Adios a un a un gran artista y buen amigo. Acompañé a Antonio en Jácara en el 88 en la despedida de Nacha-Pop, y fui testigo del despegue de su carrera en solitario, de sus mejores y sus peores momentos. Lloré con él la muerte de Marga, el amor de su vida. Jamás hizo mal a nadie excepto a él mismo, su nobleza y honradez se lo impidieron. Y tampoco se vendió al sindicato de la ceja, a pesar de que sus mejores amigos sí lo hicieron.
Nunca te olvidaré querido Antonio.
Descanse en paz uno de los grandes de la música española.