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¿Hay salida? (II)

Junto a los privilegios de unas regiones sobre otras y de unos estamentos económicos sobre otros, encontramos los privilegios de diputados y senadores y otras figuras políticas. Comprensibles a inicios del siglo XIX, hoy son injustos e injustificados

Pinarejo dijo el día 30 de Enero de 2012 a las 18:11:

Sí, hay salida. La salida de muchos lectores de LD (de EsRadio ni hablo) cansados de leer tanto disparate.

Vicalo dijo el día 30 de Enero de 2012 a las 18:10:

Gracias Cesar. Como siempre usted realiza un análisis objetivo (dentro de lo posible) basándose en datos históricos que fortalecen sus tesis. Esto es una demostración más de por que no debemos “obviar” la historia, pues su conocimiento nos permite crecer y avanzar, mientras que si nuestra preocupación se centra en evitar que la gente conozca la verdad, quitando cualquier resquicio de historia que no guste o sea políticamente incomoda , nos dirigimos a la catástrofe.

Gorucho dijo el día 30 de Enero de 2012 a las 17:11:

La primera es la veracidad en el análisis histórico que, en mi caso no es tuerto como sucede con otros y que no va a exculpar jamás atrocidades históricas como la Expulsión de los judíos en 1492 o la quema de protestantes en la España de la Contrarreforma

Me imagino que no exculpará las atrocidades, semejantes a estas, que otros, incluidos los muy luteranos alemanes, cometieron por esas mismas fechas, y un poco más tarde, también.

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Si ese día –para bien de todos– llega alguna vez, los católicos españoles se parecerán a los de Estados Unidos y mantendrán a su iglesia como hacen los fieles de otras confesiones religiosas y como es su obligación.

En este último punto no puedo estar más de acuerdo con usted. Soy católico y creo que el hecho de que el catolicismo haya sido religión de estado en bastantes países, desde Constantino para acá, no ha sido nada bueno para la Iglesia Católica. Del mismo modo también creo que es malo para cualquier otra religión el que un estado la adopte.

Cuando una religión cualquiera es adoptada por un estado, a la religión se pegan como lapas aquellos que ven a la religión, no un camino para llegar a Dios, sino como una herramienta para ordeñar la teta del estado.

Pero, D. César, en esto del cuius regio, eius religio, también tiene algo que ver los alemanes, y no soy germanófobo, pero las cosas como son, y la reforma protestante. O, sea que, creyendo como creo que el que existan religiones de estado no es bueno para las religiones, no sé si lo será para el estado, esa fórmula se empleó en Paz de Augsburgo, para tratar de que, al menos dentro de un país, las cosas tuvieran algún orden.

Saludos.

Gorucho dijo el día 30 de Enero de 2012 a las 16:53:

Para los empeñados en pintar la Edad Media como una Era dorada en el que poder político estaba sometido al papal en todos los órdenes, semejante realidad es magnífica. El problema es que la verdad histórica se acerca más al terreno de lo horripilante que al de lo ejemplar y, en términos meramente jurídicos, implicó un atraso de siglos que nos condujo a códigos mesopotámicos como el de Hammurabi y que arrojó por la borda conquistas legales como las recogidas en la Torah de Moisés o incluso el derecho romano. Lejos de avanzar hacia la igualdad ante la ley, la Edad Media consagró –y legitimó– un orden sustentado en el privilegio, es decir, la norma privada.

Pues, D. César, explique usted esto a los alemanes, Nietzsche incluido. En Alemania nació el romanticismo, movimiento para el cual la Edad Media era lo más guay de lo guay. Y al amigo Federico, también un romanticón, dígale además que España es caca. A ver si se entera ya que antes que se le declarara loco, decía que odiaba a Alemania y adoraba a España, por la charanga y pandereta que aquí se gasta, especialmente en Andalucía, mi tierra, y que, de tanto tocar las palmas, beber vino fino, y bailar fandango en el siglo XIX, ahora, porque la gente es muy novelera, no se estila.

Saludos.

Minaya dijo el día 30 de Enero de 2012 a las 16:04:

(Bostezo) De acuerdo con el tratamiento, Sr. Vidal, pero sin olvidar que su diagnóstico se basa en dos medias verdades mal asimiladas.

No es el Estado quien paga la enseñanza, sino los contribuyentes. Y si los contribuyentes queremos que nuestro dinero se dedique a financiar a la Iglesia o a pagar clases de religión, es asunto nuestro. Los que no las quieran no tienen sino que dejar la casilla de la Iglesia en blanco o pedir clases de una religión distinta de la católica, o ninguna. Para dos casos en los que puedo elegir el destino de mis impuestos... Por cierto, le apoyaré en la inclusión de una casilla en el IRPF para los evangélicos.

Y si esto le parece aún mal, no se quede a medias. Pida que la presión fiscal, en lugar de ser del 50% al 60% se reduzca al 20%, que se supriman todas las subvenciones y entonces todos los españoles de todas las convicciones podremos dedicar nuestro dinero a las obras religiosas, culturales y sociales que queramos.

¡Ah, por cierto! El feudalismo se suprimió en España por los Reyes Católicos, que también forzaron al Papa a reformar la Iglesia española. En paraísos protestantes como Prusia la servidumbre legal no se abolió hasta el siglo XIX.

