Tan solo han pasado seis años desde el Mundial de Sudáfrica, en el que la selección francesa protagonizó numerosos incidentes que plasmaron el malestar existente entre la plantilla y el seleccionador Raymond Domenech. Sus estridencias llevaron al plantel al caos y Laurent Blanc fue el elegido para devolver la tranquilidad al equipo y mejorar su capacidad competitiva.

En el Mundial de Brasil demostraron una evolución fruto del trabajo de Blanc. Alcanzaron los cuartos de final donde fueron eliminados por Alemania. Ser anfitriona les ha privado de la fase de clasificación para la Eurocopa, pero en los últimos dos años el plantel ha continuado con su plan de viaje. El resultado ha sido la confección de un grupo equilibrado y con múltiples internacionales con talento cubriendo todas las líneas.

Sin embargo, parece que la selección francesa es sinónimo de escándalo. Benzema y Valbuena han estado involucrados en asuntos extradeportivos que se han resuelto alejándoles de la convocatoria. Karim estaba llamado a ser una pieza fundamental para Blanc. A pesar de los incidentes en los que ha estado implicado no han faltado sus goles ni su buen fútbol en el Real Madrid. Finalmente, tratado como un asunto de estado, el delantero blanco no podrá estar en el que debería ser el momento clave de su carrera.

El caso Valbuena no ha sido el único contratiempo con el que Laurent Blanc se ha encontrado para confeccionar la lista definitiva. Las lesiones han impedido que Mathieu Debuchy, Raphael Varane, Jeremy Mathieu o Lass Diarra puedan brillar en su país. Para reemplazar al último ha tenido que llamar a Morgan Schneiderlin.

A ellos hay que unir la ausencia de Mamadou Sakho al estar implicado en caso de dopaje. A pesar de la excelente temporada que ha realizado en el Sevilla, Kevin Gameiro no ha entrado en los planes del seleccionador francés. Su olfato goleador podría haber enriquecido el ataque bleu. Su perfil es el de un jugador todoterreno que sabe amoldarse a las exigencias del entrenador y del juego. Como ya hiciera en el Sevilla con Carlos Bacca, habría sabido aceptar su rol secundario pero decisivo del jugador que sale desde el banquillo para desatascar el partido y, ante todo, el marcador. Un aspecto vital en los torneos cortos en los que cualquier error supone la eliminación.

En líneas generales, Francia se presenta como un bloque compacto en el que el mayor potencial se sitúa del centro del campo hacia delante. Pogba debe demostrar que ha alcanzado la madurez como jugador y es capaz de comandar su selección. Kanté genera expectación a nivel internacional para comprobar si es capaz contagiar el entusiasmo que ha producido en el Leicester. El grupo de atacantes es el que posee el factor diferencial. Gignac, Giroud, Griezmann, Martial, Payet y Coman son diferentes pero complementarios y gozan de buena salud goleadora para aportar el gol en el momento preciso.