Todo hombre tiene derecho a actuar libremente, estando limitada su acción por el respeto a la vida y la propiedad de los demás y el cumplimiento de los compromisos libremente adquiridos con terceros.
La sociedad y la civilización surgen de la libre interacción entre los hombres. Su progreso se basa en el progreso del conocimiento y éste, a su vez, en el continuo incremento de la población pues, dado lo limitado de la mente humana, cada vez se necesitan más seres humanos que soporten un conocimiento creciente.
En la medida en que ser homosexual respete lo expuesto en el primer párrafo es una actividad o planteamiento vital respetable.
Antes del desarrollo de las técnicas de fecundación artificial era una práctica antisocial (su generalización impediría el incremento demográfico), pero respetable porque la libertad individual es anterior a la sociedad, sin ésta no hay posibilidad de sociedad viable.
Teóricamente, ya no puede considerarse una práctica antisocial porque los homosexuales pueden hacerse cargo de hijos creados con técnicas de fecundación. Otro asunto es si la homosexualidad lleva aparejada prácticas que impiden el crecimiento demográfico y, por tanto, el progreso de la civilización. Volveríamos, entonces, al principio: práctica respetable, pero antisocial que, a pesar de ello, no puede ser reprimida porque con su eliminación nos cargaríamos a la sociedad al destruir la libertad individual.
No sé si la homosexualidad es una tara o una opción. Tengo el prejuicio de que es una opción y esto hace que no me gusten los homosexuales, me parece un comportamiento antinatural, desequilibrado y, mayoritaramiente, antisocial. Si me demostraran que es una tara mi percepión cambiaría y los aceptaría mejor.
Me desagradan las manifestaciones haciendo apología de ese comportamiento, pero por respeto a la libertad individual me aguanto.
Por supuesto, no creo que su condición lleva aparejada derechos distintos al resto de las personas.
Sr. Marco, francamente, no entiendo una respuesta tan airada a las opiniones de Moa, que son especialmente matizadas y en absoluto merecen la descalificación en bloque que Vd. le propina. Si estar afectiva y políticamente en contra de lo que el "orgullo gay" representa y hace desfilar por las calles, es ser "homofobo", yo lo soy (vera, creo que Vd. también, no le pega eso de las carrozas). Si oponerse a la pretensión de que la "homosexualidad militante" es un tipo de paradigma social, moral, estético, que por ejemplo puede ser promovido en las escuelas, es ser "homofobo", yo también lo soy. Si es "homofobia" estar harto de que cada vez que uno dedica más de diez minutos a ver una serie de televisión, aparece alguien que proclama su homosexualidad, como si esa condición fuese la del treinta por ciento de la sociedad, entonces yo, junto con el señor Moa, también soy "homofobo". Pero es que eso es lo que significa ser "homófobo" en una cultura influenciada, incluso en este caso determinada, militantemente por estos grupos gays que ciertamente merecen el calificativo de mafias rosas. Y estar contra eso no tiene nada que ver con tolerancia, respeto a los demás, o maniqueismo moral; porque ese respeto lo merecen lo mismo los homosexuales que yo o el Sr. Moa. Yo no sé cuánto respeta el Sr. Moa a los homosexuales. Me atrevo a decir que bastante, porque la vida le ha llevado por sendas difíciles y probablemente enseñado que solo de Dios son los juicios, y que estos son siempre benévolos y misericordiosos. Pero Vd. no ha respetado al Sr. Moa al convertir en descalificación su desacuerdo con él.
Exacto. Muy buena réplica.
Pero que no llegue la sangre al río.
Ya hice una humilde aclaración innecesaria en el blog de Moa, y voy a hacer aquí otra aclaración innecesaria, no menos humilde.
Todos discriminamos. Discriminar es necesario. Es inevitable. A veces, es bueno porque previene problemas, mientras que otras veces es malo porque produce problemas, alimenta otros y, además, resulta injusto. Creo que Marco utiliza la palabra "discriminación" en un sentido muy específico: acto injusto basado en prejuicios. Pero, repito, no todas las discriminaciones están basadas en prejuicios ni todas resultan injustas. Por ejemplo, si yo fuera empresario y quisiera contratar a un mozo para mandarlo a hacer recados, llevar cosas de un sitio a otro y atender llamadas, etcétera, su aspecto físico, su forma de hablar, el nerviosismo que pueda demostrar, quizá síntomas de alcoholismo o de uso de drogas recreativas o de alguna enfermedad mental me inducirían a discriminarlo y negarme a contratarlo, o, incluso, a querer despedirlo si ya estuviera trabajando para mí y alguna de sus formas de realizar el trabajo no me gustara. Estaría protegiendo mi negocio, no cometiendo una injusticia.
