Que la izmierda se pone nerviosa en cuanto otea a Pio Moa es algo mas que demostrado. Que recurren a la falacia ad-hominem, evitando todo debate del tema, es también un hecho. También es un hecho que esta izmierda llega a recurrir a boicots en .. ¡universidades!!, llegando al boicot agresivo propio de los fascios comunistoides del siglo XX.
Queda demostrado por tanto quien hace uso de la razón, y quienes hacen uso de la fuerza, del insulto y del desprecio al debate intelectual.
A veces veo Libertad Digital TV, y la verdad es que salvo unos pocos programas específicos y los informativos, el resto es relleno. Echo de menos una serie documentada para TV acerca de la verdadera historia de nuestra guerra civil y, de paso, de toda la segunda república. Los capítulos de la Historia de España al respecto para TVE de García de Cortázar no están mal, pero, insisto, echo de menos una versión más descarada y auténtica. No comprendo como no la preparan ustedes. Además estoy seguro de que en formato DVD, sólo con su nombre y/o el de César Vidal, se vendería como churros. Los libros están bien, pero una imagen...
Las formas que tiene la izquierda para tratar de amordazar y someter al pensamiento disidente no dista mucho de la forma utilizada en el franquismo.
En aquél las actividades profesionales estaban reguladas por una especie de asociacionimo gremial cuyos mandos estaban, efectivamente, controladas por los poderes públicos. Un joyero (por poner un caso) con ideas demasiado heterodoxas podía verse expulsado del gremio de joyeros, lo que le habría impedido ejercer su profesión.
Las izquierdas actuales desearían hacer exactamente lo mismo. En pleno fragor de la rebelión cívica (sólo apoyada por la COPE de Federico y César y LD) quisieron acallar a Federico modificando el estatuto del periodista para prohibir ejercer el periodismo a quien no tuviese el título universitario. Dieron marcha atrás después (probablemente) de darse cuenta de que deberían expulsar a más de la mitad de los periodistas en activo.
Ahora quieren acallar a Pío Moa aduciendo que no es licenciado en Historia. De aquí a prohibir hablar de historia a los no licenciados va un solo paso.
Y, como diría Federico, la oposición, tocando el violón.