Una de las mejores noticias de los últimos tiempos ha sido la furia con que El PaÃs arremete contra Libertad Digital y otros medios que no le son afines en una exhibición impagable de lo que ese periódico entiende por libertad: su democracia consiste en que el grupo PRISA y similares dominen los medios, en que el PSOE gobierne el paÃs y en que los separatistas vascos, catalanes y otros, con ayuda del Gobierno socialista, dejen en residual la unidad de España. Esa es justamente la vocación de ese periódico desde su nacimiento, y de acuerdo con ella se ha aplicado, entre otras cosas, a sabotear el Pacto por las Libertades y contra el Terrorismo para transformarlo en Pacto con el Terrorismo y contra las Libertades.
El PaÃs ha apoyado la colaboración del Gobierno con el terrorismo como anta�o motej� de "sindicato del crimen" a los periodistas que, precisamente, defendÃan la democracia y la libertad de expresión al denunciar la marea de corrupci�n del felipismo y su terrorismo de Gobierno. Ahora califica de "ultras" que van "sembrando el odio" a cuantos no comulgan con su vocaci�n. Ciertamente El Pa�s ha sido siempre muy amoroso con la corrupci�n, el terrorismo (predicador incansable de la "negociación") y las dictaduras de izquierda. Alguien tendr�a que analizar a fondo su l�nea en esos sentido, incluyendo su simpat�a por los ayatol�s, por las tropelÃas del nacionalismo catalán o por ciertos personajes de la ETA, entre tantas otras cosas.
La táctica empleada por ese grupo medi�tico es calcada de la de los comunistas: motejar insistentemente al adversario de "fascista", hasta que el estigma cale en la masa de gente con poco tiempo o pocas ganas de examinar los hechos. Como el t�rmino "fascista" est� muy desgastado, la gente de PRISA emplea el de "extrema derecha" o "ultras", que quizá lo est� un poco menos. Este insulto y desvirtuaci�n permanente les resulta, o al menos as� lo creen, �til para pasar ellos mismos por dem�cratas, cuando a cada paso demuestran lo contrario.
Uno de los recursos de estilo totalitario t�picos de PRISA, un grupo nacido, como nadie ignora, de los favores de la dictadura franquista contra la que se volvi� sin el menor escr�pulo cuando lo juzg� oportuno, ha sido el sistem�tico silenciamiento de informaciones, hechos o personas poco afectos. De ello tengo experiencia directa. Hace once años publiqué Los orÃgenes de la guerra civil, que demol�a documentalmente la versi�n de la historia en la que se apoya casi toda la demagogia de este grupo. Naturalmente, El Pa�s tenÃa muchas cosas más importantes de las que ocuparse, y ningune� el libro. Pero cuando apareci� Los mitos de la guerra civil, con un éxito de difusi�n muy fuera de lo com�n, la actitud de estos dem�cratas qued� plenamente de relieve: desde sus páginas se pidió la censura y se ejerci�, incluso contra el derecho de r�plica. He aquà una buena muestra de su respeto por la libertad y por la labor intelectual.
Y digo que es una buena noticia esa furia, porque revela el nerviosismo del grupo medi�tico ante la evoluci�n progresiva de la opinión p�blica en España. Durante años, la arrogancia, en parte justificada, de PRISA pregonaba que "lo que no publica El Pa�s no es noticia", y su capacidad para controlar (y enga�ar) a un amplio sector de opinión parecÃa imbatible. Pero hace tiempo que ha dejado de ser as�, y a ello ha contribuido de manera muy destacada la iniciativa de Jiménez Losantos organizada por Javier Rubio. Una vez más, David est� venciendo a Goliat. Libertad Digital se ha convertido en un referente intelectual y polÃtico, el periódico más vivo e incisivo del panorama español, y no sólo entre la prensa digital. Estamos, pues, ante un proceso de cambio polÃtico de gran calado, cambio hacia la democracia y en contra del proceso de involuci�n que sufre el pa�s desde la matanza del 11-M. Y esa es una gran noticia.