Historia del deporte
Londres 1948: la austeridad dio lugar a la grandeza
Los Juegos llegaban después de 12 años de parón por la Guerra. Eran precarios, con pocos recursos, pero fueron emotivos y sembraron vitales cimientos.
Berlín 1936: los Juegos de Hitler
Ni Jesse Owens ni Lutz Long pudieron con la fortaleza de la imagen y propaganda del régimen nazi, que se encargó de que los Juegos fueran brillantes.
Los Ángeles 1932: demasiados conflictos para tan poco juego
Unos Juegos sin fútbol, sin recursos, con menos participantes, y con la polémica exclusión de Paavo Nurmi fueron el resultado de volver a América.
Amsterdam 1928: escándalos de fútbol... y de mujeres
El "robo" a España en fútbol y la dantesca imagen en el atletismo femenino no fueron óbice para disfrutar de unos renovados y brillantes Juegos.
París 1924: unos Juegos Olímpicos de cine
París por fin se sacó la espina, con la irrupción de Johnny Weissmüller, posteriormente conocido como Tarzán, entre lo más destacado de la cita.
Amberes 1920: cuando nació la furia española
En los que fueron conocidos como los Juegos de la Paz, la selección española de fútbol sacó a relucir su furia, dando lugar a un sobrenombre eterno.
Estocolmo 1912: una tragedia y un villano para llevar a los Juegos a lo más alto
Estocolmo están considerados los primeros Juegos Olímpicos que fueron, efectivamente, eso, unos Juegos. A pesar de una de las mayores tragedias.
Londres 1908: cuando lo importante no fue ganar, a pesar de los ingleses
Los Juegos se convirtieron en un pique entre británicos y estadounidenses, en el que los árbitros barrieron demasiado para casa.
San Luis 1904: los Juegos más vergonzosos de la historia
San Luis celebró los Juegos Antropológicos, quedando para la posteridad como la mayor afrenta racista jamás vista en un evento deportivo.