Un pedazo importante de la historia de Europa tuvo su epicentro en Viena. El Palacio de Hofburg, residencia de la familia imperial austrohúngara, el de Belvedere, o la iglesia de San Esteban reúnen la tradición de una de las capitales más antiguas del mundo con elementos más modernos, como el centro T-Mobile o la Torre del Milenio. Aúna además una gran tradición musical y ha sido uno de los centros neurálgicos del debate político occidental durante el siglo XX.

La tranquila ciudad de Klagenfurt, situada al sur de Austria, fue el lugar de nacimiento de Robert Musil, autor de El hombre sin atributos, y el lugar de veraneo del compositor Gustav Mahler, donde dio a luz a algunas de sus composiciones. Precisamente, su casa, el teatro municipal y los castillos y palacios que salpican los alrededores y el lago Wörthersee, son los principales puntos de interés turístico de una ciudad que fue víctima de los errores de las tropas napoleónicas, quienes demolieron la mayor parte de la muralla medieval.

A 150 kilómetros al este de la ciudad alemana de Munich, Salzburgo será siempre recordada por haber sido la cuna de nacimiento de Mozart. El espíritu musical del compositor tendrá que servir de inspiración a los futbolistas de la Eurocopa, así como el casco antiguo, considerado por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad, y la fortaleza Hohensalzburg, del siglo XI. Nada mejor para desintoxicarse del fútbol si alguien se ve saturado que asistir a los numerosos eventos musicales, pues alberga a lo largo del año importantes festivales de música clásica y ballet.

Innsbruck, al oeste de Austria y a los pies de los Alpes, será una de las sedes de la Eurocopa de fútbol, pero es más conocida por ser uno de los centros más importantes de los deportes de invierno. España debutará allí ante Rusia el 10 de junio aquí, así que los jugadores de Luis Aragonés tendrán la oportunidad de pasear por su barrio peatonal, con el famoso Goldenes Dachl, Tejado dorado, como joya de la corona de la capital tirolesa.

La ciudad natal del número uno del tenis mundial, Roger Federer, es la segunda más grande de Suiza. Localizada al noroeste del país, sobre el Rin, Basilea es un cruce de caminos con Francia y Alemania. El carnaval que cada año se celebra allí es el evento cultural más importante, junto con la muestra internacional de arte moderno. Pero si hay tiempo para detenerse, no hay que dejar de ver la catedral románica o el ayuntamiento, construido en el siglo XVI.

La ciudad donde Albert Einstein dio a luz a la teoría de la relatividad es la sede del ejecutivo y el legislativo de Suiza. La zona antigua es parte del Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO por su arquitectura medieval, conservada con mimo por las autoridades, donde destaca la torre del reloj. Cuenta con casi 350.000 habitantes, la mayor parte estudiantes y funcionarios.

La cuna de Rousseau es conocida como la Capital Internacional de Suiza por ser el centro de muchos eventos y reuniones de países, como la extinta Sociedad de Naciones en el periodo de entreguerras. La Catedral de San Pedro, construida en el siglo XIII, el Monumento a los Reformadores, la casa en la que vino al mundo el autor de El contrato social, el Palacio de las Naciones Unidas o el lago Jet d’eau son los lugares de mayor interés turístico de la segunda ciudad de Suiza.

Ubicada al noroeste del país, Zúrich es la ciudad más poblada de Suiza. Es además el principal centro comercial y económico del país, donde tienen su sede numerosas bancas y corredurías de seguros. Muchas veces ha sido calificada como la ciudad de mayor calidad de vida del mundo y quizás a ello contribuya la tranquilidad que destila su lago, el centro turístico más importante con la iglesia de Grossmünster.