Juan Antonio, Huelva
Estimado D. Federico:

Lo escucho todas las mañanas y también sigo sus artículos en Libertad digital. Me parece intolerable que en un país que se dice democrático se orqueste una campaña de acoso y desprestigio tan acérrima contra una persona como usted, periodista valiente y honrado donde los haya. Mucho ánimo y siga usted siendo como es. Un fuerte abrazo.


Javier, Pamplona
Animo, no estás solo. Estás haciendo una labor que pasará a la historia.

Un saludo desde Pamplona, y a ver cuando venís por aquí un viernes, que nos tienes un poco abandonados.

Rafael
Animo. Soy un radio escucha y cuando no puedo te escucho por Internet, y en libertad digital, te escucho desde el Pais Vasco.

Mamen
Adelante Federico, no nos callarán. Somos muchos los que estamos contigo y detras de Libertad Digital y de la Cope, esta gentuza que nos "desgobierna" paraece ser que no saben lo que es la libertad de expresión, no quiero ni pensar si esto le hubiera pasado a Gabilondo en la epoca "maravillosa" de Aznar. Me imagino a todos los Bardem, Miguel , Ana, Victor, etc., en la calle con cacerolas delante de las sedes del PP como en el golpe de estado del 14M. En fin, lo dicho, que adelante y ánimo, es usted de lo mejor que tenemos en esta España o lo que queda de ella. Gracias por estar ahí, un cordial saludo.

Juan Rafael, Granada
Buenas noches:

La verdad tiene fuerza por sí misma, la verdad no es absoluta, pero cuando sale de un concepto y una convicción íntima de integridad intelectual se nota y se impone, la verdad de llamar a las cosas por su nombre, aún sin conseguirlo -porque nos está vedada la verdad absoluta pero sí la integridad intelectual y moral del que la busca con sinceridad- tiene mucha fuerza, demasiada fuerza se diría, quizás sea de las cosas que en esta vida tienen más fuerza. La verdad de uno mismo expresada en la fuerza de las palabras y con ellas hilvanadas en un pensamiento lúcido y sincero, que nace del sosiego y del poso intelectual más íntimo. ¿Qué otra cosa si no es la literatura, la poesía y hasta el ensayo sino eso, intentar llamar a las cosas por su nombre?. La verdad buscada, sin complejos, tiene tanta fuerza que inmediatamente el mediocre se siente amenazado, intimidado, le atenaza la envidia, porque el mediocre está más vacío que un huevo huero y la luz le asusta, no tiene fuerza interior y el discurso que avizora en su pensamiento - se nota inmediatamente - es impostado, tanto que tiene que recurrir a los esquemas para explicar la cosa más fútil. Donde no hay ingenio ni lucidez se recurre al esquema, al artefacto intelectual adosado a la realidad, y le exige a la realidad que se amolde al artefacto, válgame Dios.

Federico, de acuerdo en muchas cosas, en desacuerdo en unas pocas, mi más sincero apoyo frente a los mediocres, o sea, frente a los que odian la libertad, lo único terrible es que tienen "mu mala leche" como se dice por aquí.

Un abrazo.



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