Resulta curioso que precisamente los que casi se intitulan emperadores del progresismo, del talante y del diálogo sean los que más carecen de todo esto, y además intentan implantar esa carencia enfermiza en la sociedad con ataques a la maniera bolchevique del tipo de los sufridos por usted, don Federico, que también son ataques a muchos que comulgan con sus planteamientos y, con ello, ataques a las libertades más esenciales.Pues nada, que siga usted su honrada tarea con la misma ilusión y ánimo -o más si cabe-, y si en algún momento, aunque sea levemente, decae -impensable-, sepa usted que miles de personas están dispuestas a regalarle y recambiarle la tinta de su estilográfica y recetarle el jarabe óptimo para que su voz no se desgaste en las ondas.
Un fuerte abrazo.