El otro día me comentaba eso mismo uno de los mendigos con los que me suelo cruzar por la calle; que es que es un error muy grande limitar la especulación. "De hecho, cuanto más, mejor...", me decía...
Muy didáctico el ejemplo de Noldor; sólo que, siguiendo la parábola, el especulador no es el que se desplaza en bicicleta con la sola fuerza de sus músculos (por cierto, en Madrid hay que tenerlos bien puestos… los músculos, para ir en bicicleta). No, en la parábola de la circulación caótica el especulador sería el que pide prestado el coche a los vecinos que se van trabajar en autobús o metro para alquilarlos al mejor postor en su propio beneficio y, en caso de siniestro, acude al Consorcio de seguros (a todos) para cubrir las pérdidas.
El que no vea que la crisis actual trae causa de un descomunal fraude financiero especulativo que ahora nos hacen pagar a todos, no es que no entienda nada, es que está ciego y no lo quiere ver.
Herbet: Te cuento.
Un especulador es quien compra una cosa a cien y, sin aportar valor alguno, la vende a mil.
Aún es más especulador cuando vende algo que no tiene, porque nunca lo ha comprado. O vende como activo seguro un monton de papeles sin valor. O quien manejando los hilos del "mercado" modifica fraudulentamente el valor de las cosas.
No sé tú, yo no he especulado en mi vida. Soy así de primitivo. Pero duermo tranquilo.
Quizás ocurre que, ignorando lo que es especular, argumentas sólo simplezas.
El que no sabe es como el que no tiene ni puta idea (no tema, puta es una palabra que está en el diccionario y mucho menos peligrosa que especulación).
Gran parte de los problemas a los que nos enfrentamos hoy en día, vienen dados por el intervencionismo económico, legislativo y político de los Estados.
La economía, y por ende, los instrumentos financieros, son sistémas dinámicos complejos, que por su propia naturaleza tienden a formar equilibrios.
Los estados introducen desequilibrios artificiales en el sistema, ponen trabas a los agentes económicos, por motivos ideológicos unas veces y otras, por motivos de supuesta eficiencia.
Ejemplos de esto hay miles, pero una imagen que entiende todo el mundo puede ser el tráfico de vehículos:
La economía podría ser la red de carreteras (por simplificar) de una ciudad o país. Los agentes económicos serían los vehiculos que circulan por ella. El estado sería el encargado de mantener la red, de ampliarla, según diferentes criterios, de supervisar el tráfico y de sancionar las infracciones.
¿Que ocurre ante un supervisor que inunda las calzadas de señales contradictorias, coloca infinidad de radares para controlar la circulación con el único fin de recaudar y no de prevenir accidentes, que desatiende el mantenimiento de las vías y que diseña nuevos trazados atendiendo a argumentos ideológicos, y no meramente de eficiencia?. Una palabra: CAOS.
Y luego, échenle la culpa de los atascos, de los accidentes y de la baja natalidad de los estorninos, al modelo de transporte que tenemos, demonizando el coche y atribuyendole el origen de todos los males, y propugnando la bicicleta de ruedas cuadradas como la única solución.
Pueden atacarme por utilizar la motocicleta y desplazarme por vías por donde los demás no pueden transitar, bien por desconocimiento, bien por incapacidad. Pero como agente económico me interesará ir del punto A al punto B, en el menor tiempo posible, como a todos. Llámeme especulador
Los que así piensen, no es que no entiendan nada. Es que están ciegos y no quieren ver.
Saludos.
deoses: ¿que es un especulador? ¿y tu me lo preguntas? un especulador eres tu... El que no sabe, es como el que no tiene ni p*ta idea.
El problema es que la gente habla de los "especuladores" sin saber quienes son, ni que significa especular. Es como hablar de del "trabajador" por oposición al "consumidor", como si fueran personas diferentes con intereses encontrados, cuando en realidad se calzan todos (también el especulador) con el mismo par de zapatos.
Demasiada gente parece no entender que cada uno de sus actos económicos tiene un carácter "especulativo", y que los mercados responden a los actos de las personas que actúan en ellos, sin que cada persona necesite entender como y porqué sucede.
Los "especuladores" acostumbran a coincidir en la misma piel con los trabajadores, los consumidores, los jubilados, los turistas o los aficionados a la astronomía. Condenar los actos de los "especuladores" es demonizar nuestra propia libertad económica.
Resulta ridículo que un personaje interprete su propia vida de modo tal que se considere exclusivamente "trabajador". No se da cuenta de que es también un especulador, porque invierte en un plan de pensiones, en acciones, en bonos o letras del tesoro, imposiciones a plazo fijo en un banco, o compra una vivienda como inversión. El mero hecho de tener una cuenta en un banco, y ejercer la libertad de utilizar su poco o mucho dinero como le plazca, lo convierte en un especulador, capaz de derrumbar un mercado cuando actúa al unísono con muchos otros.
¿Negarías tu a esta persona el derecho a vender sus acciones porqué no se fía de la bolsa? ¿Le negarías su derecho a no comprar más letras del tesoro o vender sus bonos, porque no se fía de que el gobierno le pague?
¿Le negarías su derecho a liquidar sus imposiciones a plazo fijo en un banco, porque vienen mal dadas y prefiere guardar su dinerito debajo del colchón? ¿Le negarías su derecho a vender su casa, aunque sea perdiendo, porque cree que puede perder mucho más si se la queda, o porque ya no puede pagar la hipoteca?
Pues todos esos actos de libertad económica, que todos tenemos el derecho de tomar libremente, son los actos especulativos que derrumban los mercados. Y gracias a ellos, los gobiernos tienen que atenerse a las consecuencias de sus actos, porque si hacen las cosas mal, los mercados se hunden (como ha sucedido).
Poner coto a los "especuladores", significa poner coto al merecido castigo que los ciudadanos, con sus actos económicos, en pleno ejercicio de su libertad, y en defensa de sus legítimos intereses personales, ponen en marcha contra los políticos y funcionarios ineptos, cuando no abiertamente corruptos.
Poner coto a los "especuladores" significa acercarnos lenta pero inexorablemente hacia la Argentina del corralito. Quien no lo entiende, está completamente fuera de la realidad.
Deoses, se nota que no has aprendido nada del artículo.
Esos que llamas especuladores son entonces los mismos gilipollas que compraron la deuda antes, sabes que pasa cuando a esos imbéciles que tu insultas no compran, pues que los paises entran en quiebra, como le ocurrió a España a principios de este mes, que quiso colocar la deuda y nadie quería comprar, el resultado es que el estado español se quedaba sin dinero para pagar.
Los primeros en fomentar la especulación son los estados al mantener de forma artificial los precios de las cosas por intereses políticos, por lo que provocan que haya beneficio en especular para que el precio vuelva al nivel de mercado.
En fin, al final los progres se alegran que haya gente que les compre su deuda como buena y se quejan cuando se la devuelven porque es una mierda.
¿Ah, sí?. Sin duda es mucho más efectivo para detener la recesión reducir el sueldo a los empleados públicos (o despedirlos directamente), "congelar" las pensiones o reducir por cualquier forma directa o indirecta el poder adquisitivo de los asalariados. Todo y cualquier cosa, menos meter mano a los especuladores, cuya "benefica" actividad provocó, por cierto, el inicio de la recesión. Pobre especuladores, con lo mucho que aportan a la actividad económica comprando a cinco y vendiendo a diez papeles sin valor.
¡Qué grandes sois!