Las cosas no pueden ser llamadas injustas de forma general. Hay que ver cada caso. Lo que pasa es que la palabra "discriminación" se refiere casi exclusivamente a una terrible forma de hacer las cosas de manera sistemática y totalmente refractaria a la razón. Es decir, de manera totalmente ideológica. Por ejemplo, "no contrato a ese porque es maricón", mal, muy mal. "Esas dos boyeras fuera de mis restaurante que este es un local decente" Muy mal. "¡Eh, judío/gitano/moro/rumano, fuera de este barrio, que lo ensucias!" Muy mal.
Pero también discriminamos a un grupo de chavales con "malas pintas" cuando vamos por la calle, e intentamos cambiar de acera, meternos en una cafetería, coger un taxi, dar media vuelta, y nos prepararnos para responder a una psobile agresión. Y no es injusto que penses que estás en peligro y trates de evitarlo.
A mí no me parece una desgracia ser homosexual. No me parece una opción. Por ejemplo, si decides tatuarte toda la cara y las espalda o hacer paracaidismo con una tabla de snowboard en una montaña nevada me parecen decisiones bastante incompatibles con el principio de preservación de la propia vida. Pero es tu decisión libre. Y así como una persona puede convencerse de que debe cambiarse de sexo y algún médico se deja llevar, no entiendo por qué no se permite que haya personas que se convenzan a sí misma de que están enfermas y quieren "curarse" de su homosexualidad. Probablemente fracasarán, pero todo el proceso en sí mismo no es malo, sino inútil. Y de las personas que se quieren cambiar de sexo, supongo que habrá dos clases: las personas que realmente sea lo que necesiten y las que, sencillamente, están obsesionadas y trastornadas. A estas últimas, los médicos supongo que tratarán de explicarles que esa no es la opción correcta, y me imagino que todos los médicos honrados se negarán a aplicar un tratamiento con el que no están de acuerdo y se lavarán las manos del asunto.
Para algunos homosexuales, hombres y mujeres, sí es una desgracia su condición y tratan de cambiarla o de suprimir sus impulsos. Eso sí es una opción. También tienen la opción de vivir una vida normal, aceptarse como son y tratar de vivir su vida en paz y harmonía. O también pueden vivir como payasos de circo, darse al histrionismo y a la promiscuidad y vivir en el rencor perpetuo contra las personas que llevan una vida normal. Si al promiscuo extremo, le llega la hora de enfrentarse a una enfermedad de transimión sexual grave, que no diga que es una injusticia y que hay que prohibir todas aquellas asociaciones que digan que conviene no abusar de las relaciones sexuales.
Desde luego, lo que no puede ser es que unos payasos se dedique a insultar varios días al año a las personas que no son como ellos y que cuando estas personas deciden proclamar que les gusta ser normales y no hacer el ridículo les resulte intolerable y exijan que se cierren medios de comunicación y que se pongan multas a quien dé promoción a esas opiniones. Y ojo, lo "normal" no es ser heterosexual, sino ser una persona decente, que no quebranta las leyes, que no hace demasiado ruido y que no insulta ni satiriza al diferente. Todo esto que he dicho no tiene, pues, nada que ver con el gusto personal en asuntos amatorios.
Que la homosexualidad es una anormalidad sexual es algo que se puede razonar desde un punto de vista natural. La razón indica que entre los animales mamíferos a los que pertenecemos lo normal es la heterosexualidad, además solo esta unión permite la procreación.
¿Significa mucho o poco la homosexualidad o heterosexualidad para ser humano? Pues allá cada cual.
Lo que resulta evidente es que la dignidad del ser humano y su enorme valor como persona está muy por encima de su tendencias sexual mas o menos natural.
Respecto al mundo de los sentimientos. A ver quien es el guapo que es capaz de entrar en ese terreno. En cualquier caso el Bien y el Mal en general son sentimientos asexuados.
Creo Sr. Marco que no ha entendido los matices que encierra el artículo de Pío Moa, sino que lo ha leído a la ligera, de forma rápida y superficial y, para escribir el suyo, se ha dejado llevar del primer impulso que le produjo aquél. Antes de hacerlo así, a vuela pluma, me temo, habría sido mejor un momento más de reposo y reflexión. Sólo me voy a detener en dos aspectos de su "réplica". Del resto, y de éstos también, estoy seguro de que el Sr. Moa sabrá darle más amplia y cumplida respuesta. Yo también soy "naturalmente homófobo", como soy "vagófobo", "resentidófobo",..... y tantos otros "...ófobos". Lo que no me impide tener amigos vagos, resentidos, ....... pero con otras cualidades humanas que les hacen presentar un saldo muy positivo. Y, naturalmente, considero una desgracia que mis amigos sean así, pero no considero, por supuesto, que sea una desgracia como para abrirse las venas, ni mucho menos. Pero una desgracia, sí, naturalmente.
