Los cambios electorales que se meten deprisa y corriendo sólo llevan a mal. El resultado será un golpe de estado silencioso y una forma de consolidar, irremediablemente, cómo cambiar la Constitución sin contar con los españoles.
En el futuro que nos va a tocar vivir, pagaremos por estas "abreviaturas" democráticas.
¿Golpe de Estado?
¡Madre mía! Como se nota que la inmensa mayoría de los que describen esta circunstancia (la propuesta de modificar la Constitución) no son más que una panda de niñatos malcriados por una panda de padres que se han creído que lo "progre" era ejercer de amigos con sus hijos y no de padres.
¿No os gusta? Pues largaos de España.
Lástima que no se pueda llegar a acuerdos bilaterales con países como Corea del Norte y permutar nuestros indignados con sus presos políticos, aquellos que allí abogan por el libre mercado y el capitalismo liberal.
Demóstenes, desde la Costa Dorada.
Evidentemente, la Constitución debe ser reformada exactamente en los trérminos en que estos "indignados" digan. Porque, las cosas claras, señores: Sólo lo que ellos dicen es bueno y es válido. Lo que opinemos los demás (la inmensa mayoría civilizada que no va armando bronca por la calle) no vale nada.