Zapatero se pone al frente de los defensores de Garzón y llama "hipócritas" a sus críticos
El presidente del Gobierno se ha pronunciado por primera vez sobre la polémica actuación judicial de Garzón en torno a las víctimas de la Guerra Civil para hacer una cerrada defensa del magistrado. Según Zapatero, el proceso servirá para "cerrar heridas" y son unos "hipócritas" quienes dicen lo contrario. Al PP, lo ha invitado a dar el "gran paso" de sumarse a la causa. En su discurso no ha olvidado otra polémica, la del aborto, que salió a la palestra también cuando más arreciaban los malos datos de la crisis y sobre la que Zapatero ha pasado de puntillas.
"No puedo entender que eso divida, que eso sea para algunos abrir alguna herida; es cerrar la herida a esas personas, porque todos podemos ponernos en el lugar de aquellos que no saben dónde está los restos de un familiar muerto", ha manifestado. A su juicio, la mejor manera de reconocer ese derecho es hacerlo "con naturalidad", como se hace en cualquier país democrático, sin que este asunto sea objeto "de la confrontación partidista ni de la hipocresía".
El jefe del Ejecutivo ha defendido así el proyecto socialista "de extensión de la democracia y de los derechos", ha dicho, que "huye de la hipocresía" de la que hacen gala determinados sectores. La "pura hipocresía" de quienes dicen que divide a un país querer tener una ley del aborto mejor, con más garantías y seguridad, o que divide "que personas, muchas de ellas mayores, puedan simplemente saber dónde están enterrados sus seres queridos", ha insistido.
A su juicio, los populares y, en concreto el Gobierno madrileño, se oponen a Educación para la Ciudadanía porque, en su concepción de la sociedad, "priman los intereses particulares, que suelen ser los de los más poderosos", los de aquellos que no necesitan igualdad de oportunidades o solidaridad porque ya la tienen. El mismo argumento ha utilizado para atacar a Aguirre y justificar su rechazo a la privatización de Telemadrid.
Para Zapatero, detrás de cada ataque a una escuela que forma en valores democráticos y de convivencia o al buen funcionamiento de la sanidad pública "está la defensa de los intereses particulares para unos pocos, de los intereses mercantiles".
Ha lamentado así que, en materia de educación, el PP se limite a luchar contra la polémica asignatura y ha considerado que es una demostración de que "no les gusta que se forme en valores democráticos, de pluralidad, de convivencia, de respeto y de tolerancia a las ideas, de respeto a la legalidad internacional".
Con tanta profusión de críticas, a Zapatero le ha quedado poco tiempo para referirse al principal problema para la mayoría de los españoles, la crisis, término que, como es habitual en el jefe de Gobierno, no ha llegado a utilizar en ningún momento.
Ajeno a esos planteamientos, Zapatero ha prometido que el empleo será el eje de la intervención que el próximo miércoles tendrá en el pleno del Congreso, una sesión monográfica dedicada a la crisis económica. A pesar de reconocer que la economía ha experimentado un "frenazo" y que atraviesa un "estancamiento serio", ha reiterado su confianza en el potencial económico y social del país; "confianza porque recuperaremos el crecimiento económico y la creación de empleo", ha subrayado.
Ha criticado así a quienes, por interés político, critican al Gobierno y desconocen la fortaleza de la economía española y ha denunciado en concreto la actitud del PP, que, ante la situación que viven España, Europa y todo el mundo desarrollado "no ha aportado nada".
Ha acusado además a la derecha de no querer explicar las causas de la crisis, consecuencia, según Zapatero, de una política "alegre y absolutamente sin control" del sistema financiero de Estados Unidos, que concedía hipotecas "sin ningún tipo de garantía posterior" y que ha puesto en dificultades serias a las empresas y a las familias que necesitan financiación.
Según ha apuntado, en una economía globalizada, aunque España "era y es fuerte", no podía ser inmune a la situación internacional y atraviesa también dificultades. Mientras dure esta "situación mala", ha garantizado que la política del Gobierno se basará en la solidaridad con los desempleados y con las renta más bajas, a través del diálogo con los agentes sociales.
"Tenemos la firme voluntad y compromiso de hacernos cargo de la situación", ha asegurado. Junto a la solidaridad, ha prometido reformas para "salir con fuerza y cuanto antes" del estancamiento, para que en el futuro el crecimiento de la economía sea "mejor y más sólido". Según ha recordado, uno de los ejes de esas reformas será la educación, con especial énfasis en la Formación Profesional y más inversión.
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