Se están confundiendo dos cosas: Una cosa son tendencias de comportamiento (sexual de cualquier tipo) o ideologías (machistas o feministas) e incluso las mismas opiniones; con las personas que pueden defender, sostener, soportar dichas tendencias, opiniones... Yo distinguiría el respeto, la comprensión, los derechos de las personas en general, del compartir, participar de unas u otras tendencias (ideologías, opiniones) ya que nadie se identificará totalmente con ellas igualmente y con todas las consecuencias hasta los mismos extremos. Y siempre hay mezclas de tendencias que no están alineadas necesariamente en uno de los dos grupos opuestos anti- o pro-: es decir, habrá gente con tendencias homosexuales de izquierdas y de derechas, machistas y feministas, mujeres machistas, hombres feministas, heteros que ven bien la homosexualidad u homosexuales que se sienten muy a disgusto con ella. En general todo esto son gustos, por lo que no se puede trazar una línea en la que se pretenda encajar a todos en dos grupos, maniqueísmo. Es pretender definir la normalidad. Y aparte, confundir lo normal con lo moral, con lo que está bien o mal. En resumen, no juzgaría yo moralmente a personas que se identifican con una opinión, gusto, tendencia... Sólo se juzgan las personas por sus actos. Además cualquier persona está por encima de sus tendencias. Y como dicen en un anuncio de esta casa "los homosexuales no tienen derechos", ni los heterosexuales tampoco, es decir por el hecho de "ser" eso u otra cosa. Todos tenemos los mismos derechos como Ciudadanos. Yo como persona libre, no me dejo determinar, estabular por esas categorías, aunque respeto a quienes libremente se dejan determinar por cualquier categoría. Allá cada quien.
Don Jose María, le he seguido siempre, he leído sus libros y está Vd. entre mis articulistas preferidos de LD, aunque ahora se prodigue menos.
Hoy creo que, como dice payne, se ha excedido en dureza con Moa. Don Pío deja claro que distingue entre homosexual y quien utiliza esa condición para beneficiarse, para lo cual hace ostentación de ella y ofende a los demás. Es la misma diferencia que hay entre una mujer y una "feminista" (entendiendo esta como la que pretende discriminación "positiva"), entre un obrero y un comunista (que se arroga su defensa siendo realmente su verdugo) o entre un catalán y un catalufo (usando el término de Moa para aquellos que pretenden "hecho diferencial").
Hay una opinión de don Pío que si que puede ser discutible, y es que llama a la condición homosexual "desgracia", igual que sería desgracia ser calvo, como don Pío, o cualquier otra condición que pueda considerarse "desventajosa socialmente". Pero es discutible que ser calvo sea siempre desventajoso, muchas veces proporciona apostura, autoridad y atractivo, no hay mas que ver a don Gabriel Albiac. Ya quisiera yo tener la mente, el valor y la dignidad de don Pío y el encanto y el verbo de don Gabriel. Mas que desgracia, y en desacuerdo con Moa, creo que no pasa de "condición", y ese condicionante puede resultar en positivo o negativo según el resto de las circunstancias y del resto de nuestra personalidad y de como la afrontemos.
(Nota: todo esto hablando del individuo. Si consideramos la sociedad, tampoco está claro que la abundancia de homosexuales sea una desgracia para ese grupo humano. No hay mas que ver el monacato, y lo ventajoso que fué, y la renovación social que proporciona a la Iglesia el celibato, que evita la perpetuación de una clase sacerdotal. Evolutivamente, parece que es ventajoso que haya abuelas menopaúsicas que cuiden a los nietos y hombres célibes que se dediquen a ser fértiles en el mundo de las ideas, es bueno para el grupo)
¡No vayan a mosquearse Vds. ahora por fruslerías, don Jose María, que nos falta unidad en la lucha contra "los socialistas de todos los partidos"! Estamos del mismo lado, compartimos una visión liberal compensada por más o menos conservadurismo, dificil equilibrio entre la libertad individual a todo trance y las necesarias limitaciones debidas a nuestra condición de seres sociales; Respetamos las soluciones tradicionales, aquilatadas y de gran equilibrio, y a la vez protegemos la libertad última del individuo de responder sólo ante sí mismo, abriendo así nuevos caminos que otros podrán seguir. Ambas cosas necesarias en una sociedad abierta, con capacidad de evolucionar pero también de ser viable.
Don Jose María, estos debates son muy necesarios. Nos gustaría oir su voz aquí más a menudo.