Asturfro dice: "No quieren comprender que la civilización islámica es INFERIOR y que sus sueños universalistas (como los del marxismo), están condenados al fracaso".
Sí, pero ese fracasó no se producirá por sí mismo; hace falta que alguien empuje desde fuera. Túnez y Egipto (por ahora) pueden ser los equivalente de Berlín 1953, Budapest 1956, Praga 1968, Polonia 1980...y Berlín, de nuevo, en 1989, PUNTO FINAL. Pero estaban ahí fuera los EE.UU.; el empujón final de Reagan (sin desmerecer los esfuerzos de Truman, Eisenhower, Kennedy y Johnson (olvidándonos del idiota de Carter) fue definitivo: sin los EE.UU. ahí fuera, los de dentro no se habrían atrevido (sobre todo después de haberles dejado solos en 1953, 1956 y 1968)
Claro, claro, seguro que en la toma de Irak y Afganistan no habia ningún interés geopolitico como potencia por parte de los EEUU.
A veces me recuerdan ustedes muchisimo a esos izquierdistas bienpensantes que siempre hablan en terminos de ficción politica idealista y sectaria y no de realpolitik.
¡Mercancia averiada es lo que venden!
No quieren comprender que la civilización islámica es INFERIOR y que sus sueños universalistas (como los del marxismo), están condenados al fracaso.
La deriva de estas revueltas será hacia el islamismo radical, o sea, el único y verdadero, no hacia una democracia liberal. Ya veremos que efecto contagio tiene sobre la población islámica intrusa de la orilla norte...
"usted piensa que la pobreza es el caldo de cultivo del fundamentalismo pero no lo tengo tan claro, está probado que los terroristas reclutan también a gente de la clase alta, ejemplo de eso es Ben Laden"
Creo que se trata más de la frustración que de la pobreza. De todos modos, parece algo evidente que, con la prosperidad, generalmente las sociedades se vuelven más moderadas en términos políticos, y que la situaciones de pobreza, falta de oportunidades, injusticia y corrupción favorecen a los movimientos políticos extremistas.
De todos modos, coincido en que lo de Egipto no es para echar las campanas al vuelo y sí para estar preocupado, porque allí el riesgo de un triunfo del islamismo es alto.
Veo al señor Campmany demasiado optimista. Y yo me pregunto cada vez que leo sobre las motivaciones "neocon" de Bush con respecto a Irak y el mundo musulmán: ¿por qué no lo explicaron así a los ciudadanos y a la humanidad entera, tanto él como sus colegas Blair y Aznar, en lugar de esgrimir falsas excusas? ¿por qué no dijeron claramente, por qué no repitieron hasta la extenuación, que su propósito era desbrozar el terreno para plantar la semillita de la democracia y de la libertad en el corazón del mundo musulmán, sede del antiguo califato, para que el ejemplo cundiera por doquier? Podríamos haber estado de acuerdo o no, nos podría haber parecido una buena idea o una chorrada monumental propia de idealistas chiflados, pero no lo hicieron y a todos los que hubiéramos podido estar de acuerdo nos dejaron en una situación bastante incómoda y difícil de defender.
Yo creía que las acusaciones a Bush sobre las motivaciones petrolíferas de su ataque a Irak no tenían más fundamento que el anti-americanismo de sus detractores, hasta que recientemente leí un texto sobre los kurdos -en cuyo territorio se sitúan la gran parte de las reservas petrolíferas de Irak, y también las de Turquía, Irán y Siria- escrito por un periodista "free lance", corresponsal "in situ" de una cadena americana durante largos períodos de las últimas décadas. Desde entonces cambié de opinión y, a pesar de mis reticencias hacia la ideología dominante en los detractores de Bush, me inclino a creer que el control del petróleo kurdistaní, como antes lo fue del kuwaití, fue un elemento esencial en el desencadenamiento las guerras americano-iraquíes, con el concurso británico. Que también Aznar, durante su etapa de gobernante, apoyara de alguna manera a la "entente" anglo-sajona, entonces, como ahora, lo atribuía al agradecimiento debido por el suceso de Perejil, y al anticipado por otros análogos que pudieran sobrevenir.
En cuanto a la ola de democratización que le parece, Emilio, que recorre los países la ribera sur del Mediterráneo, creo que le traicionan sus buenos deseos. Ni por el forro se puede establecer una analogía entre el Islam, una de las grandes corrientes espirituales de la humanidad, y el marxismo, una teoría política decimonónica, parcial y transitoriamente exitosa. Atentamente.
