Ni sobrino de rey ni hijo de presidente de república...
Si el propósito de esta noticia es dar a entender (al mal entendedor, por supuesto) que la casa Real supone un mayor abuso que una república la realidad os estropea la noticia. Cuando estudiaba en Alemania me enteré de muchas aventuras de éstas protagonizadas no sólo por el presidente sino por varios ex presidentes y sus familias. En Italia no hace falta insistir y si nos vamos a lo que pasaba aquí en los años treinta, para eso nada como leer a Pla, a Foxá o a Julio Camba. Es impagable cuando el primero cuenta el paseíto por la Casa de Campo del nuevo Fiscal General en coche oficial con los amiguetes en domingo.. También los banquetes del Florida o del Lhardy, cuando Prieto se moría de risa de pensar que ellos, esos que comían opíparamente a costa del erario, estaban en el poder.