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Trapiello: Las descargas son una forma de "violencia de género literario"

Hasta ahora habíamos escuchado a artistas y dirigentes de las llamadas "entidades de gestión de derechos" calificar de muchas maneras las descargas de internet. El escritor Andrés Trapiello da un paso más allá y las tacha de "violencia de género literario". (Volver)

cam82 dijo el día 4 de Junio de 2010 a las 23:35:35:

No conozco el catalogo de libros de este autor, pero seguramente me parecería un bodrio, aparte que no dispongo todavía de un lector electrónico de libros, porque de momento me gusta la esencia de tener un libro encuadernado y que huela a tinta de imprenta entre mis manos, pero si que reconozco que me descargo películas (sin pagar por esa descargas, como ya pago un canon por todo lo demás y se me considera un delincuente) sobre todo extranjeras, porque las españolas no merece la pena ni descargarlas, además volviendo al tema este señor no puede comparar el delito de propiedad intelectual con uno de los que se incluye la violencia domestica, ya que esto puede ser ofensivo contra la victimas de esa violencia domestica, porque seguramente el señor Trapiello no sufra en sus carnes el maltrato físico y/o psicológico que pueda sufrir una victima.-

Montsean dijo el día 4 de Junio de 2010 a las 23:21:45:

Estoy hasta los mismísimos de toda esa gente empeñada en ponerle puertas al campo.
Estoy esperando que se ponga a la venta, a precio y calidad razonables, el anunciado lector de libros electrónicos con tecnología de tinta electrónica en color. Cuando eso suceda, comenzaré a bajarme TODOS los libros por Internet de redes p2p, descarga directa o lo que haya y dejaré de alimentar a chupones (especialmente los intermediarios, pues los autores estoy seguro --más todavía con el libro que con la música-- que aprenderán enseguida a puentear a los editores, distribuidores y toda esa patulea de gorrones y aprenderán a colgar directamente sus obras). ¿Que desaparecerá la industria editorial? Por supuesto que sí, por lo menos tal como se concibe hoy en día, y como desapareció la industria de fabricación de velas, candiles y coches de caballos cuando apareció la energía eléctrica y el automóvil. Y no me dará un pelo de pena.

alpairo dijo el día 4 de Junio de 2010 a las 23:13:17:

De este pollo, sólo he leído "Los amigos del crimen perfecto", una novela perfectamente prescindible, a mi modo de ver. Y eso que le dieron el Nadal por ella.

Y la analogía que hace entre violencia de género y descargarse cualquier obra protegida con derechos de autor, es lamentable. Merecería que le arrancaran un par de muelas sin anestesia para que comprendiera lo que es el dolor.

beltane dijo el día 4 de Junio de 2010 a las 22:59:58:

Vaya por delante mi admiración y reconocimiento a uno de los pocos escritores que todavía da este país de secano literario. Para mí, el mejor prosista que tenemos y quizá también el mejor poeta.

Pese a sus declaraciones de aparente alineamiento progre, Trapiello tiende a lo liberal, sólo que, todo sentimiento, se ha quedado en un salón de pasos perdidos, donde espero que no se demore en exceso, sin decidirse a saltar al otro lado, tal vez por fidelidades juveniles, aunque, a buen seguro también, por su desconocimiento -y creo que hasta pueril abominación- de la economía.

Lo que “uno” piensa es que AT teme, con razón, que en nada se comercialice un sistema de lectura digital que de verdad supere en comodidad, practicidad, precio o ergonomía a los libros, como en su día sucedió con los LP, los cassettes o los vídeos. Un temor que, dicho sea de paso, muchos compartimos.

Lo delicado del asunto es que a diferencia de los músicos, los escritores no cuentan con la salida de dar conciertos para remunerarse, con lo que quedarán, todavía más que ahora, al capricho de los políticos repartidores de prebendas y verederos de los premios.

El problema es más gordo aún porque el músico o el cineasta ya contenta a los sostenedores con simplistas declaraciones o firmas de panfletos a cambio de la subvención, pero al escritor se le va a exigir que en sus trabajos argumente a favor de los patrocinadores, ya que la transmisión de pensamiento es algo que se espera de la literatura.

Creo que la cosa va por ahí, si bien debo admitir que siempre trataré de justificar a Trapiello, aunque sólo sea por los buenos ratos que, más con sus diarios que con sus novelas (y ahí va la puntilla que, por su cabalgata en “corcel”, se ha ganado), me hace pasar.

Algo más. Estoy seguro de que la literatura no morirá con el avance técnico, pero habrá que idear nuevas fórmulas de patrocinio para pagar a los escritores. Tengo alguna idea de cómo pudiera buscarse una solución razonable, pero me parece que ya me he enrollado demasiado. Dejémoslo.