5326 dijo el día 30 de Enero de 2012 a las 13:09:

(y2)
Pero aún voy a explicar a Vidal, yo, que no soy “experto” en derecho como él!, lo siguiente:
En el Título preliminar del Fuero Juzgo, antigua legislación de la España visigoda, se lee lo siguiente: “Rex eris si recte facias: si non facias non eris”. Esta sentencia cuyo autor es San Isidoro de Sevilla, da origen a una doctrina que rechaza la impunidad de los jefes de estado y de los reyes. Ni más ni menos!, español, católico, y con más de mil años de antigüedad...
En la historia del derecho, esta doctrina es reafirmada en las Siete Partidas, obra legislativa del rey Alfonso X el Sabio, llamado el Justiniano español, en donde se establece que “tirano es aquel señor cruel que se apodera del reino por la fuerza, por engaño o por traición”. Otro español católico que rechazaba la idea de la impunidad del jefe de estado o del rey, y la rechazaba... porque existía. No legislaba sobre lo que no existe o se conoce, sino sobre lo que existe, y castigaba lo que se suponía que debía de ser castigado por… existir. Alfonso X el Sabio era un gran rey, previsor, pero no tanto como para estar pensando en Franco y lo que Franco, según Cesar Vidal, iba a inventar…
Y, como todos sabemos que a Vidal le apasiona la cuestión de las Cortes de Cadiz de 1812, le informo de que la doctrina de San Isidoro de Sevilla, actor relevante de los Concilios de Toledo en la temprana Edad Media, fue invocada por los patriotas durante el proceso de independencia en el año 1810, desconociendo la autoridad de José Bonaparte que ocupó el trono de España como usurpador del poder. Señala el arzobispo y santo sevillano: los reyes son llamados así por actuar rectamente “Se tiene el nombre de rey actuando rectamente y se pierde pecando”. Y un mensaje del mismo San Isidoro para los que mandan en el mundo y que algún día dejarán el poder: “Si, pues, han de echar de menos esta gloria temporal, obren de modo que después de acabada la posean sin fin”.

5326 dijo el día 30 de Enero de 2012 a las 13:08:

(1)
En una cercana ocasión don Cesar escribió algo tan disparatado y falso como que Franco legalizó, al despenalizarlo, el asesinato de la mujer por parte de su marido. Ésto nunca ha ocurrido!, Franco jamás permitió, en sus códigos penales, que ése asesinato quedara impune. Vidal confunde, intencionadamente, la atenuante de actuar bajo los efectos del apasionamiento, con la despenalización. Repito, atenuante, y sólo en el caso de descubrir el engaño al encontrar a la mujer yaciendo con el amante en la cama y atacarla en ése momento.

Hoy, Vidal nos deleita con otro ataque a Franco y sólo a Franco. Nos dice que Franco inventó la impunidad del Jefe del Estado. Figura, pues, exclusivamente española y creada por Franco…

Veamos algo del Derecho Internacional. Las sentencias del Tribunal de Nuremberg y del Tribunal de Tokio en el juzgamiento de los criminales de guerra señalan que “los autores de los crímenes contra la humanidad no pueden refugiarse a sí mismos detrás de su posición oficial con el fin de liberarse de un castigo y de un adecuado procesamiento”. La persona que en el ejercicio de un poder o de una autoridad viola las normas fundamentales reconocidas por la humanidad como Derechos Humanos, no puede invocar en su favor como una eximente de responsabilidad y con ello la inmunidad, el hecho de haber actuado bajo la autoridad del Estado. El poder del Estado que es ejercido por las personas, no puede legitimar la violación de los Derechos Fundamentales.

Han dado los Tribunales de Nuremberg y de Tokio sentencias exclusivamente para Franco??? NO!, ésas sentencias prueban, precisamente, que la cuestión de la impunidad de los jefes de estado no es exclusivamente franquista, ni española, ni católica.

Profeseu dijo el día 30 de Enero de 2012 a las 13:04:


Zzzzz...


soledade dijo el día 30 de Enero de 2012 a las 12:46:

Leo sus escritos, siempre, con interés, como este último que aparte de sus críticas a todo lo que España ha sido y representa, finaliza con ese párrafo con el que, como es natural, no puedo estar de acuerdo en absoluto:

"Al fin y a la postre, el día en que desaparezcan los distintos privilegios –regionales y políticos, sindicales y patronales, regios y religiosos– España habrá dado un paso extraordinario –aunque no el último- para ser de verdad una nación de ciudadanos libres e iguales"

Jamas, y dijo jamas con el conocimiento adquirido en mas de setenta años vividos plenamente, nadie va a conseguir, ni falta que hace, que España ni ninguna otra nación civilizada, se convierta en una nación de ciudadanos LIBRES E IGUALES.

Vd. sabe muy bien que esto es un imposible tan claro como aquella utopía de la que tanto han presumido las izquierdas, eso de que los ciudadanos sean libres e iguales.

Los seres humanos jamas pueden ser LIBRES o IGUALES. Faltaría mas que cualquier analfabeto funcional pudiese exigir ser igual, p.e. a un hombre tan inteligente como Vd. mismo. Por ejemplo.

Hegemon1 dijo el día 30 de Enero de 2012 a las 11:39:

(Continua) Se explica como una sociedad empobrecida por la guerra se encierra en lo que conoce y en su cultura rechazando lo que viene de fuera por miedo y por repulsa porque el pueblo español jamás ha sido amigo de imposiciones sino de costumbres que estas pueden cambiar de forma mansa, dócil y amigable por medio de la inteligencia. Los españoles no pueden asumir los cambios dramáticos que los alemanes sufrieron con la Reforma porque no somos tan dóciles en eso. En otras cosas si. Y en cambio en el siglo XIX, a finales, España recupera posiciones tanto económica, como cultural y socialmente. Todos quisimos que la Constitución de 1812, más avanzada, y según muchos, la más liberal de todas, sobrepasando a la Americana, hubiera triunfado. No fue por la Iglesia sino por un Rey felón, no por un pueblo y por su naturaleza cerril. Lo único que se puede achacar a España es que los cambios son lentos no que no se produzcan o no se tenga naturaleza para ellos.

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