Personalmente creo que Obama ha tenido un exceso de marketing unido a la pérdida de popularidad de Bush y a un candidato republicano que no acababa de convencer. Ahora, después de la "fiesta electoral" hay que volver a la realidad y se está viendo que su "varita mágica" no era tán mágica. Al menos es positivo ver que en Estados Unidos se valora a las personas más que a los partidos, la sociedad no es tan sectaria como aquí, y eso hace que los políticos sean valorados por su gestión y sus resultados más que por el nombre del partido.