A la fiesta taurina se le viene haciendo la guerra, guerra cultural, desde las TV. Primero fue proyectar los toros a las tantas de la madrugada porque era un espectaculo "cruel." Cuando estamos hartos de ver mujeres y niños despanzurrados por bombas en el telediario y no se considera cruel. En el fondo es el odio a todo cuanto huela de lejos o de cerca a español, si las corridas fueran exclusivas del Pais vasco y cataluña no habría problema. El problema es el morbo por la destrucción de la nación que no tiene fin. Esto plantea una ruptura no ya con la cultura española en su conjunto sino con el pasado de la propia Cataluña y del Propio País Vasco. No es problema de información o inteligencia sino de voluntad y al desafio de una voluntad sólo se le gana con una determinación aún más testaruda. No te gustan los toros pues ahora los vas a tener por partida doble por que a mi me gusta y punto. Mientras no planteemos lo que es un duelo de voluntades como lo que es la partida estará perdidad porque el discurso blandi blu conduce a la victoria de quien determinación de vencer sobre quien no la tiene. No es una cuestión de mera afición taurina.
En los toros faltan clasificaciones y resultados claros, debe haber una primera, segunda y tercera categoría entre los toreros, con ascensos y descensos cada año..., las orejas y rabos deben obtenerse de forma más objetiva..., en las plazas deben torear los que se lo merezcan según una liguilla, no los que apoderados y empresarios decidan..., los sueldos deben estar acordados para toda la temporada (como en la NBA, etc...), algunos toreros, lógicamente, pueden negarse a entrar en este sistema..., acabarían rápidamente fuera de las plazas...., esta competitividad directa y objetiva, aumentaría muchísimo el número de aficionados, habría semifinales, finales, etc..., creo que un sistema así, salvaría el mundo del toro para siempre, y le daría el protagonismo que merece....
Respecto a si toros sí o no, ni siquiera opino, el hecho de polemizar sobre ello ya me parece alucinante..., eso sí, como en todo, el que no quiera saber nada de toros, pues adelante y todos tan contentos...
No hay ningún progreso ni material ni espiritual en prohibir los toros, sino todo lo contrario. Los toros son un espectáculo y un ritual. Un ritual que nos recuerda lo real de la muerte y frente a lo cual algunos toreros son capaces de hacer arte. No hay progreso material ni espiritual que pueda sostenerse creyendo que podemos desligarnos fácilmente de algo que consideramos ancestral, a no ser que se pretenda construir un hombre nuevo, esa fantasía totalitaria que ha causado tantos muertos en el siglo XX.
En España tenemos la fortuna de haber conservado de forma civilizada en las corridas de toros y de forma menos civilizada en otro tipo de fiestas menos nobles esa posición sagrada que la cultura mediterránea otorgó al toro. Un toro que de no ser por las corridas no existiría hace tiempo.
La fiesta de los toros es patrimonio inmaterial de la humanidad.
Dejad de identificar toros con nación española, a mi no me gustan los toros y soy castellano, no catalán. Aún así respeto a los que aficionados, no me gusta prohibir.
¡Eeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeh!. ¡Quietos todos paraos!, Aqui, en las próximas elecciones hay partidos que se postulan contrarios a las bravuconadas nacionalistas, y ofrecen programas electorales en tal sentido. ¡A ver cuantos votos sacan!.
Son los ciudadanos los sensibles a tales bravuconadas, y a la superioridad moral de unos sobre otros, y a todo lo que lleve la palabra progreso y cambio (las izquierdas esgrimen estos conceptos elección tras elección desde que empezó la democracia y les sirve), y etc. Veamos primero lo que interesa (vota) al personal en las elecciones y luego ya veremos quien es mas sensible a las bravuconadas. O es que los políticos, a la vista de lo que ven, se aprovechan del pié de que cojean (¡que no cojean, que son unos falsos y unos fingidos!) los ciudadanos que constituyen el pueblo soberano.
Y la cuestión de los toros, no sólo es España, sino la LIBERTAD: en España se llevan CENSURANDO los toros desde hace muchos años en casi todos los medios de comunicación (siguiendo las pautas que marca férreamente el periódico socialista El País). Y hay que denunciar esa CENSURA, porque ya está bien de que nos cuenten siempre rollos sobre la censura franquista, pero nadie denuncia la “CENSURA DEMOCRÁTICA”.
...... y también hay quién opina que matar a un animal por diversión o por deporte no deja de ser un mal moral, digno de su abolición en pleno siglo XXI. Estoy convecido de que cuando pasen unos lustros estas "tradiciones" habrán pasado al bául de los recuerdos, y no porque lo prohiban desde el poder, sino por el propio devenir de las cosas. El progreso no es sólo material, lo es también espiritual, aunque vaya unos años por detrás del primero. Así lo espero.
Quizás ellos -los Gabachos- se hayan atrevido a hacerlo, porque no se han enterado de que en realidad, a decir de los estetas oficiales de este digital -los mismos que reparten los carnets de buen gusto y modernismo, y mandan a estudiar a los paletos-, los toros y la bebida son dos señas de una identidad casposa y cutre que debe ser evitada a toda costa. En consecuencia, y como prueba de buena vecindad, quizás estaría bien enviarles una legación con algunos de los tales expertos de los que por aquí nos sobran, para que los modernizaran un poco y les instruyeran en las normas de la estética y el buen gusto.
Salvo para obnubilados, que abundan, ya estaba clara desde el principio de la prohibición de las corridas de toros a la española en toda Cataluña que obedecía u una motivación nacionalista desagregadora e "injuriosa". El "desagravio", sorprendentemente, ha venido de Francia. No nos extrañaríamos del todo si malpensáramos que Francia, en donde no se discute ni es discutible el concepto de nación, con su declaración de "patrimonio cultural inmaterial" para la fiesta taurina, ha querido, además de unas razones más pragmáticas y de otras de largo alcance geoestratégico, resaltar que en su Roussillon, donde todavía se habla coloquialmente el occitano hispanizado (catalá), y en su Languedoc no se dejan influir por las leyes ni gustan de las orientaciones culturales, pretendidamente europeístas, de la nueva y expansiva Catalunya española; en tiempos, surgida de los dominios meridionales de su emperador Carlos el Magno.
Si en Francia montas un partidillo separatista lo ilegalizan de inmediato, y la única lengua oficial es el francés. En España tiene que ser igual.