La tradicional peregrinación al cementerio en la mañana de Todos los Santos ha terminado en la localidad valenciana de Torrent con dos muertos y un herido, tras un tiroteo entre dos familias de etnia gitana.
Una de las víctimas es un anciano de 78 años, ajeno a la disputa entre los clanes y del que en un principio se dijo que había sufrido un infarto. Sin embargo, según revela Las Provincias, la Policía Científica y el forense comprobaron poco después que una bala perdida había impactado en su costado. El otro fallecido es un hombre de 44 años que ha recibido varios disparos y cuyo hijo, un joven de 20 años, también ha resultado herido.
El enfrentamiento se producía poco después de las diez de la mañana, cuando la Policía recibía el aviso. La gran concentración de agentes de Homicidios, Policía Científica, así como cuatro ambulancias ha impedido el acceso al camposanto de numerosos ciudadanos, que veían cómo el acceso al aparcamiento estaba cerrado para facilitar el desarrollo de las investigaciones.
Un enfrentamiento que viene de lejos
La prensa local asegura que los primeros indicios apuntan que se trataría de una venganza por otro enfrentamiento a tiros que tuvo lugar en 2016 en Torrent, cuando cuatro personas resultaron heridas en el barrio del Xenillet.
Por aquel entonces, ambas familias vivían a apenas 50 metros de distancia. La rápida actuación de la Policía evitó que una multitud linchara a uno de los sospechosos de participar en el tiroteo de este lunes y la justicia acabó absolviendo a tres varones por no poder probar que fueron los autores de los disparos.
En 2018, aprovechando también la tradicional visita al cementerio del Día de Todos los Santos, ya se produjo un conato de venganza. La Policía Local de Torrent recibió el aviso de que en el interior del camposanto se había producido un tiroteo. Sin embargo, cuando llegaron al cementerio, comprobaron que no había ninguna persona herida, pero pudieron constatar que ambas familias se habían amenazado. Tres años después, el enfrentamiento continúa y los investigadores temen que el tiroteo de este lunes no sea el último.