Iñaki Nocilla iba a culpar a Aznar pero como se pensó que no sería creíble, le carga el muerto al "sosio", lo cual no deja de ser todo un clásico cuando la Justicia llama a tu puerta.
Todos sabemos que derechos y maledicencia son enemigos acérrimos. Y es más, que aquellos quedan subordinados, por práctica democrática y hábito político, a la insidia, el juicio temerario y el prejuicio público gracias al amparo de los propios principios constitucionales. Son cosas de la "libertad de expresión". El Sr. Urdangarían, en una situación ideal, habría debido contar con que las investigaciones sobre sus actividades hubieran quedado protegidas por el secreto sumarial y con que tanto la vida cotidiana de su familia como la suya propia no hubieran sufrido la pena no legislada de una condena mediática prematura. Pero, tal como está organizada nuestra sociedad, tal como los intereses particulares tratan de explotar el morbo social en favor de un beneficio espurio sin que haya forma de evitarlo, cualquier protesta en favor de esa santificada "presunción de inocencia" no deja de ser un ejercicio de retórica compuesto con los lugares comunes del lenguaje políticamente correcto. La multitud de detalles sobre la malas prácticas del Sr. Urdangarín que han visto la luz en los pasados meses apunta a la existencia de indicios consistentes de delito. Pero, desde fuera, desde la periferia de la labor instructora, no pueden ser valorados ni contrastados más que como lo serían las teselas de un mosaico al que le faltan piezas. Cuando los indicios se conviertan en pruebas y el tribunal las valore se podrá hacer una interpretación más ajustada, tal como ocurrió en su día con el exjuez exdiputado Garzón. La desgracia del Duque es que no cuenta con la simpatía- ni tampoco con las deudas por pagar- de los medios de izquierda y de derecha. Al contrario, compone a la perfección la figura del ídolo caído cuya decadencia concita la secreta satisfacción de cuantos le vieron elevarse hasta el ámbito glamuroso de la aristocracia.
Sólo hay algo más indigno que ser culpable: culpar a otro de lo que uno ha hecho. Podías haberte comportado como un hombre apechugando con la condena por lo que hiciste. Ahora, para mí, eres menos que una cucaracha.
La estrategia de la ducal defensa irá orientada a echar el marrón al "otro". Torres, prepárate: torres más altas han caído, pero en este caso tú eres la torre más alta, tan alta que ya está en el libro rocord guiness de las torres más altas que han caído, más incluso que las torres Gemelas. El Todo por la Patria ya está en desuso, más desde que Zp dijo aquello de que la patria era un concepto discutido y discutible. Ahora lo que impera es el Todo pa los Parias. Y tú, Torres, vas a ser el paria de todos los parias. Que te sea leve.
No nos estrujemos el cerebro, ya lo dije hace unos dias, al final el culpable uno que pasaba por la acera, pero de "chirona ná de ná".
¿Quién decía aquello de que el hombre es un lobo para el hombre?
Parece que tengamos una preferencia instintiva por los tribunales populares, de tal manera que tendemos a condenar o exculpar aún con informaciones incompletas o sesgadas, sin querer esperar al veredicto de los jueces.
Con Urdangarín, como con cualquier otro, que se aplique la Ley. Pero no basta; que se aplique la Ley por quienes, según esa misma Ley, debe aplicarse.
Y, si es culpable pero se va de rositas, habrá que movilizarse para cambiar el sistema. Lo que no puede hacerse es actuar al margen del sistema existente.
Sin privilegios. Ni para Urdangarín, ni para Matas, ni para Garzón. El único inviolable y sin responsabilidad es el Rey, sencillamente porque así está determinado en la Constitución.
En fin, resumo: Menos visceralidad y más búsqueda serena e implacable de la Justicia.
Absurdo el empaque con el que entró en el juzgado !!! los asesores le dirian que entrara con la cabeza alta ... pero no de esa forma, todos los pasos han sido medidos, asi como gestos y demas ... ah!, y él no va al juazgado a aclarar nada, sino que es el juzgado el que lo ha llamado, que es muy distinto,
¡Ah, pero si no sale esposado!. Panda de pillos y ladronzuelos. ¡Qué bajo han caído!.
Entonces si el rey conoció y no denunció , ¿se le imputará finalmente como encubridor y /o colaborador? ¿Para qué pago impuestos?
La cárcel no está hecha para los delincuentes de cuello blanco. Para ellos se inventaron las inhabilitaciones, la privación del derecho de sufragio activo y pasivo y otras penas. Si el delito es tan flagrante que no queda más remedio al tribunal que imponer la cárcel, entonces sale el ejecutivo con el INDULTO o el tercer grado "especial", ese por el que te obligan a ir a la cárcel a firmar cada cierto tiempo. Yo no sé si el procesado Urdangarín finalmente será declarado culpable o inocente. Lo que sí sabemos todos los españoles es que el yernísimo NO pisa la carcel. Y Ruiz Mateos viendo el panorama ya lo ha anunciado: como uno de mis hijos pise el talego, tiro de la manta...