Después de ocho meses de
culebrón, el fichaje de Robinho por el Real Madrid parecía "coser y cantar". Pero la cosa se complica, y de qué manera. La Confederación Brasileña de Fútbol (CBF) cierra filas con el Santos y exige a la entidad madridista el pago de la totalidad de la cláusula del jugador, que asciende a 50 millones de dólares, después de que los blancos abonaran el
60 por ciento de esa cantidad. Según Paulo Rogerio Amority, miembro de la Cámara de Litigios de la Federación Internacional, "no va a quedar más remedio que acudir a la FIFA".