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Zapatero dice que la "inmigración clandestina no es inmigración" y que por eso "España no la acepta"

Con la misma contundencia que María Teresa Fernández de la Vega el pasado lunes, cuando afirmaba que no toleraría la llegada de más inmigrantes, el presidente del Gobierno dijo este miércoles que "España necesitará la inmigración que esté vinculada al mercado de trabajo pero que no acepta ni aceptará inmigración clandestina ni ilegal sencillamente porque no es inmigración". Pero la realidad es que desde el anuncio de la vicepresidenta han llagado a Canarias más de mil "sin papeles". El diario El Mundo ha desvelado que el Gobierno prepara una campaña de disuasión en Senegal.

L D (Europa Press) En su intervención ante los 123 jefes de misión que participan en la IV Conferencia de Embajadores, el jefe del Ejecutivo aseguró que es "absolutamente necesario" reiterar que España "valora la inmigración, que necesitará la inmigración que esté vinculada al mercado de trabajo y a las necesidades laborales, pero que no acepta ni aceptará inmigración clandestina ni ilegal sencillamente porque no es inmigración. Es un fraude a los inmigrantes, a los trabajadores y, por supuesto, a lo que deben ser las reglas de convivencia".
 
En su opinión, España se ha convertido por su posición geográfica y crecimiento económico, al igual que otros países de la Unión Europea, en un "foco de atracción" para los inmigrantes. "Y lo va a seguir siendo. La inmigración es un fenómeno complejo, con numerosas facetas positivas. La prosperidad de la que disfrutamos no hubiera sido posible sin su aportación", hizo hincapié.
 
Zapatero dejó claro que la gestión "integral y adecuada" del fenómeno migratorio es "probablemente" uno de los desafíos de "mayor calado" que nuestra generación deberá afrontar. "Implica todo un conjunto de actuaciones, de iniciativas a corto y largo plazo, en gran medida dependientes de nuestra acción exterior y, por tanto, en gran medida dependientes de una buena gestión de nuestra red diplomática, de nuestros embajadores", señaló a los embajadores.
 
Además, consideró que implica también "cooperación al desarrollo, concertación con países de emisión y tránsito, control fronterizo en estos países, represión de las mafias, canalización correcta de los flujos legales que España va a seguir necesitando".  "Implica que se asuma que la cuestión de la inmigración, además, tiene una inequívoca dimensión europea. Los hechos son contundentes. Es quizás uno de los fenómenos de más calado, de más alcance que vivimos la mayoría de las sociedades de los países europeos. De esa dimensión europea, la UE tiene que extraer todas sus consecuencias para que pase a formar parte de su política prioritaria, para que pase a formar parte de una agenda exigente y constante", prosiguió.
 
Asimismo, el presidente del Gobierno puntualizó que el fenómeno de la inmigración conlleva además que los españoles sean capaces de llevar a cabo un proceso "de integración social solidaria, de convivencia adecuada" con los que llegan de otros países. "Como todo fenómeno que representa un cambio social, que tiene un gran impacto económico, cívico como es el fenómeno de la inmigración, exige ante todo firmeza para que el proceso responda sólo a un único principio: el de legalidad. Legalidad, mercado de trabajo, integración y convivencia son los únicos parámetros a través de los cuales se debe atender una política en torno al fenómeno de la inmigración", concluyó.

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