún más si cabe y nos debilitaría en todos los órdenes y en todos los frentes. No hacía falta ser un sabueso de Scotland Yard para saber que, desde la izquierda pero también desde la derecha, a Aznar se le echarían encima por culparlo de su postura militante (aunque, paradójicamente, no enviase militares) en la Guerra de Irak. No mucho antes, ese mismo sector de la sociedad había protestado, y hasta se había burlado del Ejecutivo y las Fuerzas Armadas, por nuestra intervención militar para recuperar la Isla de Perejil.
Al asociar el atentado a la etérea Al-Qaeda, en la más torpe operación deductiva que quepa imaginar, quedaba fuera de duda la falta de prudencia de Aznar, que nos había metido, sin necesidad alguna, en la boca del lobo. Por desgracia, frente a toda evidencia y por largos meses (años, a decir verdad), todos, absolutamente todos, repitieron esa verdad irrefutable (ni siquiera la presentaban como hipótesis), a pesar de que los responsables del atentado, todos ellos golfos y hampones, nada tenían que ver, ni por su aspecto ni por su conducta, con lo que se espera de un musulmán radical. Todos eran individuos marginales, integrados de la peor de las maneras en la vida occidental: mujeres, drogas, alcohol, crímenes. Aunque ni uno solo de ellos respondía al patrón del muyahidín, esa fue la verdad: en la prensa, la radio o la televisión; en las sesudas peroratas de los expertos, en las conclusiones inapelables de cuantos tuvieron que ver con un juicio vergonzante, en una opinión pública más cegada que ciega. Lo curioso es que, tiempo después y sin previo aviso, lo de Al-Qaeda se dejó de lado repentinamente. Y todos tan contentos.
Ni se sabe quiénes fueron los inductores, verdaderos responsables de este crimen, ni se ha hecho justicia (entre otras cosas, porque el sistema judicial y penal de España es de una blandenguería atroz que lo impide). Ellos, los culpables, continúan relamiéndose de gusto al comprobar nuestra ceguera y nuestro cainismo; además, saben que, cobardes y egoístas como somos, en el fondo preferimos no saber qué ocurrió realmente.
Antes de asistir, diariamente, al juicio del 11M, no había presenciado ninguno. Después de ver el juicio y conocer la sentencia, mi opinión sobre la justicia es totalmente negativa y ningún pronunciamiento de ningún tribunal , sea de la categoría que sea que dé por buena esa sentencia, me parecerá acertada. El 11M , no sé porqué, es un caso que está blindado, pero en absoluto aclarado. Son demasiadas cosas que incitan a la duda, y ¡están tan claras! que el hecho de que personas con información y una cierta formación las den por ciertas, confirman la sospecha. Esa mochila NO PUDO PROCEDER DE LA ESTACIÓN DEL POZO. Dos tedax revisando en dos ocasiones los objetos que habían en el andén, reunidos, no pudieron no advertir , de haber estado allí, una bolsa con 10-12 kilos de peso. Eso fué el principio, después vendrían más despropósitos.
Somos muchos los que, en palabras de D. Gabriel Moris, no olvidaremos lo inolvidable. Todo mi apoyo y mi reconocimiento a las victimas y a Vd. por expresar de una forma tan certera lo que le ocurre a esta sociedad enferma.
“Espiral de silencio” es un eufemismo que esconde la disconformidad de la autora con las conclusiones de la sentencia de la AN. Como no le gustan todo es “silencio” y “oscuridad”; en el momento en que le den la razón volverá la “luz” y la “música”.
Los atentados han sido investigados bajo una presión mediática nunca antes vista. Día sí, día no, la “versión oficial”, que es como los críticos han dado en llamar al resultado del trabajo de las FSE, de jueces y fiscales, se derrumbaba para volver a levantarse.
Una treintena de jueces han entendido del proceso, incluidos los del tribunal de la AN que lo juzgó y los del Tribunal Supremo que vio los recursos en casación, y ninguno de ellos detectó pruebas falsas, irregularidades o falsos testimonios.
El Estado ha dado respuesta a las víctimas y a la sociedad en tiempo y forma. Estar en desacuerdo con una sentencia es legítimo; no lo es tanto hacer pasar ese desacuerdo y la frustración que produce por una supuesta “agresión pública” tolerada.
Saludos
Ana: no estais solos, nunca lo habéis estado ni nunca lo estaréis. Os van a traicionar los políticos (por sus intereses privados) tanto las unos como los otros. Pero el pueblo llano, el honrado, el que desea la justicia, ese siempre estará con vosotros/as.
No permitáis que os tapen la boca. Un abrazo