Vale.




kabardin dijo el día 4 de Junio de 2010 a las 22:46:51:

A medida que una porción más amplia de la población tenga acceso a a la red ,las descargas aumentaran exponencialmente,eso es así y punto.
Si este pobre hombre teme por su futuro,lo mejor que puede hacer es aprender un oficio,de los de verdad,con el que ganarse la vida.

leones2 dijo el día 4 de Junio de 2010 a las 22:43:03:

UFFF!!! Qué cansinos son los "progres" nuevos ricos ....

beltane dijo el día 4 de Junio de 2010 a las 22:33:21:

Vaya por delante mi admiración y reconocimiento a uno de los pocos escritores que todavía da este país de secano literario. Para mí, el mejor prosista que tenemos y quizá también el mejor poeta.

Pese a sus declaraciones de aparente alineamiento progre, Trapiello tiende a lo liberal, sólo que, todo sentimiento, se ha quedado en un salón de pasos perdidos, donde espero que no se demore en exceso, sin decidirse a saltar al otro lado, tal vez por fidelidades juveniles, aunque, a buen seguro también, por su desconocimiento -y creo que hasta pueril abominación- de la economía.

Lo que “uno” piensa es que AT teme, con razón, que en nada se comercialice un sistema de lectura digital que de verdad supere en comodidad, practicidad, precio o ergonomía a los libros, como en su día sucedió con los LP, los cassettes o los vídeos. Un temor que, dicho sea de paso, muchos compartimos.

Lo delicado del asunto es que a diferencia de los músicos, los escritores no cuentan con la salida de dar conciertos para remunerarse, con lo que quedarán, todavía más que ahora, al capricho de los políticos repartidores de prebendas y verederos de los premios.

El problema es más gordo aún porque el músico o el cineasta ya contenta a los sostenedores con simplistas declaraciones o firmas de panfletos a cambio de la subvención, pero al escritor se le va a exigir que en sus trabajos argumente a favor de los patrocinadores, ya que la transmisión de pensamiento es algo que se espera de la literatura.

Creo que la cosa va por ahí, si bien debo admitir que siempre trataré de justificar a Trapiello, aunque sólo sea por los buenos ratos que, más con sus diarios que con sus novelas (y ahí va la puntilla que, por su cabalgata en “corcel”, se ha ganado), me hace pasar.

Algo más. Estoy seguro de que la literatura no morirá con el avance técnico, pero habrá que idear nuevas fórmulas de patrocinio para pagar a los escritores. Tengo alguna idea de cómo pudiera buscarse una solución razonable, pero me parece que ya me he enrollado demasiado. Dejémoslo.

Vale.




wulfilas dijo el día 4 de Junio de 2010 a las 21:54:33:

Hay que reconocer que el tal Trapiello, aunque no sea muy leído (claro, él piensa que sí lo es, y la gente se machaca dos o tres días descargándose sus libros por la red), la verdad es que da mucho juego. Veamos:

Equipara la descarga electrónica de un libro con la violencia de género.

Según esto, pues, cualquier escritor que se sienta agredido en sus derechos intelectuales, puede acudir a la comisaría de policía más próxima y, con razón o sin ella, y por supuesto, sin prueba alguna, denunciar, por ejemplo, a su vecino de rellano, de "agresión intelectual".

Seguidamente se redactará un atestado y se le ofrecerá al escritor solicitar una orden de alejamiento para que dicho vecino no se acerque a menos de, generalmente, 500 metros.

Sabiendo la dirección del denunciado, un indicativo se presentará en dicho inmueble, y su dotación procederá a la detención y "huellado" del denunciado a través de la Dirección General de Policía (y Guardia Civil), para presentarlo ante el Juzgado de Guardia.

Al muchacho (o no) se le nombrará, con toda seguridad, abogado del turno de oficio, ya que, si para poder leer el último ladrillo de cualquier imberbe, tiene que descargarlo, es muy posible que no pueda contratar a un abogado privado.

Este abogado le estará comiendo la cabeza, al pobre hombre esposado, de que lo mejor es declararse culpable para obtener una sentencia de conformidad, que le rebaje en un cuarto la penas solicitadas.

Al final, este pobre lector se encuentra con una condena de prisión firme, antecedentes policiales, antecedentes penales, y ni siquiera puede volver a casa a ducharse y mudarse de ropa por la orden de alejamiento...

Igualito, trapiellomuchacho, que la violencia de género.

Que no te toque nunca...

Don_Leti dijo el día 4 de Junio de 2010 a las 20:50:57:

Cursi, ¿no?

Algo desafortunado en términos literarios, Sr. Trapiello.

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