Tenía la razón, aunque no toda. No supo atender la advertencia de prudencia del Papa, preocupado por la gente, y por los pobrecitos -entonces y más ahora- viejos cristianos de la zona, y fue blanco de su demoníaca utilización por parte de la propaganda interesada.
A nosotros nos han dicho que por sus frutos conoceremos el árbol, y el árbol del islam sólo da sombra a los ricos y sumisión a los pobres, y las pobres. Dios, Clemente, ha tenido mucha paciencia con el islam, por la gente de buena fe, pero el llanto de tantas víctimas sube delante de su trono, y el día de la ira es tremendo.
Incluso en los difíciles años posteriores a la segunda invasión de Irak, voces dentro del mundo árabe que se atrevían a clamar una verdad indiscutible, que pese a todos los problemas en Irak la gente tenía derecho a votar, y ese derecho tan común para nosotros era un maná llegado del cielo que compensaba tanto sufrimiento.
Por eso los islamistas tiene un claro objetivo que era y es el de evitar que en Irak se instaure una democracia. Y en el proceso que se vive actualmente no están tomando parte. No se han atrevido hasta ayer a tomar parte de un proceso que les deja fuera porque quienes lo protagonizan no pertenecen a sus huestes. Hoy nos despertamos con la noticia de que en Egipto los hermanos musulmanes se quieren apuntar a la convocatoria de una masiva manifestación.
Con ello no quiero negar que exista un peligro cierto de que en aguas revueltas pesquen los islamistas.
Por otro lado no es de extrañar que a a las mentiras de afirmar que USA actuó en Irak por el petróleo se sumen voceros en la supuesta derecha, repitiendo una y otra vez las mismas falsedades. Los extremos se tocan.
¡¡Qué lejos quedan esos tiempos en los que la verdadera derecha era pacifista y los belicistas eran solo los de izquierdas -incluyendo el fascismo, que no sé por qué extraño camino llegó alguna vez a ser considerado de derechas-¡¡
Ante defensas así de la guerra preventiva pierde uno la esperanza. No son más que justificaciones de asesinatos en masa de miles de inocentes. Tanta bajeza moral tiene el 11-S como el 11-M como la guerra de Irak. Qué rápido se olvidan los "daños colaterales" cuando ocurren en "los otros".
Con razón gente como Ron Paul está tan aislada. No les convendría a la izquierda porque el populacho dejaría de asociar la guerra a la derecha, ni les conviene al simulacro de derecha que nos toca vivir.
Lástima que el Nobel de la paz no hubiera sido compartido Obama-Bush, tal para cual, dos caras de la misma moneda.
Que así sea lag,
AMÉN
Era inevitable,
si los rojiprogreverdes se opusieron a Bush,
....es que Bush debía de tener razón.
Lo de Egipto tiene más que ver con la organización Hermanos Musulmanes, organización fundamentalista islámica (esto es una redundancia ya que el islam es fundamentalista per se)que aprovechando lo de Túnez, quieren derrocar a Mubarak, por entre otras cosas, apoyar a Israel, no es para nada democracia lo que van pidiendo. Otra cosa con la que no estoy de acuerdo, es que usted piensa que la pobreza es el caldo de cultivo del fundamentalismo pero no lo tengo tan claro, está probado que los terroristas reclutan también a gente de la clase alta, ejemplo de eso es Ben Laden. Quizás la gente pobre esté más ocupada en ganarse la vida. La democracia tal y como la entendemos aquí es imposible en países islámicos porque para ellos primero es la ley de Dios, y entre otras cosas, una democracia a la occidental supondría igualdad entre individuos, con todo lo que significa eso, entre un hombre y mujer, entre musulmán e infiel...
Asturfro: no en vano los "neocon" originales eran antiguos izquierdistas, de donde heredaron el idealismo, y se distinguían de los conservadores tradicionales en que éstos últimos eran bastante más escépticos, inclinados al no intervencionismo y apegados a la realpolitik.
En cuanto a los intereses geopolíticos, si no los hubiera no se habrían comenzado semejantes empresas: el mero hecho de derrocar regímenes hostiles y promover regímenes más representativos, moderados y prooccidentales era un gran interés geopolítico en sí mismo. Que hubiera también otro tipo de intereses más prosaicos y más inconfesables, no cambia nada, pues todo iba de la mano.