Antonio: Me parece muy interesante tu análisis: efectivamente, la obra trasciende al autor y hay que juzgarla libre de prejuicios (esto también vale para los que critican la obra de Dalí o de Manuel Machado, entre otros).
Sin embargo, muchos estamos tan hartos, taaaan hartos, de los artistuchos, de sus películas sobre la guerra y postguerra civiles, de las moralinas que nos meten en sus guiones, de pagarles las pelis 3 veces (vía impuestos, vía canon y vía taquilla, el que vaya), de su buenrollismo multiculti, de su odio a occidente...
... y, por otro lado, de los nacionalismos y de su odio a España...
Estamos tan, taaaaan hartos, que respondemos ante una película que "aparentemente" cumple con todas las características mencionada de manera irracional, al modo del perro de Pavlov.
No es lo que debería ser, pero es lo que es, y ellos (artistuchos y nacionalistas) se lo han ganado. Si un director quiere que toda España (y no sólo media) vea su película, que lo diga:
"DEDICO M PELÍCULA A TODA ESPAÑA Y A TODOS LOS ESPAÑOLES, GRACIAS A LOS CUALES HE PODIDO HACER ESTA PELÍCULA".
Verás qué publicidad más buena hacía y qué poco se le criticaba que estuviera en catalán y que hubiera homosexuales o gaitas. Pero claro, eso no mola...
En todo caso, reitero que me ha gustado mucho tu artículo. Un saludo.
pues debo ser del siglo XIX y yo sin saberlo!!!
Si las autoridades catalanas discriminan a los autores en lengua castellana, no dejan que los hijos se eduquen en el "idioma materno", o te multan por rotular en castellano, darle un premio a una película en catalán es patético. O todos indios o todos vaqueros.
No es tanto juzgar “una obra por la ideología de sus creadores” sino por que esa ideología se pretende transmitir de forma machacona una y otra vez por el 99,99% del cine español sobre la guerra civil y sus consecuencias.
Una obra artística con marcado carácter ideológico no se puede evaluar sólo como arte en sí, máxime cuando se describe habitualmente de forma sesgada la realidad.
Así, por ejemplo, la obra de Leni Riefenstahl pudiera ser una obra de arte desde el punto de vista cinéfilo, pero es imposible descontextualizarla de la propaganda nazi que pretendía transmitir.
En cualquier caso, si como usted señala, esta obra va más allá de las simplezas habituales de “buenos” y “malos”, me alegro, pero si, como señala usted “Unos y otros son intercambiables” le pregunto, ¿Por qué NUNCA aparecen intercambiados en el cine español?
Comprenda usted que cansa, y mucho la saturación argumental monocorde.
Un saludo.